sábado, 26 de enero de 2013

Viaje a Croacia y Eslovenia (VI)




30 de julio 2012 Llegada a Opatija  (Croacia)

La palabra Opatija significa abadía, la ciudad se creó partiendo de una abadía y después  ya en el siglo XIX, palacios, villas, hoteles… actualmente es muy turístico y caro. Era un lugar para curarse de las enfermedades pulmonares. Se sitúa a lo largo de varios kilómetros sobre la escarpada costa rodeada de vegetación. El hotel se llama Bristol, es un edificio histórico muy bonito con un comedor con arañas de cristal relucientes, está en la calle principal enfrente de un parque sobre el mar, el parque perteneció a la villa Angiolina.

Después de colocar las cosas en la habitación que es el ático y tiene vistas al mar vamos a ver si hay playa, pero que va, hay escalerillas, trampolines o rampas de cemento y hala, ya está. Sobre el cemento colocan tumbonas y sombrillas y así en cada zona, el paseo sobre el mar va haciendo eses sobre el acantilado y las plataformas para el baño igual, el paseo está excavado sobre la roca en algunos tramos y todo el rato vas pegada al mar. Nos recuerda a la costa Azul, muchas villas imponentes decimonónicas o de principios del XX, las tiendas elegantes y los precios en consonancia.

Damos un paseo hacia la derecha saliendo del hotel y nos quedará para mañana el otro lado. En el paseo hay muchas terrazas, algunas directamente sobre el mar como en Mikonos, en lo que llaman la pequeña Venecia, prácticamente te vas salpicando. En un puesto donde venden cuadros nos dicen dobre dan, le contesto dobre dan y a continuación nos habla en croata, se ve que lo he dicho lo suficientemente bien. Enfrente vemos la isla de Krk y un poquito de la de Cres. Cuando vinimos en el 85 pasamos por aquí, pero no paramos sino que continuamos para llegar a Rijeka cuanto antes y pasar a Trieste, quizá paráramos en Crikvenica.
Texto: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa



















martes, 22 de enero de 2013

Viaje a Croacia y Eslovenia (V)



30 de julio 2012 Cuevas de Postonja (Eslovenia)


No podemos quedarnos más tiempo en Bled y seguimos hacia las cuevas de Postojna. Eslovenia es el país del relieve cárstico, incluso la palabra karst proviene de la región de Karst que ahora vamos a atravesar. 
Este paisaje esloveno es como la Asturias del este de Europa, pasamos dos ríos, el Pilvika y el Reka, vemos prados, aldeas, casitas con jardines delante con geranios y hortensias, bosques, frutales sobre todo manzanos, arroyos, carreteras con curvas, no ves vacas, es lo único que falta. A veces la carretera se cierra por el bosque, los robles se acercan de un lado y otro y de repente se abre y volvemos a los prados y a los pueblos con sus pequeñas iglesias, corredores de madera con la leña acumulada debajo de la escalera exterior. 

En nuestro primer viaje alcanzamos a ver las gargantas del Reka pero ahora vamos a ver las cuevas más grandes de la zona. Son tan grandes que te llevan en un tren durante unos 10 minutos hasta la sala donde empieza el recorrido. Antes de subirte al tren alquilan una especie de capotes de lana, similares a los capotes portugueses porque la temperatura es de 10º C, pero durante el trayecto en tren, como va al descubierto puedes sentir más frío, unos 8º.  Como llevamos chubasqueros nos basta. En el interior está la guía y nos va explicando las distintas salas durante una hora y media andando. 

La más llamativa es una estalagmita blanca, le llaman el brillante, es puro carbonato cálcico, como le caen gotas brilla como un brillante, al lado hay una estalagmata de manganeso, de color gris, ambas son enormes. Pasamos a la sala blanca, la sala negra (apagan las luces durante un larguísimo minuto), y luego viene la sala de los espaguetis. Vamos subiendo y bajando hasta que llegamos a la parte más profunda que es más oscura, al final de esta parte las paredes de la roca son más oscuras y es que en la segunda guerra mundial los alemanes tenían un polvorín aquí y los partisanos lo hicieron estallar para cerrar la salida.

De broma Miguel le pregunta  a la guía como se llevan con los croatas y dice que mal. Continuamos en el autobús para volver a Croacia, abandonamos la región del karst y vamos hacia Iliria, provincia que tiene el símbolo del león veneciano cuya ciudad más importante de la parte croata es Rijeka, vamos a pasar la frontera para entrar de nuevo en Croacia camino de Opatija.

Texto: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa