22 de Febrero 2016
Salimos
esta mañana a las 11,30 de Medina para Jerez. Nos lleva Manuel Ángel que muy
cariñosamente se ofreció a hacerlo.
Yo
arrastro una gripe fuerte que me ha tenido K.O durante todo el fin de semana,
esta mañana me tomo un paracetamol y voy tirando.
Hasta
Madrid sin novedad, en la Terminal 4 cambiamos a la Terminal 1 y al pasar el
control me pita el arco y yo cada vez tengo más claro que es al azar porque no
tiene sentido las veces que me ha pitado. Total, esta vez era de droga, así que
me pasan una tirita mojada en un liquido por las manos y me dicen que es para
el control de sustancias no se qué, y bueno, después otro poli me invita a
abrir la maleta de mano y el bolso y pasa por encima de las cosas que hay
dentro y por el móvil esa tirita blanca mojada en no sé qué. Lógicamente no
pasa nada, pero yo me indigno mucho por dentro, porque esto es injusto: Por
culpa de unos pocos delincuentes y otros pocos hijos de puta los ciudadanos que
respetamos la ley nos vemos jodidos y además con estos registros tan
desagradables atentan contra nuestra dignidad, invariablemente me siento fatal
cuando me registran.
Un café
en el Starbucks, una clavadilla, (3,45 euros), porque por 3 euros y algo me he
comido un bocadillo de jamón en el aeropuerto de Jerez que no es lo mismo que
un café pequeño de Starbucks. Un sándwich de pavo con ensalada antes de
embarcar y ahora a esperar.
Observo
a la gente que se va colocando en la zona de la puerta, todos tan especie
humana y todos a la vez tan diversos, cuántas vidas, cuantas historias, cuantas
familias, cuantos proyectos distintos, desengaños, amores y desamores. Es la
humanidad en su esplendor y variedad.
Los del
staff de Aerolíneas argentinas son tropecientos, han pasado ya trece entre
comandantes, auxiliares y azafatas, vamos a tener uno para cada pasajero.
Me paso
toda la noche en vela excepto una o dos horas que consigo echar una cabezada
entre una película y otra (a la carta en mi propia pantalla), cena y desayuno.
Me tomo la pastilla de la gripe y el tranquilizante para soportar tantas horas.
Es
asombroso que no te dé el espacio para poder tumbar el asiento, si lo echas
ligeramente hacia atrás, le das al pasajero que va detrás en la cabeza así que
me mantengo como puedo sin gritar hecha un cuatro dando una vuelta a un lado y
al otro toda la noche.
Volamos
por encima de Brasil y de Uruguay y llegamos al aeropuerto de Ezeiza de Buenos
Aires a las 4 a.m. Entonces empezó una cola enorme para el control de pasaportes,
cola que daba vueltas y vueltas y que al final acabó con foto y preguntas del
tipo: ¿Dónde se va a alojar? ¿Cuantos días va a estar?. Pero eso no fue todo
porque para salir había otra cola, una que daba la vuelta al aeropuerto y era
la de aduanas. Total, después de casi dos horas conseguimos salir del
aeropuerto. Nos esperaba Valeria que nos lleva al hotel. Hacía buena
temperatura, un aire caliente y húmedo que nos iba a acompañar todos los días
en Buenos Aires, claro que más caliente en las horas centrales del día.
Cuando llegamos aún no era de día pero faltaba
poco y como era temprano nos cobran 50 euros para darnos la habitación puesto
que lo normal es a partir de las 12. El hotel se llama Amerian.
23 de febrero 2016 Martes Buenos
Aires
Nos duchamos
y nos tumbamos un rato y sobre las 9 salimos a desayunar y luego a cambiar
dinero y comprarle a Pablo la camiseta del River Plate. Lo hacemos en un centro
comercial que hay muy cerca del Hotel que se llama Pacífico, es un edificio
histórico y por dentro una galería comercial. Para cambiar dinero otra cola
enorme y un montón de firmas, mucha burocracia. La chica que atiende tarda unos
15 minutos con cada persona, lo que podría hacer en tres minutos, .todo muy
misterioso y muy complicado.
Bien,
volvemos al hotel porque hemos quedado con Wences Sánchez Fernández de la Vega
que vendrá a recogernos a las 11 y efectivamente eso es lo que ocurre. Lo
encuentro estupendamente, nos saludamos y nos lleva de paseo por la ciudad y
nos cuenta cosas interesantes de la historia de Buenos Aires, héroes
independentistas, Centro Gallego, muerte de Castelao en los 50, Casa Rosada,
Plaza de Mayo, Calle Mayo, calle Corrientes,
Teatro, Tribunales, Congreso, Libertadores, Parque de Palermo, zona norte, la
más elitista, Plaza de Libertadores, San Martín, Museos, Biblioteca, Paseo del
Río de la Plata que se ve inmenso, que
aquí le llaman Costanera, como no se ve la otra orilla parece el mar, pero de
un color oscuro. Tiene 200 Km de ancho y en la orilla hay gente pescando. Antes
pasamos por la Universidad de Buenos Aires, las nuevas facultades que
constituyen un enorme campus.
