domingo, 27 de noviembre de 2022

Viaje a la comarca del Maestrazgo (Castellón y Teruel) (Noviembre 2022) (III) Cantavieja y La Iglesuela del Cid (Teruel)

 

Plaza de Cantavieja

6 de noviembre de 2022. Cantavieja e Iglesuela del Cid.

Hacia el noroeste, ya en Teruel está la Iglesuela del Cid, y más al noroeste la capital del Maestrazgo, Cantavieja. Allí nos dirigimos ahora. El paisaje que nos acompaña es más estepario debido al clima, chopos en las zonas bajas donde hay agua, espartal en los altos y algunos pinos, apriscos de ganado.



Cantavieja se sitúa a 1300 m de altitud y tiene 750 habitantes, el casco antiguo tiene una estructura típicamente medieval alargada con dos calles principales paralelas y las otras transversales más cortas. Cantavieja al ser la capital suministra servicios a la comarca y se dedica a la agricultura, ganadería y turismo y explotación de canteras de piedra.

Se conquistó en 1169 por Alfonso II y la administraron los Templarios y después los Hospitalarios. Entre 1833 y 1840 durante la Primera Guerra Carlista, el general Cabrera, el tigre del Maestrazgo, la convierte en capital del carlismo, fijando aquí su residencia. Posteriormente a la Guerra Civil la zona se convierte en tierra de maquis.
















Cantavieja tiene una plaza tremenda, donde están el ayuntamiento, antes palacio del Bayle de la orden de los Caballeros de San Juan y la iglesia de la Asunción, plaza porticada toda de piedra de color ocre, torre muy esbelta sobre un arco ojival, detalle muy toscano.

El Ayuntamiento es un precioso edificio gótico con artesonado de madera en el salón de plenos y en la fachada exterior una leyenda en latín que dice: ESTA CASA ODIA LA MALDAD, AMA LA PAZ, CASTIGA LOS CRÍMENES, CONSERVA LOS DERECHOS Y HONRA A LOS HONESTOS.

La iglesia de la Asunción es del XVIII en el sitio donde estaba la primitiva, que era gótica. Esta sigue el modelo del Pilar. La torre es del XVII y la lonja con arcos pertenece a la iglesia gótica anterior. La torre de la que he hablado antes y que es del XVII, se construye sobre la calle Mayor, sobre un arco por el que a la derecha se accede a la iglesia por su antigua portada gótica. En el primer cuerpo de la torre está la maquinaria del reloj y en el segundo salas de exposición, en el tercero el cuerpo de campanas.

Labores de fragua en los balcones y aleros muy salientes en los tejados de palacios y casonas. Pasamos por la iglesia de San Miguel que está cerrada. Se construyó en el XV como oratorio y enterramiento de Don Gonzalo de Funes, caballero templario, por lo tanto, gótica. Llegamos a donde estaba el castillo templario, una gran explanada, actualmente hay un vía crucis y una ermita del Santo Sepulcro con planta central circular, muy templaría ella, que levantó donde había un torreón rectangular.

Aquí también hay una nevera y un paseo por debajo de las murallas.

En los alrededores masías fortificadas, que son casas de labor o masías, pero con una torre defensiva, cuyo origen es la reconquista y la repoblación posterior, en muchos casos las torres están en ruinas. Conserva unas 125. También hay un museo de las guerras carlistas.

















































Estamos de acuerdo en que Cantavieja tiene una plaza espectacular y única, pero el resto es menos interesante. Han rehabilitado bastantes casas para turismo, pero aún tienen bastante que hacer. Así que nos vamos a la Iglesuela del Cid que es una maravilla, un conjunto que no desmerecería ni un ápice en Toscana. Está en la ruta del general Cabrera y en el Camino del Cid. Tiene una arquitectura popular bien conservada y numerosos palacios de piedra.

Su plano es desordenado separado en dos zonas por el barranco del río. El centro es la plaza donde está la iglesia de la Purificación y el palacio Matutano Daudén. Está a 1200 m de altitud y tiene 402 habitantes. Dicen que fue el Cid en 1089 el que mandó fortificar el pueblo y construir el castillo. Perteneció después a la Baylia de Cantavieja primero del Temple y luego de los Caballeros Hospitalarios. El infante Carlos María Isidro estuvo pernoctando aquí durante la primera guerra carlista. La ocupó el Duque de Ahumada en 1840.

La iglesia de la Purificación es del XVII, aunque construida sobre una iglesia gótica anterior, de la que quedan las bóvedas de la nave central y el ábside, pero la cabecera barroca actual se colocó en la fachada de los pies de la antigua iglesia. Tiene una bonita torre con tres cuerpos, el último octogonal. Una portada plateresca con arcos de medio punto y columnas adosadas.

En el pueblo hay varias ermitas, la de la Virgen del Cid, la de San Roque y la de Loreto.

El Ayuntamiento y la torre del castillo que es almenada, están adosadas a la iglesia, el ayuntamiento tiene una lonja o soportal de tres arcos apuntados.

Es muy bonita también la puerta o Portal de San Pablo de 1721, la casa Blinque con unas rejas platerescas preciosas y un pilar que sujeta el pórtico, y los palacios Aliaga, Guijarro y Agramunt.

































Comemos en Casa Amanda productos de la zona: patatas rellenas, pastel de berenjena, chuletas de cordero, conejo a la brasa y flan con nueces, agua, vino y café, por 50 euros. Comida buena y vino del Maestrazgo. El flan de nueces me recordó a un postre que se hacía en casa de mis padres con claras batidas a punto de nieve sobre una crema inglesa con azúcar quemado, parecida a la crema catalana.

No entiendo por qué es tan poco conocido este pueblo, cosas de España, incomprensibles.

Damos un paseo por la parte baja del pueblo donde están las huertas y el río y vemos la parte trasera del palacio de los Matutano Daudén del siglo XVIII, ahora hotel. Más tarde pasamos por la puerta principal y entramos hasta el hall porque es una hospedería. Tiene un hall de empedrado artístico y una escalera doble de madera de caoba negra preciosa. Son muy curiosos los muros de piedra seca para separar huertas porque en la parte superior se rematan con las lajas colocadas en sentido transversal, es decir, perpendicular al muro.

Mientras paseamos veo que algunas casas están pintadas de blanco y contrastan en exceso con las de piedra que son de tono dorado y son mayoría, yo no permitiría poner blanco, solo piedra o pintura en ocre claro.



























































Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán



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