miércoles, 31 de agosto de 2011

VIAJE AL PAÍS DE ALEJANDRO MAGNO. MACEDONIA (Grecia) julio 2011 (IV) El Monte Olimpo, Dion, Altar de Zeus, Litochoros y la Sfugata cretense


Miércoles 20 de julio

El Monte Olimpo - Dión

Hoy vamos a hacer la ruta del Olimpo y de Dión, el santuario de Zeus donde Alejandro reunió a las tropas antes de salir a la conquista de Asia.

La ruta es hacia el sur, atravesamos el río Axios y recorremos la llanura cultivada, poco después atravesamos el río Londrias y el Alikmón, el paisaje cambia, estamos enfrente del Olimpo, es logicamente muy majestuoso, se alza sobre la llanura sin piedemonte, sin transición, tiene dos grandes cumbres con un núcleo calizo, el pico más alto es el Mitykas con 2919m, íntegramente con vegetación, bosques al pié, en la llanura alamedas y cultivos frutales, maiz, remolacha y vides. Llegamos a Dión, al pie del Olimpo, aparcamos al lado del museo, del cementerio moderno y del centro mediterráneo de mosaicos, que es una escuela internacional.
Entramos en el cementerio, lleno de cipreses y de tumbas, no hay nichos, vallas de madera para delimitar las tumbas y macetitas de albahaca.

En el museo hay esculturas votivas del santuario como orejas, pies, una escultura de Asclepio y un baño ritual, hay muchos exvotos  del santuario de Isis, del santuario de Démeter hay varias estatuas y restos del templo, del santuario de Artemisa animales y un reloj de sol, del de Zeus toros y águilas. En la casa de Leda una mesa cuyo apoyo es un león.















Altar de Zeus y el Olimpo

Ahora vamos andando por el pueblo que es pequeñito, con casitas bajas y jardínes, la vista del Olimpo impresiona, mientras Miguel va a buscar el coche, Virginia; Pablo y yo lo esperamos a la sombra de un árbol para ir al sitio arqueológico de la ciudad antigua, el teatro y el santuario. El lugar está a unos 3 Km de Dión, en una zona llana, con un extenso bosque que albergaba los teatros y la zona religiosa, tiene unas vistas impactantes del Olimpo, la ciudad es extensísima y conserva una muralla helenística y otra romana, vemos las termas con sus mosaicos y el teatro, la calle principal es muy ancha y pasamos al área de los santuarios y los teatros, el griego y el romano. Llegamos a la gran explanada delante del teatro griego donde Alejandro ofreció un sacrificio de bueyes en altar de Zeus Olímpico y reunió a las tropas, miramos hacia el Olimpo como Alejandro miró y casi podemos oir los sonidos de aquel momento, ahora lo más impresionante es el silencio en un espacio tan inmenso que impone. El teatro es tan grande porque en Dión se celebraban los juegos Olímpicos del norte de Grecia.

Muy cerca de este lugar está el santuario de Isis, cerca el de Asclepio, todos ellos con su fuente, después Zeus, y al lado el altar.La naturaleza es muy protagonista, el bosque, el agua, la hierba, todo nos habla. Con pesar tenemos que irnos hacia Litochoros, a ver las vistas del Olimpo desde allí, pero antes ascendemos unos Km el monte de los dioses hasta una terrible curva que parece puesta por Zeus para que no entremos en su casa, unas nubes blancas forman una corona alrededor de la ladera media del monte, es así como tiene un aspecto más impresionante. Sólo falta que aparezca Zeus, bueno nos bastaría con Hermes o Apolo. Todo el monte está lleno de vegetación, en la parte baja encinas y carrascas y pinos y abetos en cotas más altas, subiendo hacia Litochoros vemos unos valles muy profundos.






















Litochoros y el Monte Olimpo

Litochoros es un pueblo de montaña, bonito, turístico, tiene un mirador hacia el Olimpo y logicamente las tiendas se llaman Olimpo, Zeus, y cosas por el estilo.

Bajamos hacia el mar y comemos en una taberna de playa, y buscando buscando playas nos quedamos en otra, de piedras, con vegetación que llega hasta el mar y una fortaleza medieval preciosa. Encontramos piedras bonitas de tonos blancos y grises, el agua tiene una temperatura ideal y está limpia y azul  como es normal en el Egeo, hace una ligera brisa justo para no pasar calor, es una delicia.












"Sfugata cretense"

Por la noche en Salónica vamos a cenar al barrio de las tabernas que se llama Ladadika y aquí nos ocurre la anécdota de la “Sfugata cretense”. ¿Qué es eso? Pues resulta que elegimos una taberna que se llamaba Creta y tenía comida cretense, estaba llena de gente, nada más sentarnos nos invitan a una copa de ouzo y nos ponen una botella de agua, bien hasta ahí, a la hora de pedir, buscamos cosas típicas, yo pido un plato del que no recuerdo el nombre pero que resultan ser unas albóndigas grandes y de forma ovalada muy ricas, y me lo traen enseguida, había varios platos que se llamaban sfugata pero que llevaban distintos ingredientes, Pablo pidió sfugata que tenía tortilla, jamón y croquetas, Virginia sfugata de carne y Miguel una sfugata que tenía muchas cosas, entre ellas decía mantequilla.

Como tardan mucho en servir a los demás, me dicen que empiece yo a cenar, y casi cuando estoy terminando traen dos huevos fritos, pensamos que eso es parte de uno de los platos y Miguel le dice a Pablo que se coma uno, Virginia también lo prueba y Miguel se come el otro. Al rato vienen dos tortillas, la de Pablo con jamón y la de Virginia con carne, pero a Miguel no le traen nada. Pablo pregunta y le dice el camarero que ya se lo ha traído, es decir que¡su sfugata eran dos huevos fritos en mantequilla y ya está! Por lo visto todo los ingredientes eran en realidad dos, nos estuvimos riendo un buen rato, animados como estábamos por el ouzo y el retsina Malamatina. Pablo y Virginia le dieron parte de sus sfugatas a Miguel, yo no porque ya casi había hecho la digestión de mis albóndigas. Ojo al dato, no pidais sfugata nunca en un restaurante cretense, que sólo es una tortilla o un par de huevos fritos con mantequilla.


Textos: Ximena Prieto

Fotografías: Miguel Roa