13-07-2001 Agrigento
Subimos a la acrópolis, y lo primero que vemos es el templo de Juno o Hera, es dórico, hexástilo y períptero de la época del Partenón 440 a. C, unos siete años posterior, Akragas se fundó en el 500 a.C, una de las primeras colonias griegas, relacionada con Naxos, Siracusa, Gelas y Selinunte. Akragas tuvo su momento de esplendor cuando luchó contra los púnicos y ganó, esta ciudad tenía su metrópolis en Lindos y su hegemonía duró unos ochenta años. Píndaro, el gran poeta nació aquí, esta población llegó a tener cien mil habitantes.
El templo estaba policromado y el tejado tenía tejas de mármol, columnas y crepidoma blancos, de lechada de mármol. Había ocho templos, más otros cuatro, todos orientados al Este. El que estamos contemplando tiene cien pies de largo, entre los templos hay pinos y enfrente la ciudad actual. Vamos caminando por la Via Sacra, a un lado vemos las primeras fortificaciones griegas y al otro aparece el templo de la Concordia, estas fortificaciones se hicieron cortando la roca y tallando la muralla in situ que tenía más de trece Km. Los bizantinos hicieron tumbas en la muralla. El guía que llevamos se llama Giuseppe, Pepe, dice él, es medio poeta, medio histrión y una pizquita de profesor de historia o al revés, es muy didáctico y muy simpático, dice que él tiene la cabeza griega, el vientre musulmán y las orejas españolas. El templo de la Concordia es del 440 a. C. igual que el de Hera, hexástilo y períptero, metopas sin relieves porque la piedra arenisca no lo permite, el color es ocre dorado, el templo se convirtió en iglesia y se recuperó en tiempos de Carlos III. Al otro lado hay un cementerio paleocristiano que llega hasta el final de la muralla con catacumbas.
Seguimos andando y llegamos al templo de Hércules del 530 a. C. es arcaico con fustes más altos y cuatro tambores nada más, estaba muy cerca del foro romano, según Cicerón que vino a Agrigento a investigar al propretor Verres. Hardcasttle fue el que apoyó el proyecto de recuperar las columnas y colocarlas en su lugar. Este templo es tetrástilo y quedan huellas de estuco de mármol en la fachada.
Continuamos y aparece el templo de Zeus en un complejo de 6500 m2, el templo tendría unos 35 m de altura y en el perímetro habría 38 atlantes entre los intercolumnios, los atlantes estarían alejados del suelo 12 m. Pepe nos cuenta que la primera destrucción fue en el 406 a. C, después volvieron los griegos y el siglo III a. C. los romanos, en este momento Pepe se despide de nosotros y nos vamos a localizar alguno de los atlantes que está por el suelo y después tenemos un ratito de tiempo libre, después nos subimos al autobús para ir a Piazza Armerina para ver la Villa Casale, ahora cogemos una carretera interior que pasa por Caltanissetta y Enna, es el centro de la isla y hay cultivos de parra, frutales y trigo, le llaman el granero de Italia, aquí llueve poco. Enna está a 900 m sobre el nivel del mar y el relieve es de pequeños montículos, todo está poblado, en habitats diseminado, cerca de Piazza Armerina divisamos el Etna y nos damos cuenta de que además del humo blanco normal, !sale humo negro! Eso quiere decir que ha entrado en mayor actividad. Pippo el chofer nos cuenta un chiste sobre el Etna: Un turista pregunta a un siciliano ¿son frecuentes las erupciones del Etna? Y el siciliano contesta: si espera cinco minutos verá una.
Ahora ya solo se ven campos amarillos de trigo ya segados, Anna la guía nos comenta que en esta zona está el verdadero siciliano, callado y receloso, cuando se le pregunta ¿cómo estás? ¿cómo te va? Contesta: Aquí estoy, “cui sugno” en siciliano.
Llegamos a la Villa de Casale de época tardo romana siglos III y IV, por esto se localiza en el interior del país, estuvo cubierta por un aluvión y tapada hasta 1850, razón por la que se conserva tan bien. Era propiedad del emperador Maximiano, empezamos viendo las termas con los sistemas de hipocausto, el frigidarium y el apoditerium dividido en una serie de semicírculos pequeños, columnas con capiteles corintios y cubierto con bóveda que ha desaparecido pero los muros están en pie, conserva arcos de medio punto y planta octogonal. La entrada a la villa era un patio circular rodeado de columnas jónicas, a continuación el vestíbulo, el peristilo con una fuente enorme de forma particular y un absidiolo pequeño que sería el lararium, los mosaicos en todas las estancias son impresionantes, unos con animales y escenas de caza, coronas de laurel alrededor de los medallones, identificando así las dos aficiones del emperador: la poesía y la caza. Pasamos por encima de las letrinas y vamos al gimnasio con mosaicos sobre el circo, en las habitaciones privadas los retratos de la familia, vemos el tablinum (comedor) un pasillo gigantesco, una basílica monumental y un dormitorio con mosaicos eróticos, lo peor es el calor que hace, a la una de la tarde y debajo de un armazón transparente que cubre a la villa y produce un terrible efecto invernadero, dentro estaremos a 500C, yo estoy a punto de marearme dos veces, pero aguanto.
