Llamamos un taxi y nos vamos a Fira, tardamos unos diez minutos, el taxista de hoy es muy religioso, lleva varias estampas y una de ellas con la jaculatoria Kirie Eleison, es decir, Señor, ten piedad. Al pasar por una capilla cercana al aeropuerto y a una base militar que hay, vemos mucha movida de coches y gente que llevan comida como para una romería alrededor de la capilla. El taxista para y recoge a un chico, esto es normal en Grecia, los taxistas llenan el vehículo y luego cobran proporcionalmente. Como es normal aquí el taxista corre que vuela, el cinturón se lleva de adorno, y el aire acondicionado consiste en llevar las ventanillas abiertas, del hotel a Fira 10 euros.
Ya en Fira, paseamos por toda la zona que cae sobre el acantilado, es una calle muy larga, que se interrumpe con plazas y calles transversales, con unas vistas increíbles, desde los miradores y las terrazas de los bares se ve el mar, el volcán y parte del pueblo. Fira tiene algunos colores más aparte del blanco y el azul, por ejemplo malva, naranja, verde, amarillo, que hacen contraste con el color de la roca que es a capas.
Vemos el museo arqueológico y la iglesia católica (catedral) dedicada a San Juan, hay unos papeles de información donde explican que en Santorini hay unos 500 católicos de todas las nacionalidades y que si tienes algún problema o quieres ser miembro activo de la comunidad contactes con el párroco. La iglesia está anexa a un convento de monjas en el mismo centro de la ciudad. Y cerca de la casa del obispo que es muy bonita, con vistas al mar.
Tantas tiendas como en Mykonos y bares y restaurantes, todas las joyerías, y hay cientos ,tienen maravillas, aparte de oro, piedras preciosas, hay diseños en piedras naturales, en lava, coral sin pulir, cristal, seda, y mezclas de todos estos materiales, en fin, de una creatividad ilimitada, y aún teniendo un alto presupuesto para gastar en joyas me costaría mucho trabajo elegir.
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