4 de julio de 1996, jueves Jerusalem
La explanada de las Mezquitas está por encima del Muro y es el lugar donde se encontraba el Templo y donde Jesús fue protagonista de tantos acontecimientos y el lugar más santo para los judíos. Es tremendo el que los soldados judíos no puedan dejar pasar a los suyos y sí a los musulmanes, como ya he dicho al contrario de los que pasa abajo en el Muro.
La explanada es grandiosa, este es el monte Moriah donde Abraham iba a sacrificar a su único hijo, Isaac. La mezquita de la Roca cubre la roca del sacrificio de Abraham, para el Islam este lugar es sagrado porque además desde esta misma roca Mahoma ascendió a los Cielos. Precisamente éste es el gran problema, que estamos ante un lugar santo tanto para musulmanes como para judíos.
Entre las dos mezquitas Al-Aksa y la de la Roca hay unos pórticos laterales que serían los que ocupaban los mercaderes cuando Jesús los expulsó del Templo. El recinto es enorme y nos da idea de la grandiosidad del Templo, el primero lo construyó Salomón en el 926 a.C.
Leemos los textos de Jn 7 y Jn 12, recordamos los episodios de Jesús ante los doctores y el perdón de la mujer adúltera.
Primero vamos a la mezquita Al-Aksa (la Lejana), nos quitamos los zapatos fuera. EI P. lldefonso se queda vigilándolos y como broma nos los esconde y nos los mezcla todos, a la salida es un cachondeo porque nadie encuentra los suyos. En la puerta de la mezquita pasamos la revisión de "escotes, mangas y piernas" y entramos. El interior es muy bonito, tiene tres naves y un artesonado increíble, el mihrrab es muy rico. Aquí dispararon contra el rey Abdullah de Jordania, el abuelo de Hussein, y hubo un atentado judío y se quemó una parte. Los tirantes del artesonado son de cedro y los alicatados dorados.
Salimos y atravesamos la explanada para entrar en la de la Roca o de Omar, su cúpula de oro brilla al sol. Nos dice el guía que le han puesto placas de oro nuevas pagadas por Hussein de Jordania, la planta es octogonal rodeada por un pórtico. Los alicatados exteriores son verdes y azules, hermosísimos. Aquí son más estrictos con los escotes y las mangas, algunas tienen que agenciárselas para encontrar pañuelos y taparse, otras alquilan allí una especie de sayas largas verdes y por fin, entramos.
El interior tiene un núcleo central circular, que es la roca y alrededor hay otra nave también circular separada por arcos y columnas. En el núcleo central y debajo de la gran cúpula sobresale la roca de Abraham, es enorme y en ella hay un gran agujero, por donde Mahoma ascendió al Cielo, y debajo hay una cripta para contemplar mejor la roca en su totalidad, que tiene forma de cueva. En su interior el olor era insoportable, yo creo que se debía a que el suelo está cubierto de alfombras y la gente entra descalza por lo que si el servicio de limpieza no es muy allá el olor de los miles de pies que pisan el lugar se hace notar. Tuve que subir enseguida porque el olor me mareaba, a todo esto, Miguel dice: "No me extraña que Mahoma ascendiera al Cielo" y todos nos echamos a reír. Con esto no pretendo dar una idea superficial del lugar y mucho menos, menospreciar las creencias del lslam, sólo relato lo que ocurrió. Realmente la mezquita es impresionante y la roca también. Para nosotros este lugar nos recuerda la fe de Abraham tan grande y sólida como esta roca.
Salimos andando por encima de las murallas recorriendo toda la explanada del Templo y pasando por encima de la Puerta Dorada, la que está enfrente de Getsemaní, por la que entró el Señor triunfante y por la que los judíos creen que aparecerá el Mesías el día del Juicio.
Las murallas actuales de la ciudad las reconstruyó Suleimán el Magnífico en el XVI. Hacia el año 1000 a. C la ciudad fue conquistada por David, en el 926 a. C Salomón construye el primer templo, que destruye Nabucodonosor cuando la deportación a Babilonia. El templo es reconstruido por Ezra y Hehemías y Herodes lo embellece. Este segundo templo es el que conoce Jesús y del que profetiza que será destruido, cosa que ocurre en el 70 cuando Tito lo saquea y no deje piedra sobre piedra, a excepción del muro occidental.
En el 632 la ciudad cae en manos del lslam que construyen en la explanada la mezquita de la Roca. En 1099 los Cruzados la toman por asalto, pero Saladino la recupera en 1187. Debido a todos estos acontecimientos las murallas van cambiando, ahora la ciudad de David está fuera de las murallas, en tiempos de Jesús el lugar de la Ultima Cena quedaba dentro, así como la casa de Caifás, que ahora están fuera. Al contrario, ocurre con el Gólgota, que estaba fuera y ahora queda dentro, es decir, hay cambios importantes en el perímetro de la muralla y eso hay que tenerlo en cuenta para hacerse una composición de lugar correcta.
