Ibiza. Febrero 2020
19-02-2020
El viaje se hace pesado porque es todo el día de trajín, entre autobuses a Cádiz, luego a Sevilla, luego comer, luego aeropuerto y vuelo, y más autobús. Llegamos a las 8 al hotel que se llama Coral Beach. Tres estrellas que se notan en el buffet aunque no está mal. La habitación bien con una terracita, mesa y sillas. No vemos nada porque estamos en el primer piso.
20-02-2020
Es Canar
Es Canar
Desayunamos y nos fuimos a dar un paseo por los alrededores del hotel y Es Canar mientras hacíamos hora para escuchar a la responsable del grupo.
El hotel está en Es Canar. Es Canar es un sitio de playa con edificios no muy altos, pinares, playa con paseo y chiringuitos y varios hoteles y en los alrededores varias calas. Hay pocos establecimientos abiertos, nos da la sensación de que la isla cierra en invierno. Es Canar está muy cerca de Santa Eulalia que es la segunda localidad en tamaño después de Ibiza, la capital. En Ibiza todos los pueblos tienen nombre de santos porque los catalanes los llamaron así.
Por la mañana el tremendo rollo de la guía que no llegamos a aguantar en su totalidad. El resumen de su tesis es: Todo lo que te ofrezcan los demás es malo y lo mío es muy bueno, los demás te engañan y yo no. No tragamos y nos vamos disimuladamente antes de que termine a una agencia de alquiler que está muy cerca y que hemos ido a ver precios después de desayunar. Nos ha gustado el vendedor y el precio, además nos ha dado unas cuantas recomendaciones interesantes.
Con nuestro Fiat Panda 4x4 y nuestra excursión a Formentera ya comprada nos vamos a Santa Eulalia del Río.
Santa Eulalia se extiende por una colina en alto y una zona baja donde está el río y las playas, la parte baja es moderna. Está todo muy verde y destacan las casas blancas con contraventanas mallorquinas. En la parte alta hay una casa de payés arreglada y ampliada que es el museo etnográfico y está muy bien. Tiene lo propio del lugar: Carros y carretas, vasijas cerámicas, un lagar y una almazara que aquí llaman trull, un dormitorio y unas miniaturas de los muebles que había en la casa.
También tienen una sala para los trajes típicos y me llama la atención el pañuelo que me recuerda al de las cobijás de Vejer de la Frontera. Pero lo más bonito son las abarcas y las esparteñas. Según esto las esparteñas están abiertas por delante y las abarcas no. Las joyas son increíbles, de plata y oro, pendientes y sortijas pero sobre todo pectorales con cruces muy grandes y rosarios. El rosario más antiguo es de plata y coral, con cuentas de coral redondeadas, pero irregulares muy grandes y muy bonitas. Algunos collares de oro con adornos en forma de doble prisma regular que recuerdan las joyas púnicas y tartesas. En el mismo museo se puede ver la obra de una familia de pintores ibicencos que abarca el siglo XIX y XX, los Puget, y un apartado sobre los corsarios ibicencos.
Santa Eulalia del Río
Santa Eulalia del Río
La iglesia está más arriba, en lo que se llama Puig de la Missa, tiene partes del siglo XVI, XVII y XVIII, incrustada en una torre baluarte con un atrio muy interesante, cubierto, con tres naves y arcos de medio punto, el techo de vigas de madera de sabina, son troncos en realidad. En el interior un retablo barroco en el que aparecen San Andrés y Santa Eulalia.
El cementerio está al lado y forma tres calles en terrazas, leo los nombres en las lápidas, algo que hago siempre y descubro varios extranjeros. Muy pocas tumbas y muchos nichos con cristal delante para preservarlos, veo objetos colocados delante como unas motos de juguete delante de la lápida de un muchacho llamado Marc Marquez, como el campeón y a quien éste le dedicó uno de sus Grandes Premios.
Bajamos disfrutando de unas vistas extraordinarias hacia el paseo marítimo y vemos dos playas, una a cada lado, la del oeste si miras desde el mar está protegida por una colina con vegetación y casas blancas desperdigadas. En el campo hay muchos pozos con unos molinos encima para sacar el agua, la mayoría sin aspas.
Al recoger el coche que habíamos dejado aparcado en un parking cerca del ayuntamiento, en el centro, vemos que hay un papel sospechoso cogido con el parabrisas y¡ es una multa!, mejor, un multazo, se supone que hemos aparcado en un sitio reservado para minusválidos, que por supuesto no hemos visto, el aparcamiento era de tierra y no había señal en el suelo. Miguel ve un coche de policía local y les pregunta y ellos le dicen que menos mal que no se ha llevado el coche la grúa, es lo que nos faltaba. Otro día volvimos a mirar donde estaba la señal y estaba, era una señal vertical, muy pequeña, sin pictograma y había solo una. Una trampa para llenar las arcas del ayuntamiento con turistas. De hecho, en el resto de aparcamientos que usamos en la isla, los lugares para minusválidos estaban pintados en el suelo con la señal acostumbrada en azul.
Por la tarde fuimos a Ibiza, intentamos llegar a Dalt Vila, pero nos damos cuenta de que es mejor dejar el coche abajo y entonces pensamos en ir otro día y nos dirigimos a Ses Salines a pasear por la playa, que es muy larga, con un pinar sabinar y unas pasarelas para acceder a la arena justo al lado de las salinas y muy cerca del aeropuerto. Es el sur de la isla, mientras paseamos estamos viendo Formentera, a donde iremos mañana. Hace buena tarde y buena temperatura.
Ses Salines y playas cercanas
Ses Salines y playas cercanas
Textos Ximena Prieto
Fotos MIguel Roa
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