miércoles, 22 de mayo de 2019

Un fin de semana en Ceuta


Ceuta es una ciudad española en el continente africano.

Ceuta es un enclave donde el hombre ya se asentó hace 300.000 años

Ceuta fue portuguesa durante dos siglos y cuarto y es española desde 1640.

Ceuta es la ciudad donde íbamos a comprar transistores, aparatos de música y cámaras fotográficas más baratas aunque luego tuviésemos que pagar la diferencia en la aduana.

Ceuta es la ciudad de donde siempre nos traíamos un queso de bola, una botella de whisky, un cartón de tabaco y un paraguas plegable (paragüayos nos llamaban los ceutís porque siempre comprábamos el paraguas).

Pero Ceuta ha sido este fin de semana pasado el encuentro de seis amigos que se conocieron en Vera (Almería) hace 39 años trabajando en uno de sus institutos y que aunque sólo nos vemos de tarde en tarde es como si hubiésemos dejado la conversación la tarde anterior.

Tras dejar el coche en el aparcamiento del Llano Amarillo de Algeciras, de dar una propina al gorrilla que nos explicó su paso por la cárcel de Málaga y coger el ferry de Balearia (con media hora de retraso) llegamos a Ceuta donde nos esperaban nuestros amigos, los anfitriones, que nos llevaron al hotel Ceuta, Puerta de África, a coger la habitación y dejar nuestras maletas (si vais a este hotel, inmejorablemente situado, tened la precaución de solicitar una habitación que de a la calle, no sólo por las vistas sino por los ruidos que producen los extractores de las cocinas, nuestra habitación daba a la calle pero la de nuestros amigos no).



Dejado el equipaje nos dispusimos a visitar la exposición que durante cuatro años estará en Ceuta del gran pintor, español, de la vida marroquí de principios del siglo XX el pintor Mariano Bertuchi en el Museo de las Murallas Reales.



Considerado como el "pintor oficial de Marruecos" retrata la luz y el ambiente del protectorado con gran maestría, recordando muchas veces a los impresionistas franceses o al genial Sorolla. Óleos, acuarelas, grabados, dibujos, cuadros, carteles, tarjetas postales, diseño de sellos, folletos turísticos, publicidad, ilustraciones de libros... todo ello fue parte de su ingente trabajo perfectamente expuesto en esta preciosa muestra temporal en el museo ceutí.













Tras nuestra visita al museo de las Murallas Reales nos dispusimos a esperar a la pareja amiga que aún no había llegado y que lo hacía en un ferry posterior, una vez que llegaron y dejaron las maletas nos dispusimos a dar una vuelta por el centro de Ceuta para ir ambientándonos.


Es viernes por la tarde y tras pasar las Murallas Reales nos disponemos a recorrer la Gran Vía, el Paseo del Revellín y la calle Camoens hasta llegar a la casa de los dragones.

A lo largo de Ceuta vamos apreciando una gran colección de esculturas de gran valor artístico que nos recuerdan a personajes o hechos relacionados con la ciudad como dos inmensos Hércules, uno en la bocana del Puerto y otro en la plaza de la Constitución simbolizando la separación y unión de dos continentes, Europa y África con Hércules y las dos columnas (una Gibraltar y otra Ceuta, fin del mundo conocido en la antigüedad). Estas esculturas son del ceutí Ginés Serrán Pagán.






Llegó la hora de la cena y tras unirse dos amigos más, antigua compañera de estudios de Ximena (hermana de nuestra anfitriona) y su marido, cenamos de manera espléndida incluyendo en el menú, naturalmente, los pinchitos morunos.


Llega el sábado y tras un desayuno con churros en el mercado y visita del mismo con la gran variedad y buenos precios de su pescado, procedimos a empezar nuestra segunda jornada. El día estaba claro y soplaba el poniente, Gibraltar parecía engañosamente demasiado cercano.


A las 11 en punto nos abren el museo que la ciudad ha montado alrededor de la basílica tardorromana, probablemente los únicos restos cristianos en esta orilla del Mediterráneo del siglo IV, aparecida durante unas obras y que guarda gratas sorpresas del pasado de esta ciudad desde sus orígenes hasta la conquista de la misma por los portugueses en el siglo XV.











Volvemos a pasar por la casa de los dragones de estilo historicista que recuperó sus dragones, se retiraron durante la II República, de menor peso para no afectar a la estructura de la casa.