Comemos en Piazza Armerina, a las afueras, un pueblo precioso, todo ocre y en alto, rodeado de campos de trigo y más trigo. La comida muy bien, nos ponen de entremés una especie de pan con aceite y por la tarde volvemos a Acireale, ya estamos de nuevo en el mar Jónico.
Nos arreglamos y salimos, están en fiestas, es San Camilo, hay carteles anunciando las misas, que por cierto hay infinidad: a las 8, 9,10,11, y 12 de la mañana y por la tarde a las 5, 6, 7 y 8. En media hora de paseo vemos diez iglesias, se dice que hay 100 y nos lo creemos, porque en cada calle hay una o dos, casi todas barrocas.
En la catedral hay una especie de pasos de procesión en forma de torres, con santos y angelotes, dorados y adornados con flores muy bonitos. En la plaza hay mucho ambiente, una banda de música, las terrazas llenas, nos sentamos en una, que es la más famosa de Acireale y nos tomamos unas “granitas”, yo pruebo la de mandorla (almendra), que está deliciosa, es más un helado porque es muy cremosa y suave, no notas nada el hielo, aquí es típico pedir un brioche y comértelos juntos, incluso meten el helado en el brioche.
La temperatura ahora es muy buena, una noche de verano mediterránea. Nos vamos al hotel.
14-07-2001 Siracusa
Antes de ir al conjunto arqueológico nos llevan a un museo del papiro, donde nos hacen una demostración de cómo se hace. Resulta que Siracusa es el único lugar del mundo excepto Egipto donde se cultiva el papiro.
El artesano que lo trabaja tiene una zona donde vende papiros pintados, autentificados, compramos uno que ya está enmarcado, el motivo es una crátera griega.
A continuación, nos vamos a la zona arqueológica y vemos el teatro griego del siglo III a. C, excavado en la roca, roca caliza, muy blanca, la parte inferior de la cavea es muy sólida, está sobre otro teatro más antiguo, del s. V a. C. En el IV con el tirano Dionisio se amplió y en tiempo de Hieron fue ampliado de nuevo, no queda summa cavea porque la utilizaron como cantera, pero se ve hasta donde llegaba y arriba había un ninfeo. Tenía un aforo de 16.000 personas.
El emplazamiento es perfecto, mirando al mar, así la brisa amplificada el sonido, ahora sopla también y se agradece mucho. Se observan nueve sectores de graderíos, cada día se representaban tres tragedias de tres horas cada una y cada día se premiaba a la mejor.
Esquilo vivió aquí y antes estuvo en Delfos consultando el oráculo, este le dijo que moriría aplastado por una cosa. Estando en Siracusa un águila dejó caer una tortuga sobre la cabeza de Esquilo y lo mató, y así se cumplió el oráculo. Esta es la anécdota que nos cuenta el guía que se llama Vito Signorelli, como Lucca, el pintor.
Otro personaje que murió aquí fue Arquímedes asesinado por un soldado romano por error.
El teatro se utilizó en época romana y se le agregaron las entradas laterales, convirtiendo la orchestra en arena. En la parte superior los bizantinos hicieron tumbas. Desde 1914 se usa para representar tragedias.
Debajo de la ladera del teatro están las canteras, les llaman Lotomía del Paraiso porque ahora hay mucha vegetación. Los esclavos cartagineses trabajaron durante tres siglos aquí, una de las entradas se llama La oreja de Dionisio, nombre que le puso Caravaggio, dicen que su resonancia y eco se aprovechaban para escuchar las conversaciones que tenían lugar aquí desde el teatro porque la cantera fue prisión de presos políticos en tiempos de Dionisio. Yo creo que el nombre se lo pondría Caravaggio pensando más en la oreja del dios Dionisos que en el tirano porque la entrada tiene forma de oreja de fauno.