Una de las cosas que quiero decir es que Jerusalem está sobre varios montes, separados por valles como el del Cedrón, o el de Hinón o de la Genna (Infierno) por donde discurrían las aguas cuando llovía. Enfrente de la Puerta de la Basura o Puerta Estercolar está la ciudad de David, pero al otro lado del valle.
Vamos recorriendo la muralla y nos metemos en el barrio musulmán para llegar a una zona de excavaciones donde estaba la piscina probática, cerca del mercado de las ovejas, también se llamaba Piscina de Bethesda, en hebreo Beit-Hisda. Jesús llega el sábado a este lugar donde estaban loe enfermos para ser sumergidos en la piscina, y Jesús cura al paralítico.
Se dice que la madre de la Virgen nació aquí, también se dice que nació en Séforis. Parece ser que aquí vivieron loe padres de la Virgen, la iglesia que hay al lado de la piscina está dedicada a la madre de la Virgen, Santa Ana, de estilo neogótico es preciosa, pequeñita y con una acústica extraordinaria, está sobre unas grutas en las que se encontraron habitaciones a las que se accede desde dentro del templo por unas escaleras. En el momento en que entramos estaban cantando un grupo de evangélicos norteamericanos, sonaban como los ángeles, daba gloria oírlos. Rezamos un rato y después bajamos a la cueva, allí Raymond, el guía recitó el Padrenuestro en arameo, fue un momento fortísimo, de intensa emoción para todos, emoción que era palpable en las caras de todos nosotros. Esos sonidos eran los mismos que los Apóstoles oyeron de labios de Jesús.
Al salir nos acercamos a la piscina y vimos un baño profundo de unos 3 metros, cuyos últimos estratos son de época de Cristo. Seguimos recorriendo el barrio musulmán, bebimos zumo de naranja en un bar y nos dirigimos a la Puerta de Herodes para coger el autobús e ir a Betania, que ya está incluida en la ciudad de Jerusalem. Lo que vamos a visitar es la necrópolis de Betania, donde Cristo resucitó a Lázaro. Es una bóveda de piedra que no tiene por qué ser et sepulcro de Lázaro, pero en cualquier caso, estaría muy cercano. Aquí había prensas de aceite. Los P. Franciscanos han excavado la zona y la iglesia está sobre la tumba, en mosaicos se cuenta toda la historia de la resurrección de Lázaro y los textos evangélicos. Leemos los textos, rezamos y al salir un hombre mayor nos quiere vender mostaza, son unas semillas minúsculas, de ahí la parábola del grano de mostaza. Al lado hay una tienda donde venden todo tipo de recuerdos y cremas cosméticas del Mar Muerto, es una tienda de palestinos. Después nos espera el autobús para llevarnos al hotel, ya hace calor. La comida del hotel muy buena, ensaladas con aliño de hinojos, arroz, pollo y fruta.
Después de comer vamos a la basílica de la Dormición de la Virgen, donde María se durmió, no murió. Entramos por la Puerta de Sión que es la situada más al sur, en el monte Sión, fuera de la muralla actual está la basílica, tiene un bonito ábside de mosaico bizantino, muy cerca está la supuesta tumba del rey David y el Cenáculo. En el interior de la basílica se siente la paz, tiene una luz muy tenue, hay un túmulo y encima una escultura de María acostada y dormida, con facciones de persona ya adulta. Hacemos oración individual, yo le doy gracias a María por ayudarme a entenderla mejor y a acercarme a ella, lo hizo en Nazaret y ahora aquí empiezo a sentir el profundo misterio de su entrega sin límite.
De aquí andando, en cinco minutos estamos en la tumba de David, el edificio actual que ampara la tumba es una construcción cruzada, en 1948 los PP Franciscanos ocuparon una casa particular y la convirtieron en templo, el lugar del Cenáculo era la casa donde está ahora la tumba del rey David, la parte superior, es decir, a un nivel más alto que la tumba, pero con respecto al nivel actual, más bajo. Desde esta casa a Getsemaní hay unos 4 Kilómetros bajando y atravesando el torrente del Cedrón, este fue el camino que hizo Jesús esa noche.
Entramos en la casa y bajando unas escaleras vemos la tumba del rey David, nos obligan a cubrirnos la cabeza, a los hombres, delante del túmulo hay hombres rezando, la tumba está adornada con menorahs y una gran bandera de lsrael, también está un ejemplar de la Torah.
Después nos acercamos a la casa de al lado, la que compraron los Franciscanos. Ahora no es un templo y forma parte de una Yeshiva o escuela religiosa judía, antes lo hizo de una mezquita. Rodeados de turistas alborotadores en una equina leemos el texto, cantamos y los sacerdotes renuevan sus promesas.
Al salir por la Puerta de Sión vimos los impactos de proyectiles de la guerra de los Seis Días. Oscar Schindler, el protagonista de la película de Spilberg está enterrado a unos metros de aquí y comprobamos como las tumbas están llenas de piedrecitas que depositan los judíos, estas simbolizan la reconstrucción del Templo y el gesto significa el lamento por el que se ha muerto sin ver el Templo reconstruido.
Por todo lo que veo y siento, pienso que esta ciudad realmente tiene algo especial, y es como un polvorín porque en ella coinciden los afectos religiosos de todos: Islam, Judaísmo, Cristianismo, y hay que esperar que el señor no permita que se repita la guerra y rezar intensamente por la paz.
Pasando de nuevo hacia dentro por la Puerta de Sión nos acercamos al Cardo Máximo, restos de la Jerusalem romana, la de Jesús, estamos en el barrio judío, esta calle separa el barrio musulmán del judío, antes de la guerra de los seis días todo era musulmán, concretamente la zona del Muro de las Lamentaciones era el sector jordano. Los edificios son de piedra caliza entre blanca y dorada, depende de la luz, la calle actual va un metro y medio por encima y para pisar la calle romana hay que bajar unas escaleras, en uno de los lados se conserva un gran pórtico de columnas de orden compuesto y de gran altura, giramos para ver un mosaico bizantino con el mapa de Jerusalem en el siglo VI. Dentro del cardo hay una galería comercial, las tiendas son judías y tienen cosas preciosas, pero no podemos parar.
Una calle más abajo y volvemos a entrar en el barrio musulmán, en el zoco, muy abigarrado y bullicioso. Las tiendas son contiguas y puede haber miles, huele a especias y aquí se vende de todo. Las calles son estrechas, tiene mucho colorido y sabor, Me recuerda a la Alcaicería de Granada, pero en escala gigantesca y también a los zocos de Marruecos.
Cuando llegamos a la iglesia del Santo Sepulcro todo cambió. Antes de entrar nos hicimos una foto todo el grupo juntos. La plaza donde está templo es pequeña y por fuera el templo es como un galimatías, lleno de añadidos de épocas distintas. Vamos a entrar.
En el Santo Sepulcro
Lo primero que voy a explicar es la organización de este templo porque es muy complicado entenderlo. En principio lo que hay que recordar es que la iglesia se levanta sobre el lugar de la crucifixión, es decir, el Gólgota, y abarca también el área del sepulcro que estaba un poco más abajo. El Gólgota estaba fuera de las murallas y ahora está dentro. Además, dentro del templo están los calabozos o cárceles donde los reos esperaban para ser crucificados. Por todo esto el templo tiene infinidad de alturas.
Al entrar subimos unas escaleras para acceder a la zona de la crucifixión, la cantidad de gente que había era incontable, gente de todos sitios y vestida de todas las maneras. La capilla de la crucifixión está en la parte más alta, muchos metros sobre el suelo, ahí está la roca y el agujero para la cruz. La capilla es ortodoxa, está sucia, repleta de telas y de lámparas, todo el mundo se agolpa sobre el sitio de la cruz, todos quieren meter la mano y todos quieren hacerse la foto. A mí este espectáculo me desconcertó mucho y me apenó porque me parecía fetichista. Al lado de la cruz hay una Dolorosa divina, al estilo de las tallas de la escuela castellana del XVll en el patetismo, pero con la belleza de las de la escuela andaluza, con unos ojos brillantes y desolados que te llenaban el corazón de tristeza.
Ante el lio, el ruido y los empujones decidí que no iba a meter la mano, pensé que la mano era lo de menos, lo importante es llevar la cruz.
Bajamos la escalera y fuimos a la zona donde encerraron al Señor hasta la crucifixión. Era una mazmorra de piedra, húmeda y horrible, yo no entendía nada desde el punto de vista de la localización, no me aclaraba, pero Paco el Cura de Jimena de la Frontera me lo explicó, esta zona está a la altura de la calle, un poco más baja, sería la zona situada a los pies del Gólgota.
En un altar había un fuste de columna de granito rojo que dicen es la de la flagelación. La impresión general que yo tenía era de descuido del lugar y de suciedad, el hecho de que esté repartido entre tantas iglesias es en sí mismo una gran aberración y creo que causa principal del descuido general del templo, que tendría que ser el más mimado, cuidado y conservado. La gran cúpula está apuntalada y todo es oscuro y triste.
En el centro, bajo la cúpula y a los pies de la crucifixión está la tumba vacía del Señor. Por todas partes se ve la roca del monte, porque para hacer el templo horadaron parte del montículo del Gólgota. El sepulcro es grande e impresiona. Yo me encontraba mal, fui paseando por altares coptos, armenios, católicos... el ruido y el aspecto de mercado que tenía el ambiente me molestaba profundamente, pensé que en la Eucaristía que íbamos a celebrar allí en la capilla de los Franciscanos intentaría compartir con Jesús su pasión. Y realmente la viví bastante, no fue como las de Domingo de mi parroquia de San Juan de Dios, y faltaba Antonio Troya y toda la comunidad, pero la gente con la que estamos es estupenda y ya compartimos muchas cosas con ellos.
A pesar de la eucaristía yo no salí muy bien de ánimo que digamos y entonces ocurrió algo estupendo.
