¡Florencia, Florencia!
Es imposible de describir, para mí es perfecta. Miguel dice que se la puede comparar con Granada en el estilo de ciudad, pero la verdad es que es inabarcable, lo tiene todo, empezando por unas colinas que la rodean y un río increíble, el Arno, verde y suave, tranquilo, sabio.
De día, entrar en Florencia se hace casi imposible, no sé si he comentado como conducen los italianos, pero es algo así como si te metieras en un torbellino y a cada momento esperas morir, pero no pasa nada, el ritmo es de vértigo, pero en el fondo hay un gran control en la gente.
Para encontrar el camping en Fiésole donde íbamos, una colina etrusca sobre Florencia, llena de cipreses y villas, tuvimos que seguir a unos chicos florentinos de forma indirecta, es decir, Miguel y Rosa seguían a los chicos y nosotros seguíamos a Miguel y Rosa.
El camping llamado Panorámico lo era de verdad, en la colina sobre la ciudad, en terrazas, con árboles gigantescos, servicios impecables. La pega era la subida a las duchas porque estábamos muy abajo, en la cuarta o quinta terraza, muchas veces recordamos este camping con nostalgia.
3 de Julio 1985 Florencia
Para ir a Florencia desde Fiésole (la Faesolanum romana) cogíamos un autobús que tardaba una media hora.
La primera visita fue a la Academia para ver el David. ¿Cómo voy a hablar de él? Todo lo que contemples después carece de importancia, su categoría es tanta que no hay ni una sola reproducción que pueda darle a uno la idea de cómo es, de todo lo que he visto en Italia, previamente conocido, David ha sido una de las pocas obras, junto con la Pietá o la Tempestá del Giorgione que hay que contemplar en vivo. Cuando lo miras se agranda y tú te empequeñeces.
La primera visita fue a la Academia para ver el David. ¿Cómo voy a hablar de él? Todo lo que contemples después carece de importancia, su categoría es tanta que no hay ni una sola reproducción que pueda darle a uno la idea de cómo es, de todo lo que he visto en Italia, previamente conocido, David ha sido una de las pocas obras, junto con la Pietá o la Tempestá del Giorgione que hay que contemplar en vivo. Cuando lo miras se agranda y tú te empequeñeces.
Desde la Academia a la plaza del Duomo y otro flash. La catedral inmensa, la decoración deslumbrante, las puertas del Paraiso de Ghiberti insuperables.
Del Duomo a la plaza della Signoria y allí estaban David, Perseo, Neptuno… y una torre que parece interminable en vertical. El ambiente precioso, gente pintando y vendiendo acuarelas. La galería de los Uffizzi excesiva, no puedes saborearla, si te recreas en la familia Julio-Claudia que están a lo largo de los pasillos, llegas tarde al Veronés, Correggio, Botticelli, es impresionante. Lo mismo que Rafael. La galería se merece unos quince días, pero lo que vi lo disfruté mucho, a pesar del horrible dolor de pies y el calor.
Desde los Uffizzi al Ponte Vecchio, lo había visto desde la Galería por el exterior y me había decepcionado un poco, pero dentro de él es magnífico, con su ambiente y sus joyerías. Al final del puente, muy cerca el querido Palacio Pitti y sus jardines del Bóboli. Comimos con Miguel y Rosa enfrente del Pitti y por la tarde después de descansar en el Bóboli y comprar un grabado de Florencia, visitamos Santa Maria della Croze, Santa María Novella, San Marcos, el palacio Ruzzellai y el Medici Ricardi. ¡Preciosos!
4 de julio Florencia (Firenze)
Esta mañana Miguel y Rosa se fueron a San Gimignano y Siena y nosotros volvimos a Florencia, pero antes de coger el bus vimos una exposición de cerámica antigua etrusca y griega en Fiésole, las vasijas inmejorables, de todos los tipos de los siglos V y IV a. C.
Ya en Florencia fuimos al Hospital de los Inocentes, yo tenía un empeño especial en ir por los bustos de los niños en los medallones de la loggia de Lucca della Robbia. El Hospital está en una plaza preciosa, la Annunziatta. Ahora a nuestra cita con Il Pensioroso de la capilla Medicis y las escaleras de la biblioteca, la iglesia de San Lorenzo también merece la pena y luego al Barghello donde me pude morir, el edificio es casi irreal de bello, patio con fuente y columnas y allí están todos: Miguel Ángel, Ammannatti, Donatello, Cellini, della Robbia, Gianbologna… ¿Qué es lo que falta en esta ciudad? Nada, absolutamente nada.
...continuará.
Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Ximena Prieto, Miguel Roa y varios.
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