domingo, 14 de mayo de 2023

Mallorca, abril 2023. Sa Calobra

 


SA CALOBRA. UNA EXPERIENCIA MALLORQUINA.

La experiencia comienza con una carretera de montaña en la que lo peor no son las curvas, siendo estas determinantes, sino la cantidad de ciclistas que la transitan y van de tres en tres y a su bola, y los coches y los autobuses, incluso motos y senderistas, es decir, TODOS.





Hay una curva que se llama el nudo de corbata, por donde pasas exactamente por encima de donde has pasado antes. El truco es ir temprano, así al menos sólo te encontrarás con autobuses a la vuelta en plena curva de 180º.



Bien, una vez dicho esto, la carretera es muy bonita paisajísticamente hablando: pinos, calizas de formas caprichosas, farallones y toda clase de elementos y de repente, el mar.










Al llegar a Sa Calobra hay un aparcamiento y se baja hasta el puerto entre dos acantilados, en el fondo está el agua y un restaurante a pie de agua, puedes hasta mojarte los pies si quieres.

















El lugar en sí tiene varios restaurantes y unos cuantos edificios. Un aparcamiento de pago en la parte de arriba. Mucha vegetación. La entrada del puerto es muy estrecha, pero se puede ir paseando bordeando el acantilado hasta la playa, atravesando un túnel que lleva a otro túnel abiertos ambos en la roca para llegar a la base de un cañón entre montañas por donde correrá un torrente hasta el mar. Cuando sales del segundo túnel bajas una escalera y estás en el cauce del torrente que forma una playa de guijarros muy ancha hacia dentro y estrecha en el mar pues la cierran los acantilados del cañón. Parece un anfiteatro de montañas que terminase en un embudo que es la playa en sí. Unos barcos, una bañista y bastantes paseantes como nosotros y ciclistas, por supuesto. Sa Calobra es divina, imposible de explicarla al menos por mí. Hay que verla.
















































Texto: Ximena Prieto Álvarez

Fotografías: Miguel Roa Guzmán