martes, 22 de enero de 2013

Viaje a Croacia y Eslovenia (V)



30 de julio 2012 Cuevas de Postonja (Eslovenia)


No podemos quedarnos más tiempo en Bled y seguimos hacia las cuevas de Postojna. Eslovenia es el país del relieve cárstico, incluso la palabra karst proviene de la región de Karst que ahora vamos a atravesar. 
Este paisaje esloveno es como la Asturias del este de Europa, pasamos dos ríos, el Pilvika y el Reka, vemos prados, aldeas, casitas con jardines delante con geranios y hortensias, bosques, frutales sobre todo manzanos, arroyos, carreteras con curvas, no ves vacas, es lo único que falta. A veces la carretera se cierra por el bosque, los robles se acercan de un lado y otro y de repente se abre y volvemos a los prados y a los pueblos con sus pequeñas iglesias, corredores de madera con la leña acumulada debajo de la escalera exterior. 

En nuestro primer viaje alcanzamos a ver las gargantas del Reka pero ahora vamos a ver las cuevas más grandes de la zona. Son tan grandes que te llevan en un tren durante unos 10 minutos hasta la sala donde empieza el recorrido. Antes de subirte al tren alquilan una especie de capotes de lana, similares a los capotes portugueses porque la temperatura es de 10º C, pero durante el trayecto en tren, como va al descubierto puedes sentir más frío, unos 8º.  Como llevamos chubasqueros nos basta. En el interior está la guía y nos va explicando las distintas salas durante una hora y media andando. 

La más llamativa es una estalagmita blanca, le llaman el brillante, es puro carbonato cálcico, como le caen gotas brilla como un brillante, al lado hay una estalagmata de manganeso, de color gris, ambas son enormes. Pasamos a la sala blanca, la sala negra (apagan las luces durante un larguísimo minuto), y luego viene la sala de los espaguetis. Vamos subiendo y bajando hasta que llegamos a la parte más profunda que es más oscura, al final de esta parte las paredes de la roca son más oscuras y es que en la segunda guerra mundial los alemanes tenían un polvorín aquí y los partisanos lo hicieron estallar para cerrar la salida.

De broma Miguel le pregunta  a la guía como se llevan con los croatas y dice que mal. Continuamos en el autobús para volver a Croacia, abandonamos la región del karst y vamos hacia Iliria, provincia que tiene el símbolo del león veneciano cuya ciudad más importante de la parte croata es Rijeka, vamos a pasar la frontera para entrar de nuevo en Croacia camino de Opatija.

Texto: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa






















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