viernes, 8 de enero de 2021

Un paseo por Toscana. Julio de 2005 (II) Serravalle - Pistoia - Prato - Montecatini Terme


 

10-7-05 Serravalle –Pistoia-Prato-Montecatini

Vamos hacia Pistoia y a unos 10 Km de Montecatini está Serravalle encaramado a una roca, tiene varias torres y una fortaleza medieval, la construcción igual que en Montecatini. Lo mismo que ayer nos maravilla el trabajo de forja en balcones, verjas y sujetamacetas, algunas cornisas de hierro y cristal para resguardar las puertas de la lluvia como las que queremos poner en casa.

Otra cosa curiosa son las ventanas, ya he dicho que son de lamas de madera, pero tienen infinidad de posibilidades de apertura. En Serravalle todo son flores y preciosas casas de piedra, además tienen 2 iglesias románicas y una torre ostrogoda. Los jardines están salpicados de olivos, cipreses, pinos y fuentes. Por todas partes nos rodea la vegetación y hay casas repartidas por todas partes. Además de las especies caducifolias hay vegetación mediterránea y muchas hortensias.















Llegamos a Pistoia, que es la capital de la provincia de su mismo nombre, entramos en la iglesia de la Humildad, con una tabla de la Virgen de la Humildad, cúpula de Vasari, plan de Sangallo que consiste en planta central con un atrio como el de Alberti en San Andrés de Mantua, ¡Casi nada! Seguimos andando y nos encontramos con la plaza del Duomo y antes la iglesia de San Juan con un púlpito extraordinario de Giovanni Pisano y el exterior revestido de mármoles blancos y negros tipo Florencia. En la plaza del Duomo como es usual está el Baptisterio enfrente de la Catedral, de mármol, la torre en su parte inferior de piedra y superior de mármol blanco y negro. En la misma plaza varios palacios del XV y XVI tipo Medici-Ricardi. La plaza es cuadrada y tiene mucha armonía.



























Nos topamos con el antiguo hospicio de Pistoia, sobre una idea de Brunellescchi en el de los inocentes de Florencia, y con cerámicas de los hermanos Della Robbia también. Pistoia está un poquito descuidada para lo que es usual en Toscana. Vamos siguiendo un itinerario y visitamos San Miguel, del siglo XII, este románico es muy auténtico, unas veces con ornamentación de mármol y otros sólo piedra y ladrillo. Nos tropezamos con una iglesia extraordinaria, San Bartolomeo in Pantano, es de lo más emocionante que yo haya visto, se conserva casi íntegra salvo la parte superior de la portada, tiene un trabajo magnífico con la piedra y el mármol y en el interior conserva pinturas originales en el ábside y en las naves laterales, el púlpito es de escuela de los Pisano, hace un efecto imponente porque en el ábside hay un Pantócrator (en la cúpula de horno), no tiene bóveda de cañón en la central si no que es a dos aguas de madera y las laterales de arista, los capiteles también son originales en su mayoría. Hay un tema iconográfico que es el león tragándose un hombre y un pájaro.





















Salimos hacia Prato, en Prato es la hora de comer y al ser Domingo tenemos que preguntar donde hay un restaurante abierto y nos llevan a una plaza rodeada de palacios góticos y renacimiento, observo que las cornisas son muy salientes y de madera con grandes zapatas, debe nevar en invierno. Comemos en una terraza en la misma plaza, bebemos vino blanco y después nos dirigimos hacia el Duomo, que es precioso, un campanile románico con placas blancas y negras de mármol y fachada con portada con medallón de la Virgen con dos santos: San Esteban, con una piedra en la cabeza y San Juan, al lado de la Virgen, de Andrea Della Robbia en sus tonos característicos blanco y azul, pero lo más exquisito es el púlpito de Donatello en el exterior, como un gran paraguas abierto y decoración de putti.

El interior no es tan brillante, aunque los frescos de Uccello son muy bonitos. Pasamos por delante de Santa María delle Carceri de Sangallo con una cúpula tipo capilla Pazzi y una planta cuadrada, está al lado del castillo de Federico II, este castillo está entero, todo de piedra blanca y las murallas alrededor de la ciudad también. Prato parece muy industrial (lana y textiles en general) y multitud de viveros de plantas ornamentales, está limpísima y hay muchos chinos, también moros y pakistaníes. Hay una zona tipo parque tecnológico muy moderna, varios conventos góticos.

Estos toscanos ponen cualquier cosa en macetas, por ejemplo, magnolios, cipreses y olivos, recortan los setos de mil maneras y cuidan mucho los jardines.




















Al volver a Montecatini Terme hemos ido a las termas, son del Novecento, sólo faltaban los personajes de Visconti. Los jardines con pradera en declive, las fuentes misteriosas, las estatuas…

Esta ciudad tiene más jardines, parques y hoteles que población, debe de haber entre 150 y 200 hoteles, tiendas donde la ropa de rebajas está a ciento y pico euros, helados a cuatro cincuenta. Hay turismo sobre todo italiano, en las termas hay conciertos todas las noches y tiene cuatro cines.

En relación con las termas hemos visto dos manantiales pero hay  cinco, de cada grifo sale un agua que viene de un determinado manantial, estos grifos están en una zona cubierta por una exedra enorme, las fuentes se llaman Regina, Tetuccio, Torretta, Rinfresco y Leopoldine.

































...continuará

Texto: Ximena Prieto Álvarez

Fotografías: Miguel Roa Guzmán




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