domingo, 31 de marzo de 2019

Maderuelo (Segovia)


La Villa de Maderuelo es un pequeño pueblo de la provincia de Segovia situada en una colina y rodeada por el Embalse de Linares, es conjunto histórico-artístico y pertenece a la asociación Los Pueblos más bonitos de España.

Contiene las iglesias románicas de San Miguel y Santa María, numerosas casas nobles con curiosos símbolos en piedra, está fortificada y quedan algunas de sus puertas y se pueden apreciar los restos de un torreón del castillo.

Llegamos a Maderuelo y antes de cruzar el puente sobre el embalse ya se ve una extraordinaria panorámica de esta villa, subimos y cruzamos una de sus puertas medievales, aparcamos el coche e iniciamos nuestro paseo por este bonito pueblo, lo primero que observamos es que no vemos a nadie (en el rato que estuvimos apenas nos cruzamos con tres o cuatro personas). El ayuntamiento está abierto pero es el único establecimiento público que vemos en funcionamiento dentro del conjunto monumental, así que lo recorrimos en soledad (era un día entre semana y en invierno) que le daba un plus a su belleza natural.

Hace poco ha habido una polémica por el inusual número de personas que se han dado de alta en el padrón de este municipio (de derechas y de izquierdas) al parecer para intentar cambiar el color político del ayuntamiento o de conservarlo. En el padrón de 2012 figura con un censo de poco más de 100 personas.






Una curiosa cruz está plantada delante de la puerta de la iglesia sin que sepamos para qué sirven o servían las cadenas y enganches metálicos con los que cuenta.


Iglesia románica de Santa María, en el siglo XII contaba Maderuelo con diez parroquias. A partir del siglo XIV empieza a decaer la población porque se van a ocupar terrenos reconquistados.






Abajo vemos el embalse y aquí una catapulta, no sé si será necesaria para defender actualmente esta villa.












Los muros de adobe me siguen impresionando por su simpleza, su funcionalidad, su duración, siendo un material tan pobre.






De vez en cuando nos encontramos con arquitecturas imposibles, convertido esto en un edificio moderno sería toda una genialidad.


Las fachadas nos van mostrando vestigios de su pasado aunque seamos incapaces de terminar de interpretarlas.


El caos, la inestabilidad estable, las huellas de lo que fue, cuanta belleza a punto de desaparecer... me gusta, aunque prefiero que se salve...






¿Y esa serpiente...? Infinita? esos ojos? esa cara ennegrecida de niño? ...cuántos misterios... cuántas historias... cuántas personas vivieron aquí... Los Templarios anduvieron por aquí y es posible que sean los responsables de algunos o muchos de estos símbolos enigmáticos.




Y esa puerta resiste el paso de los años y de las gentes... y lo que habrá visto.





Iglesia románica de San Miguel.



Equilibrio inestable, ser y no ser, ahora sí, luego ya veremos.



Me gustan las puertas, detrás están o estuvieron las vidas de las gentes...






Y aquí abajo junto al agua del embalse se encuentra esta pequeña ermita, aparentemente una más.
Esta ermita a extramuros de Maderuelo es la de la Vera Cruz es monumento de interés cultural (declarada en 1924) que contaba con unas impresionantes pinturas murales que en el año 1947 fueron extraídas y trasladas al Museo del Prado, a donde habrá que ir para poder verlas.









Llega la hora de comer y como en el pueblo no había ningún establecimiento abierto, nos dirigimos a uno al lado de la carretera, el Restaurante Veracruz. El menú del día cuesta 12 € y la cantidad y calidad está bien. Días después nos enteramos por la radio que este restaurante lo ha hecho el ayuntamiento, en disconformidad con algún otro establecimiento cercano, para poder dar servicio todos los días. El lugar tiene un buen aparcamiento y acceso y las vistas son muy buenas, hacía Maderuelo o hacia el agua de la cola del embalse.






Y hasta aquí llegó nuestra visita a Maderuelo, por la tarde y siguiendo la carretera junto al embalse decidimos tomar rumbo a Roa (sí, mis ancestros vivieron allí hasta hace casi 500 años en que se fueron a Huelma en la provincia de Jaén, de ahí viene mi apellido) donde terminaremos conociendo a un bodeguero y degustando sus vinos y licores, pero esa historia es para otro día.