En junio de 2016 hemos estado visitando el edificio Milá (La Pedrera) de Antonio Gaudí en Barcelona.
Cuando era estudiante en la universidad estudié a Gaudí por primera vez en Historia de la Arquitectura y me encantó, tuve un poster y un retrato suyo colgado de la pared de mi habitación durante mucho tiempo. En 1982 tuvimos la oportunidad mi amigo Amador y yo de visitar Barcelona y La Pedrera (la llaman así por su supuesto parecido con una cantera), vimos la fachada, entramos en los patios y creo que en ese momento no se podía visitar más, el portón no estaba vigilado y no había colas para entrar.
Ahora es bien diferente, colas para comprar la entrada si no lo hiciste anteriormente por internet, precio desorbitado (20,5€ cada una, cuando monumentos como la Alhambra o el Museo del Prado cuestan 14€ y 16€ respectivamente cuando utilizan muchísimo más personal y dinero para mantenimiento o exposiciones).
Este edificio es del final del "modernismo", movimiento que Gaudí interpretó de una forma muy peculiar y personal. Este movimiento artístico floreció en toda Europa en los años finales del siglo XIX y principios del XX, bastante efímero que cayó pronto en desgracia y que ahora de nuevo sí valoramos.
Fotografías tomadas de tarjetas postales de 1950 y 1959:
Todos los adelantos técnicos constructivos los tuvo en cuenta sin abandonar los oficios artesanales como ceramistas o herreros, los baños ya contaban con todos los elementos actuales incluida agua corriente fría y caliente, habría que comparar cómo se vivía entonces en la España rural, pero Barcelona y Cataluña eran la vanguardia de lo moderno, el plan Cerdá había abierto la ciudad tras romper sus murallas y Barcelona se expandía por Gracia, los burgueses construían sus fábricas y sus casas. La familia Milá encarga a Gaudí el diseño y construcción de este bloque (en realidad son dos unidos por sus patios y azoteas) con la intención de vivir en uno de los pisos, el más grande naturalmente y que ocupa una planta completa mientras que en los demás hay dos y que iban a ser destinados al alquiler lo que garantizaba a la familia una renta de por vida.
Gaudí utiliza los materiales constructivos utilizando todas sus propiedades, basa muchas de sus estructuras en las de árboles o esqueletos de animales, la solución de las bóvedas parabólicas de debajo de la azotea son geniales. Utilizó en muchas ocasiones, como para la construcción de la Cripta de la Iglesia de la Colonia Güell, maquetas invertidas para estudiar los esfuerzos y sus direcciones, algún albañil se negó a desapuntalar algún pilar de ladrillo pensando que todo se vendría abajo.
Fue genial en su diseño y lo fue en su técnica.
Las fotografías que os mostramos fueron realizadas en la visita que hicimos el 10 de junio de 2016 visitando la azotea, la buhardilla y uno de los pisos de alquiler de la época ambientando con muebles y enseres de entonces:
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