jueves, 24 de mayo de 2018

Breve visita a San Cebrián de Mazote y Wamba (Valladolid)


San Cebrián de Mazote es una pequeña localidad vallisoletana y su origen se debe a una comunidad de cristianos que huían de Al-Andalus en el siglo IX, del monasterio mozárabe que formaron se conserva la iglesia, quizás la más importante de las que se conservan del siglo X.

Construida la iglesia en el siglo X sobre un asentamiento anterior visigodo, es de planta basilical con doble ábside (cabecera y pies) pues eran necesarios en la liturgia de los mozárabes (cristianos que vivían o habían vivido bajo el poder musulmán). El estilo arquitectónico mozárabe es prerrománico. Esta iglesia tiene tres naves, la central mayor, separadas por arcadas con arcos de herradura (de ascendencia visigoda, no árabe).




















La Piedad que se observa al fondo es gótica del siglo XV.





Abandonamos San Cebrián de Mazote y nos trasladamos a Wamba, único pueblo en España que en su nombre utiliza la "w", su nombre se debe al rey del mismo nombre que fue elegido rey en esta localidad en el año 672.

Casi al entrar en este pequeño pueblo nos encontramos con la Iglesia de Santa María, que tuvo origen visigodo pero luego tuvo diversas influencias, se conserva una parte mozárabe aunque su fachada es ya románica. Por la hora en que llegamos no pudimos verla abierta para poder observar su famoso osario con más de 3.000 calaveras.  

En esta iglesia fue sepultada la reina Doña Urraca de Portugal esposa de Fernando II de León.

Como no pudimos ver el interior nos dimos un bonito paseo por los alrededores de la misma y volveremos para completar nuestra visita.























miércoles, 16 de mayo de 2018

Urueña (Valladolid)


La primera vez que estuvimos en Urueña fue casi por casualidad, íbamos para Asturias y decidimos salirnos de la autovía, vimos un letrero indicando "Villa del Libro" y nos dirigimos  hacia allí, eso fue en julio del 2016, hemos vuelto año y medio después y aunque los colores han cambiado no su belleza.

Es un pequeño pueblo de unos 200 habitantes, quizás el mejor conservado de la provincia de Valladolid, el pasear por sus calles, murallas y monumentos te retrotraen a la edad media, pero siendo un pueblo precioso, su joya más importante está en las afueras, como a un kilómetro, y es la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada que es la patrona de este pueblo.

La primera vez nos la tropezamos (a la ermita) y sólo pudimos verla por fuera por falta de tiempo para adaptarnos al horario de visitas, pero la segunda fuimos a la oficina de turismo a la hora adecuada para que una guía nos acompañase, como hace dos veces al día durante todo el año. Tanto la guía que nos atendió en la oficina de turismo como la que nos acompañó a la ermita eran dos profesionales como "la copa de un pino", amables, atentas, profesionales, eruditas... fue un placer la visita.

Pasamos a dar un paseo por esta preciosidad de lugar con algunos datos más.

La Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada es un templo románico lombardo, único en Castilla y León que fue construido en el siglo XII, diversos añadidos se le han quitado en las últimas restauraciones salvo el camarín barroco que se le añadió en el siglo XVIII. Este edificio es una maravilla, por su pureza en el estilo, por su situación, por su estado de conservación, por sus formas y volúmenes, según lo vas rodeando vas apreciando detalles y formas y aunque aquí os dejamos con varias fotos tanto de su interior como de su exterior no dudéis en hacerle una visita si pasáis cerca, merece la pena, aquí os la dejamos pero los detalles tendréis que escucharlos de una de las magníficas guías (entrada 3€).







  















Desde la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada observamos el castillo de Urueña situado en un extremo de su recinto amurallado:







Tanto el castillo como la muralla que rodea la población son de los siglos XII y XIII y se puede acceder a sus almenas en una parte importante de su trazado:


El Castillo que actualmente es usado como cementerio:



Al lado del castillo se halla este estanque llamado "La Laguna" que antes recogía el agua de lluvia para uso de la población a la par que servía de foso para el castillo, actualmente se ha reconstruido y utiliza agua d ela red y sirve como zona verde:



Una de las puertas del recinto amurallado:




Recorrido por la parte superior de la muralla:













Y desde la muralla tenemos vistas de kilómetros y kilómetros de la Tierra de Campos y tuvimos el privilegio de poder ver estas grandes extensiones castellanas tanto con los amarillos del verano como los verde invernales:













Paseamos ahora por el interior de Urueña y vamos encontrando algunas de sus sorpresas:




Como el Centro Etnográfico Joaquín Díaz en la casona "De la Mayorazga" del siglo XVIII, en esta población de 200 habitantes hay cuatro museos, además de éste podremos visitar el de las Campanas, el de la Música o el del Cuento:


 














Divisamos la Iglesia Parroquial de Santa María del Azogue de los siglos XVI a XVIII con partes góticas, renacentistas y barrocas, que sólo pudimos ver por fuera:






Pero si esta villa es conocida es por ser la "Villa del Libro" y contar entre sus murallas hasta con 11 librerías, cada una con sus especialidad y que se hallan abiertas en fines de semana o en periodos de vacaciones cuando afluye continuamente gente a este lugar, como veis hay muchas razones para acudir a Urueña:








Otra cosa nos llamó la atención y es que en las proximidades de la villa y observándolos desde la muralla se podían ver varios palomares de los que eran tradiciones en Tierra de Campos, éstos dos (uno circular y el otro cuadrado) parecen conservarse en buen estado.

Son construcciones ancestrales construidas en adobe con un patio central y diversos compartimentos para los nidos de las palomas y que tenían una doble misión para los lugareños, una la del abono (uno de los mejores y más fuertes a partir de los excrementos) y una fuente de proteínas con la carne de los pichones:







 Y dejamos aquí a Urueña hasta nuestra próxima visita, porque a este lugar castellano hay que volver varias veces porque aún le queda mucho que mostrarnos.