jueves, 11 de diciembre de 2025

Gran Canaria, noviembre de 2025: Aldea San Nicolás, Puerto de las Nieves, Galdar y Filgar (V)

 


Día 17 lunes

Cambiamos el orden previsto y vamos primero a la Aldea de San Nicolás que es lo más lejano, en el NW de la isla. Hasta Gáldar la carretera está bien, pero a partir de ahí se vuelve infernal, muy estrecha y con unos acantilados y unas curvas que me recuerdan a la de los Gigantes de Tenerife. Además, los coches que vienen de frente se te echan encima en las curvas, te invaden el carril y encima algunos te pitan o te adelantan cuando no deben. Si a eso añadimos camiones y guaguas pues tienes un completo. Da mucho miedo, la verdad y te juegas el tipo. Hemos visto varios túneles que están terminados, hay trozos abiertos, y otros en proceso y suponemos que algún día esta zona de la isla tendrá una carretera más adecuada a los tiempos.

Llegamos por fin a la Aldea de San Nicolás de Tolentino, llamada simplemente la Aldea de San Nicolás o la Aldea y vamos lo primero al muelle nuevo. Imagino que antes de hacer el muelle que hay ahora, con un malecón de hormigón como todos, sería muy pintoresco. Ahora no tiene nada de particular, dos personas se bañan en un lugar acotado del puerto pesquero y un hombre contempla el mar desde el malecón.





















Hay que coger el coche para ir al Centro de Interpretación Tarajal, que es muy bonito y parece nuevo por completo. Tiene piezas aborígenes de cerámica y explicaciones sobre la cultura canaria. Un video nos cuenta la historia de la Aldea. El barranco donde se asienta la Aldea es el más ancho de la isla y recoge las aguas de la cuenca de Tejeda, en el XIX y XX se cultivaba caña de azúcar, incluso hubo una destilería de ron. Estas tierras primero fueron del rey, luego de una familia noble, y es a partir del XIX que se venden a particulares  cuando empiezan las reivindicaciones por la propiedad ya que estos propietarios se niegan a vender las tierras junto con el agua a quienes las trabajan y se producen altercados constantes, lo que se llamó el Pleito de la Aldea, hasta que en 1927 durante el Directorio Civil de la Dictadura de Don Miguel Primo de Rivera se personó en la Aldea un ministro, concretamente el Ministro de Gracia y Justicia  D. Galo Ponte Escartín y no se marchó hasta  que no solucionó el problema con un Decreto Ley por el cual se expropió y se repartió la tierra con derecho a agua, es decir, cada lote de tierra llevaba su derecho al agua, actuando él como notario mayor del reino.

Actualmente la Aldea está especializada en cultivos de exportación como tomates y frutas tropicales (papaya, mango, piña y plátanos)

En el documental se habla de la fiesta del Charco, la fiesta se celebra en el entorno de un charco que está próximo al mar, muy cerca del Centro de Interpretación donde estamos, que se alimenta de agua de mar y varía su profundidad en función de las mareas. En el Charco el día de la fiesta se pesca, se baila y se come, y se supone que se hace desde los primeros pobladores, un ritual parecido a los que se hacen en países de África Occidental como Mali.

Vamos dando un paseo paralelo al mar hasta el Charco, en un lado hay una baranda ligera que permite ver el mar y al otro un murete de madera con unas jardineras con cactus y crasas muy exuberantes y asientos de madera. Por la derecha el muro ligero termina y se ven las piedras negras, volcánicas que hacen de malecón y al mojarse con las olas, brillan y forman un contraste muy bonito y aquí al final está el charco que es pequeño y poco profundo, hay una marca hasta donde sube la marea. Como ya he dicho en el Charco el día de San Nicolás se reúnen todos y pescan, comen y bailan, ellos dicen “hacer parranda”.























Paseamos un momento por la parte del paseo antiguo y en el horizonte se ve la isla de Tenerife, puede ser el NE, la zona de la península de Anaga y la de la capital Santa Cruz. Está muy cerca y durante mucho tiempo el barco fue el mejor y único medio de transporte para productos y personas que salían de la Aldea. 

El resto de la Aldea no tienen nada especial, es muy extensa, separada del mar y tiene bastante comercio, imagino que por lo aislada que está. 