El P. Ildefonso y el guía nos llevaron a una tienda de palestinos muy cerca del Santo Sepulcro, yo decidí en la puerta no entrar y me quedé esperando en la calle. En esto pasó un vendedor ambulante con collares y pulseras, se acercó a mí y me preguntó de donde era y empezamos a hablar en inglés. Me contó que tenía 5 hijos, cuatro niños y una niña, que antes había sido vendedor en una tienda, pero ahora iba por su cuenta y que vivía de los turistas. Me preguntó muchas cosas, incluso el precio del viaje y el hotel, me dijo que el hotel Ambassador era un buen hotel. En esto llegó Miguel, que estaba dentro de la tienda y se lo presenté. Después empezaron a salir los nuestros también, a mí me dio un arrebato y le compré un collar que no necesitaba, pero así animé a los demás a comprar y vendió varias cosas. Nos despedimos de él, y cuando se iba se volvió, me dio las gracias y me dijo: "Esto es para usted, señora" y me regaló una pulsera. Supongo que lo hizo por dos cosas, por haber hablado con él un rato y no salir corriendo y por ayudarle a vender. El caso es que el Señor me compensó los malos ratos pasados y el día terminó de maravilla.
Esta ciudad es especial, desde luego… Al atardece, cuando volvíamos al hotel para cenar el color de la tarde era increíble, entre amarillo y rojo el cielo, una brisa muy suave y los edificios dorados con multitud de cúpulas, es cierto el dicho judío de que Jerusalem es una ciudad para rezar, todo te invita a dar gracias a Dios.
5 de julio de 1996, viernes
Desayuno y primera noticia de España. Arancha Sánchez Vicario pasa a la final de Wimbledon. Después del desayuno vamos a Getsemani, es muy temprano, pero vemos ya muchos autobuses y coches palestinos que buscan aparcamiento Hoy es viernes y los musulmanes vienen de todas partes a la explanada de las mezquitas a rezar.
Llegamos a Getsemaní atravesando la ciudad y rodeando la Ciudad Vieja, el monte de los Olivos está enfrente, entre ambos el torrente del Cedrón, en la falda del monte hay un cementerio judío mirando al Muro y a la Puerta Dorada por donde aparecerá el Mesías. El monte de los Olivos tenía una mayor extensión antes de la ocupación romana, ellos utilizaban su madera para las cruces, en la parte baja está Getsemaní y hay varios olivos de tiempos de Jesús, son enormes, de troncos retorcidos y robustos. Me quedo un momento contemplando los olivos, le pido al Señor que cuando sienta la agonía, se la ofrezca y la comparta con Él, que el dolor me sirva para unirme a Él, no para separarme, que todas las soledades las vea como un camino que me acerque a Él. Amén.
Entramos en la iglesia de la Agonía o de las Naciones, tiene un interior oscuro y un techo con bóveda azul con estrellas, es como estar de noche bajo el cielo. En el suelo la roca en la que Jesús pudo rezar, alrededor una gran corona de espinas con palomas. El altar detrás. impresiona mucho, invita a rezar y a interiorizar, a entrar en uno mismo. He rezado y me he emocionado profundamente, al salir lo compartimos con los demás.
Subiendo un poco la ladera llegamos a la gruta del Prendimiento. Este recorrido lo hizo Jesús varias veces esa noche. La gruta es amplia y hay re0toe de un molino de aceite, pertenecía al mi0mo huerto de Getsemaní. En la gruta los Franciscanos tienen un pequeño altar muy sencillo, aquí celebramos la Eucaristía, la de hoy muy vivida por todos.
Al lado hay una iglesia ortodoxa, en el iconostasis, un icono hermosísimo de la Virgen, pienso en Antonio Troya, creo que le encantaría, le compramos una reproducción. Lástima lo sucia que está la iglesia, es la continuación de la de los Franciscanos. ¡Qué pena estas divisiones estúpidas, cuando todos creemos en el mismo Dios¡
Seguimos subiendo el monte, ahora empieza a hacer calor, aunque soportable, el cielo de un azul intenso, la atmósfera muy limpia. Unos niños venden ramos de olivo, el P. Ildefonso nos reparte un ramito a cada uno que le ha dado el P. Franciscano que nos ha atendido. Por cierto, todos los P.P. Franciscanos que nos hemos encontrado son encantadores. Seguimos subiendo el monte. En la cima se conmemora la ascensión del Señor. El lugar está ocupado por una mezquita, pero nos dejan entrar hasta una capilla octogonal exenta, que no tiene nada salvo la roca de la ascensión. Esta capilla es del siglo VIII. Leemos, rezamos, cantamos y empezamos a bajar el monte.
Paramos en la iglesia del Padre Nuestro, donde hay una gruta amplia de forma redondeada. Raymond vuelve a rezar el Padre Nuestro en arameo y nosotros terminamos rezándolo en español cogidos de las manos. Doy gracias al Señor por haberme enseñado el significado de estas palabras. Rezo por mi grupo de Medina.
