7 de Marzo de 2022
Empezamos
temprano por la fábrica de vidrio de
Gordiola, cerca de Sant Joan y de Manacor. Es una torre medieval convertida
en fábrica. Bóvedas de arista y torres almenadas, al entrar en el zaguán una
preciosa y enorme mesa de madera y a ambos lados salas de exposición y venta de
las piezas de vidrio y cristal, en tonos transparentes, pero también rosas
suaves, azules suaves y profundos, verdes y berenjenas. Toda clase de productos
desde lámparas antiguas y modernas, vajillas, copas, fruteros, bandejas, candelabros,
cuencos y todo lo que uno se pueda imaginar. El único problema es como meterlo
en la maleta o llevarlo en el avión junto con la imprescindible ensaimada. Una
verdadera pena, o todo lo contrario porque me lo llevaría absolutamente todo.
Desde
el zaguán se puede ver los talleres y como calientan los hornos y en algunos
comienzan a calentar la masa que luego se va a vitrificar. Esta zona está por
debajo de la entrada principal pero al nivel del suelo en la parte lateral del
edificio.
De
Gordiola nos vamos a una finca, casa de campo, villa o possessió llamada Els Calderers de Sant Joan que está
entre el pueblo de Villafranca y Sant Joan y cerca de Manacor. Esta zona de
Mallorca es el “Pla”, la llanura, muy rica debido al regadío, (hay infinidad de
molinos de viento de los de sacar agua), unos de base circular y otros de base
cuadrada. Ahora hay muchas fincas sin cultivar, imagino que ganan más así, en
todo caso se ven árboles frutales, olivos y algún cereal.
Después
de la conquista de Mallorca a los musulmanes por el rey Jaume I el Conquistador
en 1229 la isla se dividió en varias partes, correspondiendo el pueblo de Sant
Joan, municipio donde se ubica Els Calderers al rey. La finca perteneció a la
antigua familia Verí y la viña era su principal cultivo hasta que la plaga de
la filoxera acabó con las vides y se sustituyeron por cereales. En esta finca
llegó a haber 38 trabajadores. La casa principal tiene tres plantas, una
terraza- jardín con balaustrada y ventanas con persianas mallorquinas. Se
construyó en 1750 y anexo a este edificio hay otro más pequeño comunicado por
dentro que era la casa del administrador, llamado aquí l´amo (el amo). El
administrador fue Antonio Oliver Gayá, una persona que viajó a Europa para
comprar maquinaria agrícola moderna, dio conferencias y escribió artículos de
prensa, incluso el ayuntamiento de Sant Joan le nombró hijo ilustre y le dedicó
una calle. Uno de los descendientes de los propietarios Don Francisco Juan de
Sentmenat, hijo del conde de Ribas, mejoró la finca hasta darle el aspecto
actual y sus descendientes la han convertido en museo para poder conservarla.
La
casa se visita casi en su totalidad excepto la planta tercera. Vamos al
recibidor, muy amplio y con patio interior con una alberca-aljibe; el salón
abovedado, con una gran chimenea, el despacho del cura para cuando iba, la
capilla donde se decía misa diaria cuando estaban los señores en la finca. El
celler o bodega es impresionante por la prensa, los toneles, los frascos y la
cerámica, aparte de manuscritos y noticias sobre el mercado del vino en la
época, una maravilla. A continuación, la sala de caza con trofeos y armas, el
despacho del señor que es una habitación abovedada con chimenea y butacones
para la tertulia de los hombres.
A
continuación, la cocina, luego el comedor enorme, en el centro una mesa para 18
personas y dos mesas auxiliares redondas, aparadores para la vajilla y vitrinas
para la cubertería y vajillas. La mesa está puesta con todo. Luego la sala de
música para entretenimiento de las señoras con un piano, esta sala da a un
jardín privado. Pasamos a la salita de la señora, para leer, coser o rezar. El
salón, grande, con una mesa y butacones en los distintos lados.
En
el piso superior está los vestidores, el dormitorio principal y otro de
invitados, un aseo con una bañera, una jofaina y no hemos visto váter, pero
debería de estar. Una habitación de plancha donde hay más de 5 planchas de
hierro y un inmenso granero dividido en tramos por columnas de una altura
increíble donde hay maquinaria agrícola y depósitos de grano, además de
utillaje muy completo. Mediante el corredor pasamos a las estancias del
administrador y están los dormitorios, mucho más sencillos, uno para l pastor y
a la derecha otro para el administrador. Bajando la escalera está el despacho
del administrador, la cocina de los payeses y enfrente el comedor de los
trabajadores, dos piezas alargadas. Luego estaban el horno del pan, un lugar
para lavar la ropa y aparte la carpintería, la herrería, el cuarto de matanzas
del cerdo y los distintos corrales donde hay animales (aves, cerdos, vacas, cabras,
ovejas y gallinas). Además, está el molino de harina, un corral para caballos y
un porche para carros.
La
entrada son 9 euros, pero merece la pena. Hay incluso varias casitas de
muñecas, los muebles preciosos y en perfecto estado. Los jardines también y el
entorno de cipreses muy italiano, con mucho gusto, atmósfera de villa toscana.
El encargado que nos lo ha explicado encantador también. Inmejorable
experiencia y una lección de historia de Mallorca.
Textos de Ximena Prieto Álvarez y Fotografías de Miguel Roa Guzmán
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