De aquí vamos al Puerto de las Nieves, donde te enfrentas con el Atlántico de una forma repentina visualmente impactante. Para empezar el malecón es de piedras volcánicas negras que brillan intensamente al sol, no hay edificios en ese frente, nada te impide la contemplación. Las olas son enormes y rompen antes de llegar formando unas crestas de espuma blanquísima con reflejos azul glaciar, ahora añadidle el azul oscuro del mar y el ruido sobrecogedor y el resultado es una composición imposible de olvidar. Este paseo deja la vista completamente libre y es bastante largo, por un lado, termina en el puerto deportivo y por el otro en una especie de piscinas, como corrales cerrados, por donde pasa el agua del mar y a la vez están protegidos los bañistas. Delante hay una playita. Por el centro del pueblo la ermita de la Virgen de las Nieves con una cúpula muy bonita. En resumen, este es un sitio precioso. Pertenece al municipio de Agaete.
























Vamos a Sardina del Norte, al faro. Es un paraje bastante desértico e inhóspito que aparte del faro no tiene mucho que ver excepto una urbanización blanca que está como colgada de las rocas y que se veía también desde el Puerto de las Nieves. 



Como estamos cerca de la hora de comer vamos a un sitio que se llama Moya, a comer a un restaurante que está en una terraza rodeado de mar por todos lados. Llegamos al lugar pasando por un laberinto de callejones y para nuestra desgracia descubrimos que está cerrado porque hoy es lunes y no pudimos consultarlo en la web porque solo lo vimos por google earth y no sabíamos como se llamaba. 







Así que decidimos irnos a Gáldar a comer, pero justo antes de llegar, en la carretera vemos un restaurante y paramos. El comedor con unas vistas increíbles sobre el mar y de comer unos calamares saharianos riquísimos, ensalada de berros y una brocheta de solomillo, y de postre mousse de gofio. Todo estupendo.

Por la tarde a Gáldar que está al lado, en la punta NW de la isla, se sitúa en la falda de la Cruz de los Moriscos, cuya cota más alta está a 1701 metros de altitud. Su municipio forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2019 junto con Artenara, Tejeda y Agaete.

Los descendientes de Atidamane y Gumidafe dividen Gran Canaria en dos reinos: Gáldar y Telde. Don Fernando Guanasteme fue el rey que fue capturado por los castellanos y llevado a la península donde fue bautizado, antes se llamaba Tenesor Semidan.

Aparcamos en la calle con nombre de princesa aborigen canaria llamada Tenesoya en la parte alta, bastante por encima del centro histórico, así que vamos bajando andando hacia la calle Real, luego plaza de Santa Lucía, luego plaza de Santiago donde está la iglesia de Santiago y una fuente, como en Telde. Varias calles con nombres de reyes aborígenes como Fernando Guanasteme y Gumidafe, princesa Arminda. También están los Reyes Católicos. Hay un Museo y un parque arqueológico que están detrás de la iglesia, donde está la cueva Pintada, un espacio que se ocupó desde el siglo VII, pero es lunes y está cerrado. Todas estas calles son preciosas, unas casas de piedra y colores llamativos con balcones, muchas flores y plantas. Hay varios museos más en la ciudad. Sabemos que Gáldar se llamaba Agáldar y que era la capital del segundo reino, lo mismo que Telde. Es una ciudad bastante grande, unos 24.000 habitantes. Telde es mucho mayor, tiene 103.500.

Aquí en Gáldar se cultivaba caña de azúcar, vid, cochinilla y plátanos y ahora plátanos, patatas, tomates, cebollas, maíz y flores.
























Para rematar el día vamos a Firgas que está pegado a Arucas y es la villa del agua por la cantidad de manantiales que tiene que proceden de Tejeda también. Firgas al estar en alto tiene un microclima, ahora hay niebla, incluso llovizna levemente. Hay una fuente que se va derramando en múltiples cascadas que a su vez forman múltiples fuentes adornadas con azulejos dedicados a los municipios de Gran Canaria en los asientos laterales y en las fuentes-cascada dedicados a las islas, donde se representa el relieve y el paisaje de cada isla. En la parte superior, donde comienza la fuente y brota el agua hay un ánfora. Vamos hacia la plaza donde está la iglesia y por detrás hay un mirador con muy buenas vistas, desde aquí hasta el mar, aunque ahora no tenemos mucha visibilidad.

Entramos en una tienda tipo tradicional de pueblo de las de antes porque queremos comprar fruta, el dueño se niega a vendernos plátanos porque dice que unos están demasiado maduros y otros demasiado verdes, total que nos llevamos unas naranjas. Y ya se nos hizo de noche.












































(Continuará...)


Textos Ximena Prieto Álvarez

Fotografías Miguel Roa Guzmán

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