Llegamos
a su casa donde están ya su hija Constanza, un encanto y su mujer Olga, otro
encanto. Luego llega Jimena, a la que ya conocíamos de una visita a
España, que sigue tan interesante y
simpática como yo la recordaba. También conocemos a Pedro, hijo mayor de
Constanza. La comida exquisita, buena conversación y todo muy agradable y
entrañable. Durante la comida hablamos del Che Guevara porque Miguel había
visto la película en el avión"
Diario de motocicleta" y Olga nos contó que había trabajado con él cuando
eran muy jóvenes y ya era un revolucionario. Wences nos contó que él había estado
cuando era estudiante en Berlín Este antes de que colocasen el muro, pura
historia del siglo XX.
Jimena
nos lleva al hotel camino de su trabajo, no exactamente camino de su trabajo,
pero amablemente nos lleva al hotel y esa tarde descansamos un poco y luego nos
vamos a conocer Puerto Madero que está relativamente cerca del Microcentro como
le llaman al barrio donde está el hotel.
Puerto
Madero son una serie de diques que forman un paseo, en el agua hay mucha
vegetación que forma como una alfombra verde. Diques con barcos, restaurantes y
bares en varios edificios rojos que parecen renovados para tal fin. En el lado
contrario a los bares tiendas de diseño casi todas de decoración y alguna
terraza que se cuela y pasarelas que cruzan de un lado al otro. En el entorno
hay varios edificios altos residenciales y da la sensación de un barrio
cuidado.
La
impresión que tengo de Buenos Aires es dulce, cálido, pegajoso al menos en
verano, con más agujeros en las calles que arenas tiene el desierto, con un
gran río al que le da la espalda y una humedad dulce, desordenado, sin criterio
urbanístico, desaliñado y descuidado, expandido como el Cosmos. Es como una
galaxia, es decir, muchos sistemas con muchos planetas y todos diferentes.
Depende del sitio por el que pases y del lugar donde vivas tendrás una
sensación, Creo que puede ser tranquilo, majestuoso, moderno, antiguo, pasado
de moda, romántico, duro, todo a la vez.
He visto
cosas curiosas como timbres que suenan constantemente para avisar que viene el tren, o que va a salir o entrar un
coche en un garaje. Los semáforos como en las ciudades norteamericanas no se
ponen en verde para el peatón sino en blanco. Es cierto que la avenida
Corrientes es muy larga y que está atiborrada de gente.
El
distrito Microcentro es el financiero, en las calles alrededor de Viamonte,
Reconquista, Corrientes, Córdoba hay infinidad de sedes bancarias. Ayer había
una sentada de empleados bancarios que ocupaban toda la calle con pancartas,
mesas, chiringuitos etc, representando a todos los bancos y pedían NO a los
despidos.
Andando
llegamos a la Plaza de Mayo y Casa Rosada. Hay una valla verde muy fea en la
plaza, supongo que para que no se acerquen demasiado los manifestantes. Aquí se
manifestaban las madres de Mayo. En este distrito si no miras por dónde vas, te
caes en los innumerables boquetes que hay en las aceras. Me llamó poderosamente
la atención algo referente a la basura, resulta que por la tarde hay gente que
se dedica a rebuscar y tirar toda la basura para vender por su cuenta supongo
que plásticos o packs o vidrio. En su afán por rebuscar lo tiran todo al suelo
y lo que no les vale lo dejan tirado. En fin es un desastre total.
Buscamos
una tienda para comprar fruta y encontramos una de aspecto regular con fruta
regular. Los autobuses son muy antiguos y los taxis negros con una banda
amarilla, hay demasiados coches en los que va solo una persona. Toda la ciudad
es una cuadrícula enorme y por la noche las farolas que son pequeñas e iluminan
poco pero están bastante juntas dan la impresión de puntitos de luciérnagas
desde el aire.
Textos: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa
1 comentario:
Toda una odisea para salir y llegar.
Dos cuestiones:
¿Os afectó mucho el cambio horario?
¿Pudisteis comprobar que la capital argentina posee la avenida más ancha, la del 9 de julio con 140 metros, creo, y la de Rivadavia, una de las más largas del mundo con una longitud de 35 kilómetros?
Saludos.
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