14 de marzo 2024
Hoy es un recorrido más largo y lejano, vamos a ver lo que nos quedó del Matarraña y para eso, lo primero gasolina, 46 euros y hacia el sur hasta el cruce de Vandellós, pasamos Vandellós y Tivissa y entramos en la Ribera d´Ebre, el paisaje de la sierra de los Puertos muy agreste y en el Ebro cultivos de frutales. La depresión del Ebro no es tan ancha como la del Guadalquivir ya que está más cerrada por las cordilleras y tiene mayor altitud media. La arcilla roja que vemos es muy llamativa, conforma un paisaje que no se olvida, estamos en Teruel. Pasamos Valderrobres y su fábrica de papel a orillas del Matarraña, papel que le gustaba a Goya y un poco más tarde llegamos a Beceite. Traspasamos una puerta monumental y empieza el festín de casonas aragonesas de piedra dorada con enormes aleros, zapatas de madera, trabajos de rejería magistrales y portones muy llamativos. Iglesia de portada barroca con torre octogonal.
Seguimos hacia Fuentespalda, mucho más pequeño. En la plaza la iglesia de San Miguel gótico y renacimiento en la portada, la casa Belsa en la plaza es un palacio renacentista y no mucho más.
Seguimos a Peñarroya de Tastavins, Tastavins es el río que debe ser afluente del Matarraña. Todo el pueblo es un disparate de subida, calles empinadísimas y casas de piedra, aleros de madera salientes, balcones de madera, incluso escudos de madera. La iglesia está en una plaza y hoy hay mercadillo. Mucho más arriba hubo otra iglesia, la de San Miguel, era gótica. Abajo, a la salida hay dos ermitas, una del siglo XV y la otra del XVII-XVIII dedicadas a la Virgen de la Fuente. Sobre el pueblo hay una mesa de relieve tabular espectacular rodeada de arcilla roja.
Vamos a Monroyo que viene de Mont Roig que quiere decir monte rojo. Una plaza con una bonita escalinata y la iglesia gótica con un atrio muy bonito. Pasada la escalinata está el ayuntamiento, un edificio con soportales de arcos apuntados y artesonado de vigas. En este espacio, que es grande ponen el mercadillo, ya lo están desmontando. Paseando nos tropezamos con muchos arcos y cuando nos cansamos de ver arcos y puertas y casas con corredor y alero pensamos en ir a Ráfales que está muy cerca, a comer. Nos damos cuenta que en algunos de estos pueblos los muros no son de sillares como en Valderrobres o Beceite y los cubrían con revoque y después los pintaban de azul añil, y ahora les están raspando la pintura para dejar vista la piedra, pero ya digo que más bien es de mala calidad, casi tapial, no se si es buena idea.
Volvimos a Ráfales para verlo con más detenimiento y nos gustó mucho. Iglesia gótica, soportales de piedra, casas muy bonitas, aunque bastantes en estado ruinoso, tiene un entorno muy bonito con huertas de frutales y olivos y las montañas rodeándolo. Al ser llano y estar en el fondo del valle el clima parece benigno. Muchas plantas en las calles y en el exterior de las casas también.
El último pueblo ha sido La Portellada, quizá el más flojo, aunque tiene un ayuntamiento del XVI en piedra, soportales y alero de primera clase. Estamos lejos de Salou y hay que volver antes de que sea de noche, cosa que no conseguimos.
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