Alrededor de la cueva hay inscripciones de cerámica con el Padre Nuestro en todos los idiomas, incluidos gallego, catalán, valenciano y euskera.
Continuamos bajando el monte por una pendiente muy inclinada, por donde accedían los que venían de Judea a Jerusalem. Bajamos cantando ¡Qué alegría cuando me dijeron! Estamos contentos. La vista de la ciudad es increíble. A mitad de camino paramos en Dominus Flevit (El Señor lloró) lugar que conmemora las lágrimas de Cristo por Jerusalem.
Delante hay una vista esplendorosa, mágica, es imposible explicarlo. Nos quedamos mucho rato y desde ahí nos vamos al hotel a comer.
Por la tarde a San Pedro in Gallicanto, lugar donde Pedro negó a Jesús, en las cercanías de la casa de Caifás. Esta casa estaba dentro de la muralla, ahora no. A la derecha tenemos la ciudad de David, más allá el Monte de loe Olivos, enfrente toda la ciudad, a la izquierda el valle de la Heenna. La casa de Caifás está a unos 250 metros del Cenáculo. Hemos bajado las escaleras, que son de época romana y las que bajó el Señor hacia Getsemaní. Estas escaleras se han descubierto ahora y toda la zona es una gran excavación arqueológica, hay muchísimos restos. Las escaleras llegan hasta el torrente Cedrón.
Después del Prendimiento y de llevarlo a casa de Anás, lo conducen a la de Caifás y de allí hasta la torre Antonia ante Pilato, la torre Antonia está bastante lejos de donde estamos. Es posible que una vez condenado volviera aquí a unas cárceles que se han encontrado y se están excavando. Bajamos a verlas. Son de piedra y tienen una apertura por arriba, por donde los descolgaban. En la pared hay una cara y una figura que dicen es la de Jesús, yo no la veía al principio, pero de repente la vi y después no la podía dejar de ver. Esto ocurrió mientras leíamos el salmo allí dentro de la prisión.
Nos quedaba el Vía Crucis.
Vamos a la Ciudad Vieja, paseando nos recreamos en las calles, con arcos y casas preciosas. Entramos en la Vía Dolorosa y vamos a las Hermanas de Sión a ver el Gábata, Litóstrotos o Enlosado y el arco del Ecce Homo.
Es una casa, dentro hay un convento de monjas francesas, las hermanas de Sión. Bajando unos metros alcanzamos el nivel del enlosado romano que Jesús pisó. Hay unos cuantos metros de enlosado y además está el arco romano debajo del cual Pilatos lo presentó a la multitud. El arco está delante del Santísimo y no hay retablo, sólo el arco y delante un altar. Todo está cubierto por una cúpula a gran altura. Actualmente la calle va a 1,50 metros por encima.
El P. Ildefonso nos dio instrucciones para que entráramos en el arco y nos pusiéramos debajo como estuvo Jesús, que tocáramos la piedra y que saliéramos de espaldas. Yo pensé que tal como se estaba planteando parecía un ritual mágico, así que subí, me coloqué debajo y no toqué, eso sí salimos Manolo, Carmen, Miguel y yo de cara al Santísimo y de espaldas a la gente.
Las piedras del Litóstrotos eran muy grandes y lisas así que debían de resbalar mucho, vimos unos dibujos en las piedras que solían hacer los soldados romanos para no aburrirse en las guardias, estos dibujos representan un juego parecido a la Oca por ejemplo, llamado el juego del Rey.
Con el corazón encogido salimos de allí para empezar el Vía Crucis por la Vía Dolorosa hasta e[ Santo Sepulcro. La Vía Dolorosa es estrecha, llena de tiendas y con mucha gente. Asciende hacia el Gólgota y en un tramo tiene escaleras.
Nos repartimos las estaciones por parejas en la iglesia de la Flagelación. Antes de salir llegó un fotógrafo. Miguel y yo nos olimos el asunto. Se trataba de hacernos fotos con la cruz, entonces, le dijimos que nosotros, no queríamos fotos, a pesar de todo las hizo. Evidentemente no se las compramos. Miguel y yo hicimos la novena estación. Era difícil concentrarse con el ruido, pero por otro lado el señor sufrió todo eso y muchísimo más. Algunos comerciantes bajaban la música y otros la subían o gritaban más, los turistas nos filmaban.
Al llegar a un recodo de la Vía Dolorosa hay que dar la vuelta porque el Santo Sepulcro nos impide subir hasta donde estaba el Gólgota porque como ya dije el Gólgota está dentro del Santo Sepulcro, entonces lo que se hace es llegar a la terraza del Santo Sepulcro, justo encima del altar de la Crucifixión y se termina allí.
En la terraza en una habitación mísera viven loe sacerdotes etíopes, Manolo Sánchez Mota habla con el Obispo y nos permiten entrar en su iglesia que está dentro del edificio del Santo Sepulcro, pero apartada, la atravesamos para salir, dejándoles una pequeña colecta.