Y llegamos a la nueva biblioteca pública de Ceuta del arquitecto Paredes Pedrosa y que tuvo que hacer frente a la incorporación de los restos arqueológicos que se encontraron en el solar. Este edificio cuenta con una gran actividad cultural, presentaciones, conciertos... además de la propia de estudio, lectura, consulta o préstamos del fondo bibliográfico.



Yacimiento medieval meriní del siglo XIV incorporado en el edificio como centro de interpretación arqueológica.




Nuestro anfitrión nos tiene preparada una visita al Monte Hacho y empezamos la subida con numerosas paradas para observar las vistas de la cercana población marroquí de Castillejos (Finideq en árabe, aunque todo el mundo utilice el nombre español que siempre tuvo durante el protectorado, recordemos que Marruecos es país independiente sólo desde 1956).



Subiendo hacia el Monte Hacho pasamos por distintas barriadas de Ceuta, por alguna de sus mezquitas...






Llegamos a la altura de un fuerte que defendió esta costa en otros tiempos y que hoy alberga el museo militar del Desnarigado.




La parte alta del monte la ocupa la fortaleza del Monte Hacho del siglo XVIII (con partes anteriores) en la que se construyeron cinco baluartes artilleros. Es un acuartelamiento de artillería antiaérea con más de 10 hectáreas de superficie y más de cuarenta torreones circulares de la época omeya.




Almacenes militares de munición y explosivos.


Al llegar cerca de la ermita de San Antonio nos encontramos con esta bonita puerta de artesanía marroquí.

Desde arriba del Monte Hacho las vistas de la ciudad de Ceuta son privilegiadas.




También son formidables las vistas del otro lado del Estrecho y el Peñón de Gibraltar nos muestra una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados.



En uno de los extremos del Monte Hacho se encuentra el cementerio de Ceuta, una esquina de éste, la parte circular que se aprecia en la fotografía, estaba destinada en otros tiempos a las piras funerarias de los hindúes de esta ciudad, actualmente ya no se llevan a cabo y se procede a la incineración en hornos crematorios.








La ermita de San Antonio.




Después de las bellas vistas llegó de la reserva en el que muchos dicen es el mejor restaurante de Ceuta y donde la comida que se sirve es marroquí. Nos dejamos aconsejar por nuestros anfitriones y probamos las exquisitas ensaladas de remolacha, de zanahoria y de berenjenas, después degustamos cuscús de pollo, breua de pollo y breua de pescado y finalizamos con un té. Acompañado de cerveza primero y Protos roble (Ribera del Duero) después.




A la tarde tocaba el otro lado de Ceuta, fuimos en coche por la costa pasando por las playas de Benítez, del Trampolín, Calamocarro y Punta Blanca hasta Benzú, pedanía de Ceuta que hace frontera con Marruecos.




Al otro lado, ya en Marruecos , se divisan distintas construcciones de la población cercana.


Y al fondo la famosa montaña marroquí denominada "La Mujer Muerta" (Jebel Musa en árabe), si observamos a la izquierda se asemeja a la cabeza de una mujer tumbada con la frente, nariz, boca y mentón y a la derecha los pechos.



También divisamos las vallas de la frontera que separan esta ciudad española del vecino Marruecos.



En el monte también se observa la valla de la frontera.








A nuestro paso vamos viendo la vegetación de la zona: pinos, eucaliptos, algarrobos y gran cantidad de helechos (hay mucha humedad, lugar donde también se encuentran dos pequeños embalses que abastecen de agua a Ceuta).




Desde el mirador de Isabel II tenemos unas vistas estupendas tanto hacía Ceuta como a la costa mediterránea de Marruecos, pero nos llama la atención el colorido Barrio de El Príncipe, famoso por la serie de televisión y los enfrentamientos que a veces suceden allí con la policía o entre bandas enfrentadas.

La composición de formas y colores es realmente muy bonita, después de observarlo desde la altura nos atreveremos a visitarlo más tarde.



El edificio grande que se observa delante pertenece a la Legión.






También se ve el paso fronterizo del Tarajal que es un verdadero caos de paso de miles de porteadoras con mercancía del cercano polígono industrial que se aprecia en la foto y que se ha construido sin los permisos oportunos y ocupando la zona de un arroyo en donde legalmente no se podría construir. El paso ordinario de personas que vayan a Marruecos o que vengan de allí es imposible a determinadas horas por lo que se resiente la zona turística próxima donde muchos españoles poseen casas o apartamentos.


Desde aquí vemos la cercana población marroquí de Castillejos, diversas urbanizaciones y el pueblo de Rincón (M´Diq en árabe) en la ladera de la montaña junto al mar al fondo.





