Puente de Piedra de Valderrobres sobre el río Matarraña |
8 de noviembre de 2022 Comarca del Matarraña: Valderrobres y Cretas
Salimos
para Valderrobres que será la
primera parada de nuestro descubrimiento de la comarca del Matarraña, afluente
del Ebro por la derecha que yo me sabía desde el examen de ingreso de
Bachillerato con 9 años. Esta zona tiene influencia catalana, de hecho, hablan
catalán además del castellano, ya que está muy cerca de Tarragona. El paisaje
es de valles con algunas estribaciones montañosas, veo olivos, viñas y algunos
almendros. Los olivos los hay de aceite y de aceituna de mesa, estos últimos
están podados a la manera de los árboles frutales.
En 1175
después de la reconquista el rey Alfonso II donó Valderrobres al obispo de
Zaragoza Pedro Torroja y en el documento de la donación se habla de la
necesidad de construir un castillo. La silueta del castillo en la parte más
alta del pueblo tiene un gran poder visual.
El río
Matarraña atraviesa Valderrobres y lo divide en dos, la parte antigua y la
moderna, que se comunican a través de un puente de piedra y otro metálico.
Pasando por el de piedra que se refleja en el río igual que un espejo entramos
al casco antiguo por la puerta de San Roque y es impresionante la plaza que nos
espera: A la manera de una plaza toscana, un palacio del quattrocento, en este
caso edificio característico del reino de Aragón, con un alero de madera
trabajado a la manera de un artesonado, con pinjantes incluidos, una balconada
con soporte de forja, frontones y cuerpo superior de ventanas pequeñas. Abajo
la lonja con arcos. Es el ayuntamiento y conserva una cárcel en el sótano tal
como era en su momento. Se puede bajar y bajamos, tienen puesta un audio con
sonidos inquietantes y quejidos para ambientar y la verdad es que ponen los
pelos de punta.
Al otro lado del arco de la puerta de San Roque está la Fonda de la Plaza, un establecimiento que existe como tal desde la Edad media, una maravilla. Por detrás da al río y las habitaciones tienen unas terrazas magníficas.
Vamos
subiendo hacia el castillo y la iglesia por calles muy uniformes, casas y
palacios de piedra, nada es feo, nada está fuera de lugar, un gusto para la
vista, todo de color ocre de la piedra. La iglesia y el castillo están unidos
para comodidad del obispo que vivía en el castillo, un castillo que parece un
palacio. Antes de entrar en ambos edificios vemos por encima el Museo que está
enfrente, en un edificio que fue hospital y tiene tres plantas, dos son un
centro de interpretación del arte de la comarca, del gótico al barroco, la
planta semisótano está dedicada a la indumentaria antigua, a los paisajes de la
zona y a la vida y obra de la gran soprano Elvira de Hidalgo que fue maestra de
María Callas.
La
iglesia, dedicada a la Asunción, es de nave de salón gótica aragonesa, con una
sola nave y capillas laterales, arcos apuntados y bóvedas de crucería. El exterior tiene una gran portada abocinada,
un gran rosetón y relieves sobre la historia de Noe y los profetas en los capiteles,
la Anunciación en las jambas. El retablo del XVI fue destruido en la Guerra
Civil, quedan solo restos. A través de una escalera de caracol se accede a la
tribuna que era la capilla privada del obispo, de la tribuna parte un pasadizo
que nos lleva al castillo. Al lado del pasadizo hay una cárcel para el clero
con una mazmorra en el subsuelo. El castillo defensivo se empezó en el XII
hasta el XIV y en una segunda etapa constructiva pasó a ser Palacio-Residencia
del Obispo desde finales del XIV al XVI.
Saliendo
de la cárcel y bajando unas escaleras se llega a la bodega con tres grandes
toneles de vino, el suelo era de tierra batida. Atravesando la sala capitular
nos dirigimos hasta el recibidor donde está la puerta de entrada, desde aquí se
accede a las caballerizas y a la sala de llos mozos de cuadra que conserva su
techo de bóveda de cañón apuntada, ahora hay unas maquetas.
La Sala
capitular tiene un banco de piedra alrededor que serviría como sala de espera,
y desde aquí hay una escalera que sube a la planta noble, hay dos despensas, la
cocina, una nevera y un retrete. El salón de las Chimeneas es el más grande,
ventanas góticas, tres enormes chimeneas y reproducciones de pinturas de la
época. Hay otra sala privada, una sala para recibir visitas y el dormitorio del
obispo llamada Sala Dorada, porque estaba tapizada de color dorado, el techo
rebajado y cubierto con un artesonado, también un retrete anexo.
En la
segunda planta hay patios abiertos donde están las saeteras que antes estarían
cubiertos. Hay una sala dedicada a Goya porque el papel que utilizaba en sus grabados se hacía aquí en Valderrobres.
Salimos del palacio y callejeando nos vamos acercando al lugar donde dejamos el coche junto al río, esta vez atravesamos el puente de hierro.
Saliendo
de Valderrobres en un momento estamos en Cretas,
nos envuelve el mismo paisaje de olivos, frutales y almendros. Es como un
pueblecito toscano, un poner, Montefiorale cerca de Pistoia o Monteriggione o
Pienza en la provincia de Siena. Cretas es un primor de arcos con pasadizos,
palacios, puertas monumentales, ventanas, balcones, hierros, en sintonía de
ocres, con muchas flores dando toques de color, una panadería pastelería de
nivel, la bandera aragonesa ondeando en el Ayuntamiento. Todo está en su sitio.
Tiene la ventaja sobre los demás que apenas tiene cuestas y está muy
concentrado. La iglesia dedicada a la Asunción y a San Juan Bautista. Tiene una
portada manierista muy bonita, construida en la muralla sobre un templo
anterior del siglo XIII. Sobre la puerta están San Pedro y San Pablo,
enmarcados en círculos, y encima un friso con relieves de la Pasión. Es Bien de
Interés Cultural, en este momento está cerrada. En la Plaza de España hay una
columna central de 1584, en muchos casos rollo de justicia, pero en este caso
parece que se colocó como primera columna del Ayuntamiento. Puertas muy bonitas
la de San Roque y la de San Antonio.
Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán
1 comentario:
Bonito e interesante reportaje!
Publicar un comentario