Salimos más o menos a nuestra hora, con un poco de retraso y nos quedan unas nueve horas de barco, contamos llegar a la una de la madrugada a Atenas, y a pesar de todo no se nos hace pesado, salimos a las cubiertas a ver la puesta de sol y volvemos a ver Paros y Naxos, nos entretenemos viendo sacar los camiones del barco y metiendo otros, y uno de ellos era un camión con un enorme bloque de mármol de una pieza que llevaban desde Paros a Atenas. Hubo tiempo para leer, comer, incluso Pablo vio un partido del Panathinaikós en el bar, rodeado de griegos que lo tomaban por griego y le preguntaban que quien había metido el gol.
Y así llegamos a El Pireo sobre la una y al hotel cerca de las dos de la madrugada. Al día siguiente nos recogió el mismo taxista y nos trasladó al aeropuerto, allí en la cola para facturar coincidimos con los granadinos, y a las once de la noche estábamos en casa.
Grecia sigue teniendo algo especial, no se si es una proyección de nuestras ideas y conocimientos sobre su cultura o podría captarlo también alguien que ignorase por completo lo que fue el mundo griego y que aterrizase un buen día sobre Parikia, Chora o Fira. Nosotros no podemos evitar imaginarnos a los Teseos, Perseos, Ariadnas, Medeas, Alejandros, Poseidones, Apolos, Ateneas etc cuando contemplamos el mar Egeo o miramos a la cara del taxista, de la recepcionista del hotel, de la dependienta, o del camarero y sobre todo, al menos a mi me pasa, cuando oímos esa lengua de dioses y héroes, viva, actualizada, pero la misma lengua que estudiamos y que nos hablaba de Ulises, Aquiles, Ayax… y al imaginárnoslos nos emocionamos profundamente.
Y así llegamos a El Pireo sobre la una y al hotel cerca de las dos de la madrugada. Al día siguiente nos recogió el mismo taxista y nos trasladó al aeropuerto, allí en la cola para facturar coincidimos con los granadinos, y a las once de la noche estábamos en casa.
Grecia sigue teniendo algo especial, no se si es una proyección de nuestras ideas y conocimientos sobre su cultura o podría captarlo también alguien que ignorase por completo lo que fue el mundo griego y que aterrizase un buen día sobre Parikia, Chora o Fira. Nosotros no podemos evitar imaginarnos a los Teseos, Perseos, Ariadnas, Medeas, Alejandros, Poseidones, Apolos, Ateneas etc cuando contemplamos el mar Egeo o miramos a la cara del taxista, de la recepcionista del hotel, de la dependienta, o del camarero y sobre todo, al menos a mi me pasa, cuando oímos esa lengua de dioses y héroes, viva, actualizada, pero la misma lengua que estudiamos y que nos hablaba de Ulises, Aquiles, Ayax… y al imaginárnoslos nos emocionamos profundamente.
2 comentarios:
Esa misma emocion nos la habeis transmitido. Imagen y relato magnificos.
Qué buenas fotos hace mi padre y qué bien escriba mi madre. Nos vemos el Sábado en mi hogar bretón
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