4 de marzo de 2022
Palma
Temprano
desayunamos y nos vamos a las nueve para Palma. Primero el castillo de Bellver,
fortaleza gótica construida en 1300 y que se terminó en nueve años, doble foso
y una planta geométrica con torre del homenaje aparte. Preside el monte o
colina sobre la ciudad y está rodeado de bosque con senderos para pasear y hacer
deporte. Bellver es un nombre que le va que ni pintado, la vista es preciosa.
Entramos
gratis con el carnet de profes que aún es válido hasta agosto de este año. El
castillo tiene dos plantas e infinidad de salas museizadas con información de
la historia del recinto y de Mallorca en general. Incluye unas salas sobre
Jovellanos que estuvo preso aquí, otras sobre época romana, medieval (cristiana
y musulmana) y sobre la revuelta de Germanías, y época contemporánea. Todo muy
bien, incluso hay copias de esculturas clásicas. Quizá demasiada información
que, si pretendes quedarte con ella no puedes, es demasiada. Para mí esto de los
Museos no está bien enfocado, habría que revisarlo. Hemos ido rápido y aun así
una hora completa.
Ahora bajamos a la ciudad y vamos al Pueblo Español, pero está cerrado, no abre hasta abril, así que seguimos al centro.
Paseamos por el Paseo Marítimo, el barrio de
Santa Catalina y el Jonquet, barrio de pescadores de casitas pequeñas de una
planta o dos, ahora muchas de ellas remozadas y pintadas de colores, con unas
vistas magníficas de la bahía. Ahora estas casitas de pescadores imagino que se
cotizarán mucho, ya que están en el centro y con vistas magníficas al puerto.
Lo más interesante del barrio son los molinos de viento, se conservan
bastantes, incluso hay un museo que abrirá el lunes, pero como están limpiando
dentro, nos dejan pasar. Numerosos bares y tiendas de artesanía y arte en Santa
Catalina.
Bajamos por unas escaleras al puerto y anduvimos desde Es Baluard, la fortaleza Museo hasta la Almudaina pasando por la Lonja, una maravilla gótica con una plaza delante muy bonita.
En el palacio de la Almudaina entramos. El palacio alberga
un museo que era el espacio del Consejo del Rey, unas salas con arcos, otras
abovedadas. Otras con magníficos artesonados. Mucho tapiz, muebles de las
distintas épocas, salón del trono, retratos de los reyes, entre ellos el de la
reina Regente Dª María Cristina y de los reyes actuales Dº Felipe y Dª Letizia.
Alfombras de la Real Fábrica que no pueden ser más bonitas y unas terrazas con
vistas increíbles. En el palacio se conservan también unos baños árabes.
Después
de esta visita damos una vuelta y volvemos al hotel a comer y a descansar para
volver esta tarde.
Por la tarde hemos paseado por la Plaza Mayor, el carrer dels Argenters, los plateros, el carrer del Call (el barrio judío) y en el Paseig del Born, donde están las tiendas más exclusivas cotilleamos Vuiton, Escada, Bulgari, etc. La calle tiene casas preciosas entre modernistas y eclécticas muy de principios del XX, y antiguos palacios como Ca Rossellic y también un paseo en el centro a la manera de un boulevard. Hay tiendas antiguas que conservan los letreros. Llegando arriba está la calle de Jaume III, hacemos compras
Textos de Ximena Prieto
Fotografías de Miguel Roa
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