domingo, 7 de febrero de 2021

Un paseo por Toscana, julio de 2005 (IX) Siena y Montalcino


 

17-7-2005 Siena-Montalcino

Tomamos otra carretera para ir a Siena, pasamos por Torrita de Siena, siguen las colinas suaves con vides, esta es la zona del Nobile de Montepulciano, hay casas de campo enormes y el paisaje es de trigales, olivos, cipreses, árboles en general y vides.





Asoma la torre del Mangia en la lejanía y se me acelera el corazón, porque Siena para mí es lo más hermoso y no se por qué me emociona profundamente.


Tengo la costumbre de mirar en los porteros los apellidos de la gente y aquí en Siena he visto Cassale, Mandriani, Tomasello,Guideri, Baldi, Valentín, Bini, Bettarini, Simonetti.


Aparcamos en el aparcamiento de Via Santa Ágata y vamos andando hacia el centro, como es Domingo vamos a ir a misa en la catedral, pero como aún no es la hora no nos dejan entrar y damos una vuelta. En Via di Cittá está el palacio Chigi-Serracini que es una academia de música, tiene un patio como una fortaleza, de ladrillo rojo con almenas, pozo y logia decorada con frescos, la bóveda es de arista, un poco vaída, hay una escultura de un Papa de la familia Chigi. Seguimos por la Via di Cittá y vamos contemplando los palacios, uno, el de la Papisa es el Centro de Arte Contemporáneo y hay un montaje con sacas de arpillera colgadas del techo que a Miguel le dan una idea para hacerlo en el Instituto con los niños de 4º ESO.









La catedral está tapada en su fachada principal, el interior es un espacio tan increíble que no tengo palabras, hay mucha gente en misa, oír misa aquí es un lujo, al lado del púlpito de los Pisano y debajo de esas bóvedas decoradas y de esos suelos de mármoles. Hay en Toscana un gusto especial para las tiendas y los artículos que te ofrecen en ellas, lo mismo que hay un gusto especial para las flores y los adornos.













Dentro de unos días será el Palio de julio, que es una fiesta de origen medieval que consiste en carreras de caballos montados a pelo, cuyos jinetes representan a los distintos barrios de Siena que se llaman “contrade” y en las calles están colocados los distintos símbolos que los identifican. Son el águila, la pantera, el bruco, la chiocciola (caracol), la civetta (lechuza), drago (dragón), la jirafa (jirafa), el istrice (puercoespín), el leocorno (unicornio), la lupa (loba), el nicchio, la oca, onda (delfín), la selva, la tartuca, la torre, el valdimontone. De las diecisiete corren sólo diez por sorteo y corren al año siguiente las siete que no han corrido ese año y entre las diez que quedan se sortean tres. Todas tienen escudos, banderolas, aliados y adversarios y unas son nobles y otras no.







































Damos una vuelta por un mercadillo de antiguo en una plaza redonda, como un paraguas, cubierta y nos llama la atención un puesto que vende matrículas norteamericanas, hay de todo, desde bisutería antigua, joyas hasta ropa y muebles, también postales y Miguel compra algunas.












Comemos en la plaza del Campo en el Spadaforte, el ambiente es bullicioso, gentes que van y vienen, entre la fuente y el palacio dei Comune haciendo miles de fotos, nos quedamos un largo rato intentando aprendernos de memoria todos los edificios, yo elijo una casa justo enfrente de la torre del Mangia. 




























Nos despedimos de Siena y vamos hacia Montalcino, donde hacen el vino Brunello, que es quizá el de más calidad. 











Montalcino con ser precioso (tiene de todo, una enorme fortaleza, una abadía románica, diez iglesias, una catedral, un ayuntamiento con torre altísima, parecida a la del Mangia), pues con todo eso no llega a ser Montepulciano.

















































Cerca de Montalcino está la marca Stempoli y antes la Ufizzi en la hacienda de Campogiovanni, y el famoso vino Bafi, en la hacienda Agriano.

Hemos vuelto tarde y nos hemos acercado a ver los lagos de Chiusi y Montepulciano, pero hay muchos cañizos y canales y no se puede acceder andando a verlos, nos queda el Trasimeno que sí que lo conocemos cuando estuvimos de camping siendo Pablo pequeño en el 92, concretamente en Pasignano sul Trasimeno. Esta vez iremos a la otra orilla, que es Castiglione del Lago.




...continuará.

Texto: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán



No hay comentarios: