viernes, 16 de noviembre de 2018

A través de Portugal y su Nacional 2: Peniche y Aljustrel (VI)


Empezamos esta entrada con comida, con parte de la mía, con este calamar, "lula" en portugués, que estaba tan bueno como sugiere la fotografía, para ello desde Óbidos nos habíamos desviado hasta la península de Peniche y allí pudimos elegir entre la numerosa oferta existente de establecimientos, entramos en el restaurante Miramar en la avenida del Mar y un simpático portugués nos atendió en español.

También tuvimos que echar gasoil aquí con los precios portugueses que aun son bastante más elevados que en España, el gasoil estaba entre 1,45 y 1,50 €/litro, unos 20 céntimos más que en España de media.


Cuando terminamos de comer, ahí tenéis la factura con la comida completa, impuestos repercutidos..., fuimos a conocer aquel lugar. 







Cruzamos por el centro pasando por delante de la Iglesia de San Pedro. 



Seguimos adelante, con permiso del gato,  hasta que encontramos la Fortaleza de Peniche, actualmente cerrada por las obras de reacondicionamiento del Museo Municipal dentro de la misma.











Junto a la fortaleza nos encontramos estas formaciones rocosas que nos recordaron a la Calzada de los Gigantes en Irlanda, salvando las distancias y las diferencias.





















En el puerto encontramos este curioso kiosco donde sirven "cachorro quente à brasileira" (perrito caliente a la brasileña) y tras girar en la rotonda cercana pusimos camino de regreso a la Nacional 2 a la altura de Aljustrel para lo que tuvimos que pasar por las proximidades de Lisboa y atravesar el estuario del Tajo a través del puente "Vasco da Gama" que fue inaugurado para exposición universal de 1998 en Lisboa.



Habíamos salido del punto 1 (Vila del Rei), por la mañana, habíamos visitado Óbidos (número 2), comimos en Peniche (número 3) y a través de Lisboa habíamos regresado a la Nacional 2 para llegar a Aljustrel (número 4) en el Alentejo (a la altura de Extremadura) con sus paisajes de dehesas y minas.




Llegamos a Aljustrel cuando estaba anocheciendo, el hotel era moderno y muy cómodo y situado en el centro de la villa que pertenece al distrito de Beja en la región del Bajo Alentejo. Muchos atractivos turísticos no tiene, damos un paseo y nos enteramos de que la riqueza de esta zona estaba en las minas, también en la agricultura y caza.



Desde la ventana vemos a lo lejos la iglesia, nos acercamos a ella pero estaba cerrada.



Un paseo nocturno por sus calles nos llevó hasta un supermercado donde compramos yogures y fruta que sería nuestra cena, de paso compramos un par de botellas de vino blanco de la zona que probaremos ya a la vuelta en casa.



En Portugal sigue habiendo afición a los toros y los carteles lo atestiguan.



Antes de dormir repasamos las carreteras para el día siguiente, que será el último y que discurrirá por la N2 hasta llegar al Algarve. Fue un día intenso que empezó con lluvia y terminó con una noche estrellada.






1 comentario:

Recomenzar dijo...

Que maravilla de imágenes
que maravilla los ojos que las capturaron