Costa Brava febrero de 2023 (IV) Peratallada, Ullastret, La Bisbal y Cruilles

SÁBADO 25 DE FEBRERO (continuación)

Seguimos a Peratallada donde ya habíamos estado y nos había encantado y ahora también, es un 9 y no es un 10 por el emplazamiento que es más llano, aunque tenga una subidita al castillo y a una iglesia. En la plaza hay unas arcadas apuntadas muy bonitas, unas casas y puertas de las casas de mucho valor y gusto. Tiene torre del Homenaje y muralla completa que conserva perfectamente, así como varias torres. Está animado, hay visitantes y algunos cafés abiertos y bastantes restaurantes. Está nublado, pero no llueve.

La siguiente parada es Ullastret, villa medieval del siglo IX que se amuralla en el XIV, cuyo circuito de muralla es completamente circular y crece extramuros en los siglos XVI y XVII. Interesante la iglesia de Sant Pere, románica plena, con ábside tripartito, bóveda de cañón, transepto y limpia de adornos, saeteras con alabastro y una torre espadaña en los pies. De las que me encantan. Paseamos y hacemos el circuito de puerta a puerta y le ponemos un 7.

Luego nos vamos a La Bisbal d´Ampordà para comer, y encontramos un restaurante recomendado que se llama Mondo, están cayendo unas gotas, pero no parece que vaya a durar el chaparrón. Comemos bien, yo una dorada al horno estupenda con un vaso de vino blanco y de postre unos cannoli sicilianos riquísimos, el dueño del restaurante es italiano. Miguel una carne de cerdo guisada al estilo de la zona y una especie de requesón de postre.

La Bisbal tiene un castillo- palacio episcopal construido a finales del siglo XI, es arquitectura románica civil, en el siglo XVI le hicieron una modificación. En la misma plaza están las murallas del patio de armas. En la calle de atrás del restaurante está el río Daró y un puente precioso, el puente Viejo, de dos ojos, construido por orden de un obispo en 1606 para conectar a través de la puerta de la Riera Gerona con la costa. La iglesia de Santa María está cerrada a estas horas, tiene una fachada barroca y está un poco escondida en la plaza Mayor, con una escalinata delante, un poco italiana del sur o siciliana.

Antes había muchas fábricas de cerámica que todavía quedan algunas, al menos vemos chimeneas; es la capital del Bajo Ampurdán al pie del macizo de las Gavarras. A pesar de estar descuidado y no tener apenas edificios interesantes, tiene algo que me gusta, sabor, color, tiendas con mucha solera y algunas casas con gracia.

Ahora nos vamos a Cruïlles, muy pequeñito, con encanto, y parecido a los otros, destaca una torre medieval muy alta, circular, el aparejo de todas las casas es de mampostería muy vasta.

Textos: Ximena Prieto Álvarez

Fotografías: Miguel Roa Guzmán