miércoles, 26 de marzo de 2025

Provincia de Castellón, febrero 2025 (III) Jérica, Salto de la Novia, Segorbe, Benicassim

 


 Martes 11 de febrero

Vamos a Jérica, pueblo rodeado por huertos, bosques de pinos y mesas de arenisca y rocas silíceas que se ven en la fábrica de las murallas como pedernales. Tiene una primera fortaleza abandonada con la ermita de San Roque y enfrente, un poco más abajo, de época almohade una torre octogonal que era una albarrana como la torre del Oro sevillana, toda en ladrillo y que en el siglo XIII se le añadió un cuerpo de estilo mudéjar en el que hay unas campanas para que los vecinos del barrio de Loreto oyeran mejor los toques. Se la conoce como torre de la Alcudia. En el XIX alrededor de la torre los carlistas construyeron un castillo para defensa.

La comarca de Jérica, Viver, Segorbe es el Alto Palancia que está en el camino a Teruel, perteneció al reino taifa de Valencia y fue conquistada por el Cid en 1098. Jérica tiene tres lienzos de muralla de los que quedan torreones y algunas puertas. La iglesia de Santa Ana tiene una pequeña torre mudéjar y la iglesia de Santa Águeda, patrona de la ciudad, consta de una primera edificación gótica, le hacen una reforma completa en el XVII y XVIII. Aquí delante de la iglesia hay un espacio que debió ocupar en parte el palacio del gobernador almohade y posteriormente de los señores de Jérica, descendientes del rey Jaime I de Aragón.

La iglesia del Socorro con portada renacentista fue un convento de Agustinos.








































De Jérica vamos a Navajas, está muy cerca y parece un pueblo de veraneo, mucha vegetación, huertos y unas casas estupendas, algunas mansiones de principio del siglo XX y un monumento natural que es una cascada llamada Salto de la Novia. Para verlo, primero seguimos una indicación y andando por un camino entre huertos lo vislumbramos a distancia, nos damos la vuelta y al pasar delante de una casa con huerto vemos al dueño trabajando en él. Tiene unos naranjos hermosos, Miguel le dice que tiene unos naranjos hermosos y él le contesta que deja que las naranjas estén en su punto y que les falta un poco, están espectaculares. Miguel le pregunta por el salto y nos dice que bajemos por la carretera hasta un aparcamiento y luego andando y lo vamos a ver desde abajo muy bien. Le hacemos caso y efectivamente caminamos unos 20 minutos en bajada que luego habrá que subir hasta llegar a un río, después el panorama se abre y desde la parte superior que es roca caliza cae la cascada, hay una cascada antes que se llama del tío Juan solo que más pequeña. Al caer sobre el río forma un ensanche de agua y piedras muy grandes. Bonito y tranquilo, hay gente pero poca y se oye solo el ruido del agua. La leyenda dice que las novias  antes de casarse tenían que atravesar el río de un salto, una novia se cayó al río y el novio, intentando rescatarla, pereció también y por eso se llama así, Una vez que remontamos la cuesta de vuelta pensamos que llegaríamos a Segorbe a la hora de comer y nos vamos para allá.














Al entrar en Segorbe lo primero que ves es un acueducto árabe de época califal, siglo X, XI,, un lienzo completo de muralla con sus torreones circulares, un barrio de la judería, una catedral que empezó en gótico y acabó en barroco del XVII y XVIII, cuya fachada principal es academicista unida al palacio episcopal. Pasamos por delante del Colegio de los Jesuitas que luego fue seminario, con una hermosa portada barroca. Subiendo calles empinadas llegamos a las iglesias de San Martín, Santa Ana y San Joaquín y por encima de todo el Castillo.

Comemos en el Gato Negro, comida del lugar (rabo de toro, caracoles y olla), un buen vermut y una propietaria muy agradable. Paseamos un poco por el centro y después bajamos a ver las cincuenta fuentes, que es en realidad una fuente muy larga situada a la orilla del rio Palancia con cincuenta chorros, uno por provincia española, sobre el chorro aparece el escudo  de la provincia por orden alfabético. En esta zona hay ocho fuentes más. Hay un señor recogiendo agua en garrafas, como en Medina en la fuente Chica. El Palancia se encaja en desfiladeros y al paso por Navajas y Segorbe se ensancha sobre su propia terraza fluvial.




































Hacia Onda pasamos por varios pueblos como Vall de Almonacid, Alcudia de Veo, Veo, Benitandus, Tales, Artesa, Onda y Benicassim. Hasta Onda cogemos esta carretera de montaña que es muy pintoresca, el río al fondo de un cañón paralelo a la carretera con una presa e innumerables acequias. Llegamos a Onda pero no paramos porque vendremos mañana, pasamos entre fábricas y empresas cerámicas, he contado más de 40 solo por la carretera que traíamos y vamos hacia Benicassim.





Benicassim está en la comarca de la Plana Alta, zona de transición entre la Sierra del Desierto de las Palmas y la Plana de Castellón , la Sierra de Oropesa y el mar. Son unas sierras agrestes con picachos pronunciados entre 500 y 800 metros de altitud. Aparcamos en la calle paralela al paseo de la playa, a la altura de la torre de Sant Vicent y nos recorremos entero ese tramo (la playa es interminable y va cambiando de nombre por tramos) desde la torre que es del siglo XVI.

 La playa es muy bonita, ancha y de arena fina, limpia, con bandera azul y con unas villas espectaculares unas modernistas, otras historicistas, baja densidad de edificios y de alturas y todo muy cuidado. Hemos llegado hasta la playa de Voramar, al principio de la punta norte y vuelta. Un bonito paseo.

 



















Textos: Ximena Prieto Álvarez

Fotografías: Miguel Roa Guzmán

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