Esta noche salimos después de cenar Carmen, Manolo, Miguel y yo. Antes de salir vimos que estaban preparando las últimas mesas en el jardín del hotel para una boda. Todavía no habían llegado loe novios.
Pedimos un taxi en el hotel, ajustamos el precio antes de salir, 5 dólares y nos llevó a la Puerta de Damasco y quedamos en que nos recogiera a las 11.
Eran las 9 y había mucha gente, muchos musulmanes que habían ido a Jerusalem a rezar y a esta hora estaban descansando para volver a sus pueblos, el viernes había terminado, con la puesta de sol ya era Shabat (en Israel llevan la hora solar).
Nos metimos por la Puerta de Damasco hacia dentro, todavía quedaban vendedores en la calle y algunos cafés abiertos. Nos fuimos en dirección al Muro. En el control judío dos chavales soldados nos pidieron que abriéramos el bolso, les dijimos Shabat Shalom, que es la fórmula normal, ellos nos contestaron igual. Bajamos al Muro, había unos cuantos haessidim rezando, unos con sombreros negros y otro con un modelo tipo cosaco ruso con piel alrededor, unos con batines negros de raso y medias blancas, otros con una manga quitada, tefilim y filacterias y todos con tirabuzones. Algunos llevaban a sus hijos pequeños. Cuando salían del Muro iban caminando de espaldas hasta el final.
Después recorrimos el barrio judío. Hacía una noche estupenda, todo estaba tranquilo y en silencio. El barrio es precioso y está impecable. Vimos dos sinagogas y las ruinas de un hospital de los Caballeros teutones. El barrio tiene muchas placitas con bancos y árboles. Las casas son como todas las de Jerusalem, de piedra, con tres pisos escalonados con terrazas.
Paseamos por delante de muchas joyerías y librerías, con objetos de diseño, de plata y antigüedades. Nos tropezamos con soldados, llegamos al cardo y allí entramos ya en zona árabe. Estaba todo cerrado y con muy poca luz y había algunos palestinos en grupos. Era toda una aventura y muy emocionante. Nos cruzamos con un grupo de palestinos, sólo hombres y no pasó nada. Salimos a la parte conocida por la Puerta de Damasco, nos dimos un paseo por fuera de las murallas y a las once menos diez llegó el taxi y nos llevó al hotel.
En el hotel había una boda como ya hemos dicho, eran palestinos, pero iban vestidos a la occidental casi todos. Alguna gente del grupo se puso a aplaudir a la novia y le cantaron Macarena, total un cachondeo. Desde la ventana de la habitación de Manolo y Carmen se veía perfectamente el jardín, estuvimos un rato observándolos desde la terraza de la habitación. A las 12 terminaron la celebración y nosotros nos fuimos a dormir.
6 de julio de 1996, sábado.
A primera hora nos vamos a Belén, al Campo de los Pastores, a 2 Km y medio de la ciudad. Aquí hay una cueva de las que los pastores utilizaban para refugiarse. En el Antiguo Testamento se cuenta la historia de Ruth, que era moabita y su cuñada Orpa también de Moab. Las dos se casan con judíos en el país de Moab, se quedan viudas y Ruth acompaña a su suegra Noemí a Belén. Ruth se casó con un judío llamado Booz, de ellos viene la casa de David a través de Jesé, y de la casa de David procede Jesús. En Belén también sucede la historia de Raquel y Jacob y está la tumba de Raquel.
El Campo de los Pastores es un lugar con árboles, pinos, olivos y tierras de labor. Hay una pequeña iglesia. Nosotros celebramos la Eucaristía en el exterior, debajo de una techumbre al lado de la gruta de los Pastores, se oían las cigarras y pájaros. La celebración fue muy intensa y alegre.
Desde allí nos vamos a Belén, a la Basílica de la Natividad, la parte antigua de Belén lógicamente es la más alta. La Basílica está en la plaza principal, allí hay una estrella grande. La puerta es muy chiquitita, para evitar que entraran animales en el interior Y como todas está dividida, la parte de los ortodoxos es en la que está la estrella de plata que marca el sitio del pesebre. Esta zona es una cueva muy bajita. Debajo sigue la parte católica que cuidan los P. Franciscanos. Es un lugar muy acogedor, uno por uno vamos besando el suelo.
El techo de la iglesia franciscana es un artesonado sencillo, hay un Niño Jesús precioso en uno de los altares. El P. Ildefonso nos regala una postal a cada uno de nosotros de esta imagen.
Esta zona de Belén está cuidada y es bonita, vemos policía palestina. El guía nos cuenta que cuando Belén estaba tomado por el ejército judío no podían celebrar la Navidad en la Basílica. También nos comenta que ahora que es ciudad palestina está rodeada de territorio de Israel y esto supone que los palestinos sólo pueden trabajar en su ciudad, salvo que les den un permiso los judíos.