Otra de las vistas privilegiadas de este mirador es la propia ciudad de Ceuta, vista complementaria de la que antes hemos tenido desde el Monte Hacho y donde se aprecia la península que forma.






El Monte Hacho con su fortaleza, que en otros tiempos albergó una prisión, visto desde esta montaña de Anyera.


También podemos ver la cercana prisión de Ceuta que ha entrado en funcionamiento hace poco tiempo.





Castillejos:


En las siete colinas que dan nombre a la ciudad hay construidos siete torreones defensivos, se hicieron en el siglo XIX e imitan a los torreones medievales.



Al bajar del mirador decidimos ir al Barrio de El Príncipe, barrio que fue construido en el siglo XIX con el nombre de El Príncipe Alfonso (en honor del que luego sería el rey Alfonso XII) pero que popularmente es conocido simplemente como "Barrio El Príncipe" y que se hizo famoso por una serie de televisión, con 12.000 habitantes, casi todos ellos musulmanes, se convirtió en los años 90 del siglo XX en un centro de comercio de droga produciéndose allí numerosos altercados con la policía o entre bandas rivales, el paro y la delincuencia y últimamente por la presencia de yihadistas se ha convertido en uno de los barrios más peligrosos de Europa, los coches de la policía han sido apedreados en más de una ocasión.


Estamos en el mes de Ramadán y en este barrio como se suele hacer en nuestros pueblos y ciudades se iluminan las calles para esta fiesta musulmana que les prohíbe comer durante las horas del día y que traslada la comida, la celebración y la fiesta a la noche.


Nosotros nos introdujimos en el barrio y sólo vimos a las gentes paseando o jugando al fútbol, cuando intentamos salir nos encontramos con una carretera cortada por obras, al segundo intento terminamos en un descampado dando la vuelta y regresando por la carretera por donde habíamos entrado antes las miradas de los viandantes con los que nos tropezamos.











Buen sitio para aparcar la bicicleta, justo en medio de la calzada.









Abandonamos el Barrio de El Príncipe y volvimos hacia el centro de Ceuta por otros barrios más tranquilos.







Después de dejar el coche iniciamos un paseo por el centro, pasamos junto a los Baños Árabes que sólo se visitan por dentro turísticamente en verano.


Las flores de los árboles estaban en todo su esplendor y pasamos por la puerta del Casino de Ceuta sin darnos cuenta que nuestra tarjeta del hotel nos daba la entrada gratis y una consumición, será la próxima vez cuando lo visitemos por dentro:




A lo lejos vemos un edificio singular de control del puerto, seguramente también del cercano helipuerto.


Vamos ahora a recorrer el estupendo Parque Marítimo del Mediterráneo donde además del casino se ubican varios restaurantes y locales de ocio nocturno.

Es una obra póstuma del artista César Manrique, un parque lleno de vegetación, de locales de ocio y de tres maravillosas piscinas de agua salada en forma de lagos y habilitadas para el baño, se ha realizado imitando el lago Martiánez de Tenerife y las formas y foso de las Murallas Reales de Ceuta y todo esto junto al puerto y en el centro de la ciudad en espacio ganado al mar.





Como era por la tarde uno de los lagos se estaba utilizando para hacer navegar barcos teledirigidos, parecía el Central Park de New York.








Una escultura que mueve el viento al igual que las que César Manrique iba colocando en las rotondas de Lanzarote, desgraciadamente murió en un accidente de coche en un cruce donde todavía no se había construido la rotonda.






Por la noche y con la iluminación los edificios adquieren un aspecto diferente y a veces espectacular, aquí la casa de los dragones:



El Edificio Trujillo, en el paseo del Revellín,  iluminado:


Las bonitas farolas, a imitación de las modernistas, que ahora iluminan y decoran la Gran Vía que está finalizando sus obras de la última remodelación y donde se encontraba nuestro hotel. 

La cena fue en un bar de tapas y entre otras probamos una de las especialidades del lugar, los corazones de pollo.


Estamos ya en la mañana del domingo, sigue el poniente pero con menos fuerza, la atmósfera está muy limpia y Gibraltar parece estar a un paseo.


Mientras paseamos vemos a una familia hindú vestidos a su usanza, dirigiéndose probablemente a su iglesia, aunque en Ceuta las comunidades más importantes son la cristiana y la musulmana también conviven una comunidad judía y otra hindú, cada una de ellas con sus propias costumbres, lenguas y religiones.


