11 de marzo 2024
Saliendo de Salou hacia el sur se llega hasta Miami Platja y de ahí hacia Vandellós y seguimos hacia Tivissa, un pueblo agrupado en una colina que desde la carretera se ve bonito, antes de llegar repostamos gasolina y nos cuesta 44,07 euros. Pero una vez dentro Tivissa no merece la pena, conserva un arco, pero la muralla ha quedado incrustada dentro de las casas. La iglesia no está mal, tiene una estructura románica y añadidos posteriores. Nos vamos enseguida.
Tomamos dirección hacia el Ebro y es una maravilla ver los campos de frutales en flor, rosa y blanco. Pasando Mora la Nova y Mora d´Ebre llegamos a Miravet y nos impresiona la vista del pueblo desde el río Ebro, el río precioso y anchísimo, el pueblo que parte de la orilla del río y trepa hacia la colina o al revés, el pueblo que se desparrama hasta el río, arriba el castillo y la iglesia, luego las casas de tonos ocres y a la derecha otras casas en tonos azules, amarillos y rosados le dan un aspecto muy italiano. Todo esto lo vemos desde el embarcadero y luego ya nos vamos a la otra orilla. Miravet es un pueblo de alfareros y todavía quedan alfares. En el aparcamiento al lado del río hay una enormes vasijas decorativas que nos lo recuerdan. Aquí hay un paso de barcas para atravesar el río que es único en todo el Ebro y solo usa la fuerza de la corriente para desplazar las barcas, estas se llaman laúdes y hay dos unidas por una plataforma de madera y pueden llevar coches. Después de tomar café, 3,20 euros nos animamos a subir andando hasta la iglesia que está cerrada, pero tiene una vista extraordinaria. Las calles muy pintorescas. Para llegar al castillo hay que subir muchísimo más así que decidimos volver a donde tenemos el coche y subir por la carretera hasta el castillo que lógicamente siendo lunes está cerrado. En un cerro de unos 100 metros de alto con torres, contrafuertes, patio de armas, caballerizas, cisterna, refectorio, sala capitular… es decir, como un monasterio cisterciense, pero con carácter militar. Se construyó entre los siglos IX y XII, en el XII es cuando se convirtió en una fortaleza templaria en el siglo cuando los caballeros Templarios lo conquistan al Islam, luego pasó a los Hospitalarios. En 1938 en la Guerra Civil fue ocupado por las tropas nacionales, pero acabó rindiéndose a los republicanos. Al final del año 38 fue tomado el castillo y el pueblo, el 2 de noviembre del 38 por la I División de Navarra. El castillo tenía un embarcadero que manejaban los arraeces musulmanes, personal especializado en estos trabajos. Como hoy es lunes el castillo está cerrado, solo se puede ver el perímetro.
Entonces nos vamos a comer a Horta de Sant Joan que está en el límite con la provincia de Teruel en una comarca hermosísima por su paisaje tanto natural como agrícola y cultural ya que está en el Parque Natural de los Puertos. A Picasso le fascinó y vivió aquí en Horta. Olivos centenarios abajo, arriba pinos, a la derecha una sierra con forma de fortaleza, a la entrada del pueblo vides y otro montículo de forma piramidal y en la colina el pueblo de color ocre subiendo por la ladera. Podría ser un pueblo de la ruta del Chianti. Entrando en el recinto después de aparcar y subir una cuesta nos recibe una musiquita de jota y una voz que dice:”S´ha perdut una clau com clauet, si la trovas, vas a l´Ajuntament, al mercat vendrá de Tortosa el dels pollastres a l´ast”. Es un sistema de megafonía. Nos parece genial. Comenzamos a pasar puertas y arcos y accedemos a una plaza con soportales, con iglesia y ayuntamiento, magníficas casas, iglesia gótica con planta de cajón y en el ábside una bóveda de crucería, vidrieras…la plaza es muy armoniosa por el tamaño, de ella parten varias calles en todas direcciones. Nos damos cuenta que es la hora de comer pero no vemos ningún restaurante, en esto que pasa un niño de unos 10 años o quizá menos con una bolsa de pan y Miguel le pregunta por un restaurante o bar para comer. El niño se toma muy en serio la pregunta y pone mucho interés en ayudarnos, nos da todo tipo de explicaciones y eso que nos da la impresión de que no está acostumbrado a expresarse en castellano, pero se esfuerza y nos dice donde hay un restaurante cerca pero solo abre por la noche, que hay una plaza grande abajo donde hay unos bares que ponen tapas, pero para comer son flojos y nos recomienda el hotel Miralles.
Nos da detalles para llegar al hotel, es un niño muy educado y muy amable, pena que no le preguntáramos como se llamaba. Llegamos al hotel, aparcamos y efectivamente, son muy amables y se come de maravilla, (una especie de potaje o cocido con garbanzos, carne, fideos y verdura, croquetas, merluza a la plancha, conejo con salsa de almendras y crema catalana), 33,50 euros nos costó.
Nos gustó mucho Horta y después de comer avanzamos un poco más hacia la frontera con Teruel y llegamos a Lledó, muy pequeñito, con una iglesia gótica bonita y grande, arcos y flores, la puerta de San Roque, preciosas casas y una cuesta llamada del castillo, pero sin castillo.
Y de Lledó yo quise acercarme a Gandesa por saber cómo era ese pueblo que sufrió tanto en las Guerras Carlistas y en la Batalla del Ebro de la Guerra Civil, y nos gustó bastante. Tiene una iglesia de la Asunción con yuxtaposición de estilos desde el románico al barroco y portada gótica y una torre monumental alta e imponente, pudimos entrar porque había un entierro. Nos dimos una vuelta, vimos varios palacios, unos soportales antiguos y un edificio municipal totalmente renovado ya que no quedó nada. Estábamos bastante lejos de Salou así que reemprendimos la vuelta volviendo a pasar por Mora d´Ebre, Tivissa, Vandellós para salir a Miami Platja como a la ida.
Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán
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