De Belén vamos a Ain-Karen, el pueblo de Juan Bautista, lugar que visitó María para ver a su prima lsabel. El nombre de Ain-Karen quiere decir fuente generosa o fuente de la viña. Antes de 1948 era un pueblo palestino cristiano y en el 48 pasó a manos de lsrael. Hemos pasado por la casa natal de Raymond, el guía. Nos dijo que la había intentado comprar de nuevo, pero no se la venden.
Isabel y Zacarías, padres del Bautista tenían además de una casa aquí, otra más arriba para la época de la cosecha en verano y allí fue María a visitar a su prima Isabel, un poco más arriba de donde estamos nosotros.
El pueblo es precioso, es un valle verde, con jardines, fuentes y casas de piedra. Rezamos el Angelus junto a la fuente y a nuestro lado había un hombre con aspecto de veraneante que parecía estar esperando a que termináramos para sacar su coche. Lo curioso es que lo volvimos a ver en el aeropuerto, ya no tenía aspecto de veraneante y llevaba un intercomunicador propio de la policía, supongo que era del Mossah, Servicio de Inteligencia israelí.
Desde Ain-Karen fuimos al hotel Holyland, muy cerca de Jerusalem, en las afueras para ver una maqueta que han construido de la ciudad de Jerusalem en la época del 1º Templo, y del 2° Templo hasta el año 70, por lo tanto pudimos observar la posición de todos los lugares que habíamos visitado y tener una visión de conjunto.
Desde allí al hotel, nos despedimos de Raymond y por la tarde tuvimos libre. Fue una pena que no nos dejasen libre otra tarde Y no la del sábado, porque en sábado todo lo judío está cerrado, incluido el Museo del Libro que es sumamente interesante.
Después de comer Carmen, Miguel, Manolo y yo nos fuimos andando a la Ciudad Vieja. Entramos por la Puerta de Damasco e hicimos un recorrido parecido al del día anterior, pero en el barrio judío estuvimos más tiempo. Encontramos una zona en donde se ve la antigua muralla, que está en medio de un edificio. Hay carteles que te explican la altura que tenía, unos 45 metros. Ahora está a 4 metros por debajo del nivel de la calle, así se explica que en la Vía Dolorosa el nivel del tiempo de Jesús fuera 1,5 metros por debajo del actual.
Nos cruzamos con muchos ortodoxos hassidim, que iban al Muro con mujeres y niños, otros niños jugaban en los parques vestidos de Shabat, o sea de Domingo para nosotros.
Todos los hassidim tienen aspecto askenazi y es que lo son, proceden de Polonia y de Europa Central en general.
Antes de llegar al Muro nos tomamos un café turco muy espeso en un café árabe, con sabor a jazmín y a arrak, compramos dulces en la calle y nos los comimos allí en el café.
Después de pasar por el barrio judío entramos en el zoco árabe, regateamos como locos, Miguel lo hacía de maravilla, un kufiyya rojo, bordado a mano nos costó dólares, el vendedor pedía 45 y decía que a los americanos les pedía 65 y acababa vendiéndoselo por 55 dólares. El vendedor era profesor de Geografía en Secundaria, así que éramos colegas él y yo. Tenía 51 años, pero no los representaba en absoluto. Nos enseñó su carnet. Tenía una labia propia de árabae, se enrolló mucho con nosotros, como no acabábamos de ponernos de acuerdo hacíamos que nos íbamos y él nos llamaba para seguir regateando.
Yo me puse el kufiyya en la cintura y al pasar por las tiendas me decían "very original”. Me preguntaron dos veces lo que me había costado y al contestar 15 dólares todos decían: “Good prize”. Allí en el zoco nos encontramos con mucha gente del grupo.
Hay tantas cosas que es un auténtico berenjenal, todos los vendedores te invitan a entrar en sus tiendas, y si lo hicieras, no saldrías de allí en toda tu vida. A Pablo le compramos un kipá y Miguel se compró otra.
Paramos en la tienda de un armenio que tenía un cartel que ponía: VENDEDOR ARMENIO CRISTIANO. Hablaba italiano, nos dijo que él no engañaba a nadie porque era cristiano y orfebre, y hacía los objetos de plata que se vendían en Belén, la verdad es que los precios eran magníficos.
Desde allí nos fuimos a la muralla y volvimos a subir andando al hotel. Pasamos muy cerca de Mea Shearim, el barrio de los hassidim, pero no teníamos tiempo para entrar. Como era Shabat habían puesto unas cadenas para que no pasaran vehículos. En las casas se ven impactos de la guerra. Mirando atrás quedaba la Ciudad Vieja, dorada por el sol. Estaba radiante. Jerusalem es absolutamente mágica, tiene un tremendo tirón, te sacude por dentro.
Después de la cena le entregamos al P. Ildefonso un ícono precioso que le habíamos regalado todo el grupo y nos retiramos a hacer las maletas.
Antes de dormir tomé unas notas para añadir al diario que estaba haciendo día a día. Estas notas se refieren a Palestina hoy. Palestina es el territorio que se refiere al Estado de Israel y a Gaza y Cisjordania, pero Palestina no es un país, es el nombre que Roma dio a su provincia y por el que se conoció Tierra Santa. Cuando los judíos fueron expulsados de Palestina por los turcos, este territorio pasó a estar sometido al islam, por lo que la mayoría de los palestinos son musulmanes.
