miércoles, 6 de junio de 2007

flor del espino



Justo debajo de este espino hace muchos años me caí de espaldas, huyendo de una nube de pequeños mosquitos, y al apoyar un brazo me lo quebré.
Un primo de mi padre, Paco el practicante, que pasó aquella tarde por aquí camino de su cortijo me entablilló el brazo para que curara.
Lo llevé regular, a mi me parecía una ofensa lo de tener el brazo entablillado y no enyesado pero allí no había otros medios y aquellos dieron su resultado. Gracias.
Cuarenta años después disfruto viendo sus preciosas flores y comparto éstas con vosotros.

2 comentarios:

manolo ruano dijo...

Veo por las fotos que has estado recientemente en Huelma, son magníficas y para mi muy familiares.
Saludos desde Huéscar.

Miguel Roa Guzmán dijo...

Estuvimos mi hermano y yo un par de horas en el cortijo el viernes por la mañana, no tuvimos tiempo de llegar a Huelma. Saludos.