20-01-2020 Santa Cruz de Tenerife
Por la tarde nos vamos a Santa Cruz y la temperatura sube hasta alcanzar unos estupendos 18 grados.
Dejamos el coche aparcado a la primera delante del edificio del Cabildo de Tenerife,¡ luego nos enteramos de que no se podía aparcar ahí! Paseamos y vemos lo más interesante: Plaza de España, Plaza del Príncipe, calle del Castillo… Mientras andamos pienso que Santa Cruz tiene un aire más americano que europeo. Abundan los edificios altos modernos y a algunos tradicionales de tres plantas les han añadido otros tres o cuatro con un estilo muy moderno, generalmente con cristal, que queda muy bien.
La iglesia de la Concepción es preciosa y tiene en el exterior una característica muy curiosa y es sobre la portada una balconada de madera que la convierte en un edificio de tipología casi civil. El interior es de tres naves, con arcos de medio punto y artesonado de madera mudéjar, siguiendo el modelo de la Concepción de La Laguna.
Me llama la atención la profusión de plantas y árboles que hay en la ciudad, entre otros los dragos, pero también hay muchos flamboyanes, ficus y plantas tropicales en general con flores muy llamativas.
Dos calles llenas de bares con casas tradicionales de colores de dos plantas, una biblioteca espectacular de diseño moderno que por fuera parece un bunker y te sorprende con un interior muy diáfano.
Santa Cruz es una ciudad limpia y es muy agradable, tomar café en la plaza del Príncipe es una delicia y si es en compañía de Eugenia y José Antonio, más. En medio de la ciudad pasa un enorme barranco que se salva a través de un puente.
Textos: Ximena Prieto
Fotos: Miguel Roa
Textos: Ximena Prieto
Fotos: Miguel Roa
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