Los judíos emigraron al norte de África, Turquía y toda Europa y se dispersaron, pero mantuvieron su Identidad como pueblo, casándose entre ellos y guardando sus tradiciones y su religión.
En 1939 estalló la II Guerra Mundial y el gobierno Nazi de Adolfo Hitler decidió exterminar a la raza judía, la famosa “decisión final". Esto hizo que millones de judíos alemanes, austriacos, húngaros, checos, polacos, etc. fueran exterminados. Al terminar la guerra un grupo de judíos llamados sionistas empezaron a luchar por la idea de un estado judío en Palestina "Eretz Israel”, la tierra de Israel. Tras muchos problemas en 1948 la ONU lo concede por mínima diferencia en la votación. En ese momento Palestina estaba controlada por los británicos que habían ganado la guerra. Durante un tiempo Gran Bretaña permaneció en Palestina para asegurar la situación, pero el pueblo palestino nunca aceptó al Estado de Israel, y tampoco lo hicieron el resto de países árabes, y así surgió el conflicto. Los palestinos fueron sacados de las ciudades ocupadas por Israel y deportados a campos de refugiados.
Así surgieron organizaciones de defensa palestina como la OLP de Yaser Arafat y otras aún más extremistas, que atentaban tanto en Israel[ como en otras partes del mundo contra judíos o intereses judíos.
El Estado de Israel recibió y recibe ayuda de Estados Unidos gracias a la presión económica y política que ejercen los judíos norteamericanos.
Los países árabes no han sabido unirse para ayudar a los palestinos y cuando estalla la guerra entre Israel, Jordania, Líbano o la de Israel con Egipto, Israel ocupa más territorios.
Hace unos años empezó el proceso de paz y ahora se ha conseguido que los palestinos tengan un gobierno autónomo, pero esas ciudades están dentro del territorio de Israel y ahí está el problema. Muy pocos países reconocen a Palestina, y loe palestinos viven, digamos con el enemigo al lado, trabajan para los judíos y realmente se necesitan unos a otros a nivel económico.
En Jerusalem viven árabes, cristianos, judíos y palestinos. Los árabes son musulmanes, los judíos se dividen en varios grupos religiosos, los palestinos son musulmanes casi todos y una minoría cristianos.
Judío es la persona de raza judía, para ser considerado judío hay que tener madre judía. Ser judío no es una raza solamente, es una religión. Hay judíos que son ciudadanos de cualquiera de los países del mundo. Los judíos de Israel son además ciudadanos del Estado de Israel y a los nacidos en Israel se les llama "sabras", sabra es el fruto de la higuera salvaje, parecido al higo chumbo, que tiene muchos pinchos, pero por dentro es dulce. Así se supone que son las gentes nacidas en el Estado de Israel.
7 de julio de 1996, domingo Tel Aviv
A las cinco levantada general, a las 5:30 desayuno. A las 6 salimos para Tel-Aviv, por el camino pasamos al lado de Emaús. La verdad es que hemos encontrado al Señor muchas veces en este viaje.
En el aeropuerto tenemos que pasar un control que dura dos horas y media. Había cuatro agentes de seguridad, tres chicas y un chico. Nos explicaban que era muy importante que revisáramos nuestra maleta delante de ellos por si notábamos que había algo raro. Contestamos a las preguntas de un cuestionario sobre si habíamos hecho la maleta nosotros, si las habíamos perdido de vista en algún momento, si alguien nos había dado algo, si llevábamos armas, si habíamos salido solos, etc.
A las 10:30 embarcamos en un Jumbo. El vuelo bien y a la0 12 menos cuarto de la noche llegamos a Cádiz, allí nos esperaban nuestros amigos Pedro y Maribel y en Medina estábamos a las 12 y media.
Como conclusión quiero decir que ha sido una gran experiencia, que te carga las pilas, que me he encontrado con un Jesús muy cercano sobre todo en dos sitios, en el lago de Galilea y en la piscina de Bethesda, donde Raymond nos rezó el Padre Nuestro en arameo. En Getsemaní fue entrañable, bajando desde lo alto del monte de los Olivos con la Ciudad Vieja enfrente. En Sicar, en el pozo de la Samaritana, sin olvidar Belén y Nazaret donde se me presentó María de otra manera...
Se me hace muy difícil elegir un lugar, quizá yo prefiera el lago de Galileo, porque allí tengo la experiencia de un Jesús amigo y humano, muy cercano.
Espero de alguna manera comunicar esto a los demás y seguir anunciando el Reino.
Ximena Prieto
Terminado de redactar en septiembre de 1996 en Medina Sidonia (Cádiz)
Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán, Ximena Prieto Álvarez, Tarjetas Postales y Diapositivas adquiridas en el viaje y algún folleto de Tierra Santa.
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