2 de agosto 2012: Split
En el puerto nos espera la guía local de Split, nos damos cuenta de que estamos en la misma explanada en la que estuvimos hace 27 años, de frente las murallas del palacio de Diocleciano que forman parte de los edificios y delante ahora hay muchas tiendas y terrazas, gente sentada, barcos en el muelle y un mercado al aire libre.
Todo esto contrasta mucho con lo que vimos, era una ciudad muerta, la única terraza estaba vacía, el camarero pasaba y no había ni una tienda, ni una indicación turística y no se podía acceder a los subterráneos del palacio como ahora.
Nos quedamos muy contentos de lo que vemos. Empieza la visita. Como digo la explanada está muy modificada, hay un paseo central con árboles, muchas tiendas.
Entramos por la puerta de la muralla sur al recinto del palacio, hay en su interior tres barrios: El romano, el veneciano del siglo XII hasta el XVIII y el francés, también el barrio judío sefardí. Diocleciano habitó el palacio en el siglo IV, su construcción fue muy rápida. La muralla oeste no se puede ver porque las casas están pegadas a ella, el palacio conserva sus cuatro puertas, la entrada principal era la puerta norte, puerta de oro, desde allí salía la vía hacia Solona, ciudad en la que nació Diocleciano, Solona fue la capital de Dalmacia y sede episcopal con Diocleciano.
En el siglo V la ocupa Bizancio y después se crea la república de Dalmacia independiente. Solona es atacada por los pueblos eslavos y destruyen Solona, sus habitantes se refugian dentro del recinto del palacio.
La puerta este se llama puerta de plata, en el recinto también estaban los templos y el mausoleo de Diocleciano, él vivió aquí desde el 305 al 316, su mausoleo pasó a ser iglesia y luego catedral, al lado del mausoleo estaba el peristilo y el templo de Venus donde ahora hay una cafetería muy curiosa porque la gente sale a las escaleras a tomar café y los camareros les ponen en las escaleras unos cojines, enfrente tienen la fachada romana. El templo que se conserva es el de Júpiter convertido en un baptisterio llamado de San Juan.
La ciudad conserva el cardus y el decumanus, en la planta primera el atrium y el barrio sefardí.
Estamos en el piso bajo con estructura abovedada de ladrillo de opus caementicium el suelo y pasamos a una sala que probablemente fue el comedor del emperador, se conservan las vigas de nogal que iban de lado a lado en la sala, vigas que tienen 1700 años ya, luego pasamos a una sala circular con bóveda semiesférica baja con ladrillos y mortero, en el apoyo tiene arcos de medio punto y una gran resonancia.
En el recinto del palacio también existió un templo dedicado a la diosa Cibeles del que se conservan restos. Pasamos a otra sala longitudinal con pilares y bóvedas de medio cañón de ladrillo, era la sala de recepción o basílica, con tres naves y ábside.
Este nivel ahora es subterráneo pero en tiempos del emperador estaba al nivel de la calle. La planta primera actualmente es la que está al nivel de la calle y ahora hay tiendas, bares y las casas en alguna de las plazas tienen ropa tendida al estilo de la Giudecca de Venecia.
Estamos paseando por el cardus y llegamos al perystilum con una altura descomunal, con columnas de capitel corintio, dentro del templo quedan las columnas del mausoleo del emperador y la torre románica, capíteles reutilizados, enfrente la cafetería Luxor donde los clientes se sientan en la escalinata, el perystilum está casi intacto en el espacio y conserva todas las columnas que sirven de apoyo a los edificios posteriores.
Pasamos del perystilum a la zona que da al atrium a través de una puerta adintelada y un pequeño entablamento, la cúpula es semiesférica y le falta el casquete, es un espacio imponente y allí nos encontramos a un grupo coral de hombres que cantan, se llaman Klapa Vestibulo, cantan a capella y han ganado muchos premios, uno de ellos en Madrid, nos cantan tres canciones y los que queremos les compramos el CD.
Paseamos por el barrio sefardí que está contiguo al atrium, la colonia de judíos españoles era grande, uno de ellos llamado Rodrigo construyó el puerto y el primer librero de Split también era sefardí, el barrio es bastante típico con una cantidad enorme de material romano reutilizado fundamentalmente como basamento de las casas o como apoyo, por ejemplo, en una azotea hay a la vista un pilar romano. En Split se conserva un dialecto mezcla de catalán y castellano y para decir ¡vamos! Dicen ¡hala, hala!. En el templo de Júpiter se han incrustado casas pero se ve el lateral y parte del muro de la cella.
Aprendo unas palabras más en croata que nos explica Susana la guía bavic es vino tinto y prosec una especie de vino parecido al Martini. Llegamos a una placita con árboles y ropa tendida al más puro estilo italiano, seguimos por la zona norte y al pasar veo una máscara egipcia adosada a una casa, al terminar el cardus estamos en la puerta norte o puerta de oro, de ahí vamos al barrio veneciano, fuera de las murallas que tiene edificios como palacios góticos como pequeñas ca d´oro y renacentistas.
Volviendo a la explanada del puerto hay una avenida que nos lleva al barrio francés que vemos ya por nuestra cuenta. La guía, que es excelente nos da referencias de donde está todo lo más interesante, así como restaurantes y demás.
Nosotros nos vamos a ver el templo de Júpiter, tiene bóveda de cañón con casetones y entablamento vegetal, en su interior hay un baptisterio paleocristiano, volvemos al mercado subterráneo, a la catedral-basílica y al mausoleo de Diocleciano.
Por el sol hace mucho calor, ese calor húmedo propio del mar. Pero las callejuelas del recinto del palacio son muy agradables y más sombrías. Encontramos un restaurante con terraza en una placita y comemos aunque es temprano. Luego nos damos otra vuelta por la explanada y ya nos tenemos que ir al bus para ir hasta Dubrovnik.
Me alegro mucho de que Split haya cambiado tanto.
Textos: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa
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