Vamos al anfiteatro romano y después a la isla de Ortigia, la Neápolis, el primer emplazamiento de Siracusa como colonia griega, fundada por los Corintios en el VII a. C. Estos dedicaron un templo a Atenea, que ahora es iglesia y está en la plaza, enfrente del Ayuntamiento y del Palacio de los Gobernadores Españoles. Una plaza bellísima, arquitectónicamente perfecta, una especie de trapecio en el que hay dos palacios renacentistas y una hermosa iglesia que conserva todas las columnas dóricas del templo de Atenea y se pueden ver desde el exterior y desde el interior y una fachada barroca tipo veneciano Palladiano. El palacio que ahora es Ayuntamiento tiene el escudo de Carlos I con el águila bicéfala, las rejas de los balcones son impresionantes, anchas, planas, haciendo filigrana de una labor muy complicada. Todo el trayecto que hemos hecho a pie hasta la plaza tiene unos edificios preciosos, muchos balcones, muchas flores, calles estrechas, un puente coqueto que une la isla con la ciudad. En la plaza miro hacia la catedral que está dedicada a Santa Lucia, la patrona está en el centro en una hornacina y comparte la fachada con la Virgen, San Pedro y San Pablo, el acceso es una escalinata y entrando en la catedral a la derecha está el palacio episcopal, renacentista. Esta plaza es la síntesis de Sicilia, 2.500 años de historia.
Entramos en la catedral y me quedo estupefacta, porque dentro está el templo de Atenea, veo las columnas enteras, incluso el frontón principal que ahora es la zona de los pies de la iglesia, estas columnas dóricas se realizaron en el 480 a. C, después de la victoria contra Cartago y su construcción duró hasta el 430 a C, era un templo hexástilo y períptero con 14 columnas en los laterales. Me acuerdo de que San Pablo estuvo aquí en Siracusa.
Vemos el altar dedicado a Santa Lucia y después salimos y nos dirigimos a la fuente de la ninfa Aretusa, está en la orilla del mar a pocos pasos de la catedral, es una fuente de agua dulce, cuyo manantial viene del teatro y en medio hay ¡papiros! y unos patitos que juguetean alrededor de la estatua de la ninfa Aretusa y el río Alfeo, que según la leyenda se enamoró de Aretusa y ésta como no quería ser seducida pidió ayuda a Artemisa que la convirtió en fuente y Alfeo vino aquí desde Grecia y se unió a ella en forma de agua para siempre. Nos cuenta Vito que en Siracusa se cultivan papiros a lo largo del río y en viveros.
Esta isla es mágica. Quisiera quedarme aquí, tenemos que repetir el viaje, pero a nuestro aire.
Nos tenemos que ir para comer en una villa de una baronesa, que después de todo no es tal villa, es una especie de cortijo desvencijado, nada que ver con un cortijo de los de Medina. La baronesa, que lista es un rato, nos pone aperitivo y vino y luego una comida que no está mal en los establos, que aparte de no tener caballos y estar limpios, carecen de toda decoración y después de comer, la susodicha baronesa pasa una cestita y nos pide 5.000 liras por barba por las bebidas, en fin, esto no es “El Gatopardo” precisamente, se supone que es turismo rural pero en estado protohistórico.
Por la tarde nos vamos a Catania, atravesamos el río Simeto y hace un rato que divisamos el Etna, que ha empezado a activarse, esta noche vamos a intentar verlo porque es cuando se percibe la lava de forma nítida. Catania nos deja asombrados ¡es una maravilla! Lamentamos no tener aquí el hotel. La ciudad así a primera vista tiene algo de Lisboa en la Baixa, desde Restauradores al Chao, la zona del Terreiro do Paço, con esas perspectivas amplias y esos palacios, y claro, es que Catania sufrió 150 destrucciones, cuando no por la lava, por terremotos, incluso la zona actual del puerto no existía ya que en el XVII la lava llegó hasta el mar y fabricó una nueva línea de costa, en el mar se fundió y creó unos farallones que les llaman los Cíclopes, son tres, por eso dicen que el Polifemo que está en el mosaico de la villa de Casale tiene tres ojos en vez de uno como sería lógico.
El color de los edificios de Catania es negro y blanco, negro de basalto y blanco de piedra de Siracusa, en la plaza de la catedral hay un monumento que consta de un obelisco y un elefante muy parecido al que está delante de Santa María sopra Minerva en Roma, de Bernini. De la catedral normanda queda el ábside y un nivel bajo, pero todo lo que se ve es barroco, toda la ciudad se reconstruyó en 1700. En el interior se ven unas columnas corintias entre el ábside que pertenecieron al teatro romano, son de una talla perfecta, en el absidiolo de la derecha está la capilla de Santa Ágata, mártir que nació en el siglo III dentro del ámbito de las persecuciones a los cristianos, al negarse a casarse con el pretor romano fue martirizada, entre otras lindezas le cortaron los pechos. En el XVII se sacó el velo de la santa en procesión y paró la erupción, pasando el velo a ser de color rojo según cuenta la tradición.