Ahora vamos a visitar la Puerta Califal que es un yacimiento arqueológico que se encuentra dentro de las Murallas Reales y descubierto hace muy pocos años, una excelente guía y la buena compañía de los amigos hace de esta visita un momento especial de nuestra aventura de fin de semana.

Empiezan las explicaciones en la parte superior de las murallas, dentro de una parte de las mismas se halla el Hotel Muralla (Parador Nacional), nos muestra las diferentes partes de las murallas y del conjunto defensivo, nos indica que lo que vemos actualmente es casi lo que los portugueses tras la conquista de la ciudad construyeron, que el foso era seco antes de los portugueses pero que a ellos les pareció una buena idea comunicar por barco los dos lados de la ciudad. Nos muestras los distintos fortines y baluartes.






Desde las murallas se aprecia una parte del barrio El Morro a lo lejos.


Por fin accedemos al interior, el acceso se hace desde la parte superior de la muralla a través de unas escaleras, y nos encontramos con la Puerta Califal mandada construir como puerta de la ciudad por Abderramán III tras conquistar Ceuta en el año 931. Y ahí estuvo hasta la conquista en el siglo XV de la ciudad por los portugueses que utilizando las antiguas murallas hicieron otras mucho más grandes con un fuerte desnivel y rellenaron el centro con los escombros donde estaba esta puerta, después los Austrias y Borbones completaron las obras de las murallas y recintos defensivos.

Se han excavado unos 20 metros del centro de estas murallas en donde se halla la Puerta Califal (se hizo en el período del Califato de Córdoba) donde se han encontrado vestigios de los habitantes de la zona de hace 300.000 años, de los romanos, de los musulmanes, de los portugueses o de los españoles hasta el siglo XVI, un auténtico lujo:












Desde la muralla podemos ver la Catedral, la playa de la Ribera o el foso.





Nos damos prisa para llegar al puerto para coger un barco que nos dará un paseo, pero se retrasa media hora y aprovechamos para dar un paseo por la Plaza de África, donde se encuentra la catedral, el monumento con la escultura al soldado de reemplazo (¿cuántos españoles han hecho la mili en Ceuta?), el Parador de Turismo (Hotel La Muralla), el monumento a los caídos en la Guerra de África de los años 1859-60 o el Palacio de la Asamblea de Ceuta (Ayuntamiento).








Por fin llegamos al barco, compartimos el paseo con un equipo francés de rugby y vivimos una estupenda anécdota que otro día contaremos, el Desnarigado nos llevó hasta el foso de las Murallas Reales y por él accedimos hasta la playa de la Ribera y desde allí nos dirigimos viendo lo que ya habíamos visitado por tierra hasta el Fuerte del Desnarigado.



Pasando por el foso que construyeron los portugueses:





A lo lejos la población marroquí de Castillejos:


La almadraba:





Barrio del Valle en la carretera de circunvalación del Monte Hacho, donde está la primera iglesia de Ceuta:



Curiosa escalera de acceso al mar:







Museo militar del Desnarigado:



Murallas de la Fortaleza de El Hacho:




A la vuelta tenemos una bonita perspectiva de la catedral desde atrás:







Después del paseo en barco  y a través de la Plaza de Armas de las Murallas Reales nos dirigimos a la playa del Chorrillo donde comeremos en el chiringuito del mismo nombre, hoy toca pescado a la brasa: sardinas, bonito.. todo excelente.





En la playa no todo es paz y armonía, estas gaviotas estaban ajustando alguna cuenta pendiente:









Ceuta SÍ, como dice su eslogan, aquí terminamos el nuevo encuentro de estos seis amigos que se conocieron y convivieron hace tantos años en Vera (Almería), podrían haber venido más pero no fue posible, los seis lo hemos pasado genial en un ambiente inmejorable. Habrá que volver, hay unos centollos y unos carabineros que nos llamarán dentro de unos meses.


Ahora toca volver en el ferry de Balearia, pasar frente a Gibraltar, acercarnos al puerto de Algeciras con su impresionante ajetreo de contenedores y barcos, recoger el coche y volver a Medina Sidonia donde tocará ver las fotos, procesarlas y seleccionarlas y escribir estos recuerdos de este fin de semana en tan buena compañía. Gracias AMIGOS.





















Esos dos edificios blancos que se ven desde el barco son Las Torres de Hércules en el término de Los Barrios con sus 126 metros de altura son los segundos más altos de Andalucía después de la Torre Sevilla.


Y aquí en Llano Amarillo cogemos nuestro coche para la vuelta.


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