Sábado 23 de julio
Isla de Thassos
Desayuno en el hotel
Por fin tenemos en el bufet del desayuno yogur griego, que es mi perdición, en el hotel de Salónica curiosamente no tenían. El bufet es muy amplio y desayunamos mirando a la piscina.
Monasterio de San Miguel
Hoy el plan es recorrer la isla. El sureste y el sur es escarpado y el norte, el este y el oeste tiene playas más largas de arena blanca. Empezamos por el este y llegamos a Alikí donde hay un istmo y una cala pequeñita de ensueño, más al sur otra y en la cima, en un acantilado un monasterio, es el de San Miguel Arcángel, de monjas, enfrente se ve el monte Athos porque estamos cerca de Potós, como he dicho, en el sur.
Entramos al monasterio y en la entrada hay un individuo que nos para y nos obliga a disfrazarnos para entrar, Miguel y Pablo que llevan pantalón corto tienen que ponerse unos pantalones horrendos con cintura de gomilla, anchísimos, que a Pablo le están un poco cortos, a Virginia le dan una especie de chal de tela y una falda estampada que ¡qué quereis que os diga! A mí por llevar pantalones me obliga a ponerme una falda también estampada que es más corta que mis pantalones, bueno un número de feria, íbamos riéndonos y antes de entrar yo voy al servicio, y sin darme cuenta salgo con el papel higiénico en la mano, vuelvo a entrar para dejarlo y veo que Miguel, Pablo y Virginia están atacados de risa y es que Pablo se ha subido el pantalón hasta las axilas y está haciendo el payaso, el individuo lo ve y empieza a gritar para que se lo baje. Es gracioso vernos a todos hechos unos adefesios, aunque a algunos no les ha obligado a ponerse nada, Pablo dice que es a los griegos a los únicos que deja pasar.
Del monasterio sólo se pueden ver algunas habitaciones y capillas y los patios que dan al mar y al acantilado y por supuesto la tienda que tienen montada las monjas con productos artesanos, las monjas van todas de negro con toca y con zapatos deportivos.
Hoy el plan es recorrer la isla. El sureste y el sur es escarpado y el norte, el este y el oeste tiene playas más largas de arena blanca. Empezamos por el este y llegamos a Alikí donde hay un istmo y una cala pequeñita de ensueño, más al sur otra y en la cima, en un acantilado un monasterio, es el de San Miguel Arcángel, de monjas, enfrente se ve el monte Athos porque estamos cerca de Potós, como he dicho, en el sur.
Entramos al monasterio y en la entrada hay un individuo que nos para y nos obliga a disfrazarnos para entrar, Miguel y Pablo que llevan pantalón corto tienen que ponerse unos pantalones horrendos con cintura de gomilla, anchísimos, que a Pablo le están un poco cortos, a Virginia le dan una especie de chal de tela y una falda estampada que ¡qué quereis que os diga! A mí por llevar pantalones me obliga a ponerme una falda también estampada que es más corta que mis pantalones, bueno un número de feria, íbamos riéndonos y antes de entrar yo voy al servicio, y sin darme cuenta salgo con el papel higiénico en la mano, vuelvo a entrar para dejarlo y veo que Miguel, Pablo y Virginia están atacados de risa y es que Pablo se ha subido el pantalón hasta las axilas y está haciendo el payaso, el individuo lo ve y empieza a gritar para que se lo baje. Es gracioso vernos a todos hechos unos adefesios, aunque a algunos no les ha obligado a ponerse nada, Pablo dice que es a los griegos a los únicos que deja pasar.
Del monasterio sólo se pueden ver algunas habitaciones y capillas y los patios que dan al mar y al acantilado y por supuesto la tienda que tienen montada las monjas con productos artesanos, las monjas van todas de negro con toca y con zapatos deportivos.
Nos dirigimos a un pueblo del interior que se llama Theologos, está en alto y tiene unas construcciones antiguas muy bonitas, en total debemos de estar unos diez turistas, los tejados son de pizarra y como en toda esta zona la madera es un elemento fundamental, me recuerda a Taramundi.Usan algunos colores como el azul que es muy griego, paseando por la calle principal que está en una leve cuesta, al lado de la iglesia hay un puesto de miel, hay dos mujeres, una mayor y otra joven, a la que Pablo va a bautizar como Pelakis porque tiene una gran barba con perilla, el pelo de la cabeza negro con alguna cana y un poco encrespado, nos llama y me hace probar cinco clases de miel ( de tomillo, de cereza, de naranja, de ciruela y de nueces) metía la cucharilla después de haberla probado yo en los restantes tarros mientras parloteaba sin parar en rumano y griego, nos preguntó de dónde éramos y también si Virginia era mi hija, le dije que era Pablo, y entonces me preguntó cómo se llamaba y cuando oyó Pablo, se santiguó y dijo: “Agios Paulos” (San Pablo), nos reímos todos aunque ya Pablo y Virginia llevaban un rato que no podían aguantarse. Pero lo mejor fue cuando salió de detrás del mostrados y nos dejó estupefactos por el modelito de los pantalones, que tenía remangados y se le veían los pelos de la ingle.