Pasamos a la sacristía donde hay un fresco de 1669 y se ve la lava saliendo de un cráter cerca de la ciudad y se va deslizando dentro del mar, cambiando la forma de la costa.
Aquí en la catedral está enterrado Vincenzo Bellini el músico, que era catanés.
Apenas nos da tiempo a ver el teatro romano, que se libró de la lava porque se formó un tubo de aire, vemos una serie de palacios de época española magníficos. Catania es una ciudad monumental, muy señorial, está a la altura de Palermo pero yo la veo más sofisticada, tiene también edificios modernistas muy interesantes y como Siracusa tenemos que volver a nuestro aire otra vez.
Regresamos a Acireale por la ribera de los cíclopes, pasando por pueblos marineros de veraneo como los tres Acci: Aci Castello, Aci Trezza, donde se rodó La Terra trema de Visconti y Acireale. Ya en el hotel nos duchamos y salimos, hoy había muchísima gente, en la plaza de la catedral una exhibición de artesanía de todo tipo y un concurso de forja, los artesanos estaban trabajando en la calle, realizando los objetos que previamente habían diseñado, un ambiente muy lúdico, niños, padres, ruido, música, calor...
Nos despedimos del chofer que nos ha acompañado todos estos días, Pippo.
Después de cenar nos fuimos a ver el Etna y resultó una aventura. El recepcionista nos dijo un sitio y había que llegar atravesando una carretera sin semáforos y con un tráfico alucinante, además el personal conducía “a la siciliana”, que viene a ser igual a hacerlo “a la napolitana” (para aclarar dudas ir al cuaderno de viaje a Italia), esto agravaba más la situación. Un policía nos explicó que subiendo carretera arriba hasta una gasolinera y mirando de espaldas a la gasolinera tendríamos el Etna de frente, jugándonos el tipo hicimos lo que nos había dicho ¡et voila! el Etna. Estábamos muy cerca y el gigante se veía enorme con tres lenguas de fuego bajando que formaban como una uve al revés, en el rato que estuvimos avanzaron perceptiblemente y cambiaron de dirección, mientras la boca del cráter se hacía más ancha, impresionaba muchísimo, eran unas brasas moviéndose, como ascuas, de un rojo muy intenso.
Extasiados por lo que habíamos contemplado, desandamos el camino y nos fuimos a la plaza a tomarnos la última granizada de almendra en Sicilia y charlar un rato. Mañana volvemos a casa vía Roma.
15-07-2001
Desayunamos en el hotel, nos despedimos de Carla, la señora de Livorno y su marido que se van a Santa Tecla, una zona turística a pasar 10 días más, nos despedimos también de la familia de Bilbao, de los chicos catalanes y de todo el mundo que deambulaba por el vestíbulo y nos fuimos al aeropuerto, nos quedaban tres vuelos hasta Jerez. Empezamos en el mar Jónico y terminamos en el mar Jónico.
Ahora desde aquí, en Barbate, me maravilla pensar que esa noche era el inicio de una gran erupción que ha estado a punto de destruir varios pueblos, hoy, la estación de la Sapienza, donde estuvimos, a 2.200 metros de altitud, con sus tiendecitas y sus cafés con terrazas ha desaparecido bajo la lava, el paisaje que he visto y descrito ya no existe, la lava ha cambiado de nuevo la fisonomía del lugar y en vez de casas ahora habrá grandes carreteras de lava negra, la casa que se ha visto en las noticias de televisión ya estaba tapada por la lava antes de esta erupción, nosotros la vimos y la fotografiamos, supongo que la han enseñado porque de la zona de la Sapienza no pueden enseñar nada, ya que todo ha sido tragado por el gigante. Una vez más hemos comprobado la mentira o la media verdad que hay casi siempre detrás de una imagen en TV.
Gracias a Dios nosotros pudimos salir de Catania, cinco días después cerraron el aeropuerto porque el grosor de las cenizas hacía que las pistas se convirtiesen en pistas de patinaje. Sigo pensando en que nuestra visión del Etna es totalmente irrepetible, ha vuelto a cambiar su fisonomía y la de sus laderas, habrá tapado pinos, retamas y viñas y ahora los campesinos de la llanura catanesa tendrán que volver a empezar desde cero como están acostumbrados a hacer.
Desde hace 10 días, veo en las noticias de TV las imágenes de la erupción y no son una noticia más, ahora forman parte de mis recuerdos.
Barbate 1 de Agosto de 2001 AD
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