Según Virginia debía tener ovarios poliquísticos, a mí me recordó a Magdalena Ventura, la barbuda de los Abruzzos del cuadro de Ribera. La verdad nos hizo mucha gracia porque tenía mucho desparpajo y era muy simpática.
Según Virginia debía tener ovarios poliquísticos, a mí me recordó a Magdalena Ventura, la barbuda de los Abruzzos del cuadro de Ribera. La verdad nos hizo mucha gracia porque tenía mucho desparpajo y era muy simpática.
Rodeando la isla de Thassos
Bajamos de nuevo hacia la costa ya en el oeste y paramos a la altura de la playa de Metalia en una tienda que se llama Iris Gold sólo de joyas, tienen precios muy interesantes y cosas muy bonitas, nos entretenemos un rato y compramos algunas cosillas y ya vamos buscando un sitio donde comer que va a ser Skala Sotyros, en un muelle deportivo con playita a derecha e izquierda. De aquí a Limenas Thassos, la capital de la isla, para hacer las últimas compras en una callecita peatonal con muchas tiendas y rápido al hotel, a pasar el resto de tarde en la playa. Nos damos un baño a las 7,30 con el agua calentita que es una maravilla y nos despedimos de los baños en el Egeo porque mañana de vuelta a Salónica intentaremos hacer la excursión en barco alrededor del monte Athos.
Vamos a cenar a la punta de Panagia Limenaria donde hay un puertecito que se llama Skala Panagia y es todo un espectáculo, muchas terrazas de restaurantes y bares, a un lado de la calle están los restaurantes y en el lado de la playa las terrazas de estos, desde las terrazas se accede directamente a la playa, que es la continuación de la nuestra del hotel, y al final aprovechando que se cierra la ensenada hay un pequeño puerto, en la plaza delante del puerto un enorme árbol con el tronco hueco, donde cabe una persona, y sin embargo está cargado de ramas y hojas. Antes de cenar damos un paseo y vemos un anuncio de un bar de Eric Cantona, el futbolista francés.
Me encantan las terrazas griegas porque son todas distintas, usan distintas sillas de madera y las mesas de colores , sus manteles de cuadros, las estructuras de madera, todo tiene mucha personalidad.
Cenamos típico: pita kebab y pita soulavki, un pollo en salsa Afrodita y Pablo se desmarca con una pizza, y nuestra retsina Malamatina que no falte.
Bajamos de nuevo hacia la costa ya en el oeste y paramos a la altura de la playa de Metalia en una tienda que se llama Iris Gold sólo de joyas, tienen precios muy interesantes y cosas muy bonitas, nos entretenemos un rato y compramos algunas cosillas y ya vamos buscando un sitio donde comer que va a ser Skala Sotyros, en un muelle deportivo con playita a derecha e izquierda. De aquí a Limenas Thassos, la capital de la isla, para hacer las últimas compras en una callecita peatonal con muchas tiendas y rápido al hotel, a pasar el resto de tarde en la playa. Nos damos un baño a las 7,30 con el agua calentita que es una maravilla y nos despedimos de los baños en el Egeo porque mañana de vuelta a Salónica intentaremos hacer la excursión en barco alrededor del monte Athos.
Vamos a cenar a la punta de Panagia Limenaria donde hay un puertecito que se llama Skala Panagia y es todo un espectáculo, muchas terrazas de restaurantes y bares, a un lado de la calle están los restaurantes y en el lado de la playa las terrazas de estos, desde las terrazas se accede directamente a la playa, que es la continuación de la nuestra del hotel, y al final aprovechando que se cierra la ensenada hay un pequeño puerto, en la plaza delante del puerto un enorme árbol con el tronco hueco, donde cabe una persona, y sin embargo está cargado de ramas y hojas. Antes de cenar damos un paseo y vemos un anuncio de un bar de Eric Cantona, el futbolista francés.
Me encantan las terrazas griegas porque son todas distintas, usan distintas sillas de madera y las mesas de colores , sus manteles de cuadros, las estructuras de madera, todo tiene mucha personalidad.
Cenamos típico: pita kebab y pita soulavki, un pollo en salsa Afrodita y Pablo se desmarca con una pizza, y nuestra retsina Malamatina que no falte.
Fotografías: MIguel Roa
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