jueves, 21 de noviembre de 2019

Viaje por Tierras de Cuenca: Ciudad romana de Segóbriga, Uclés y Huete (V)


6 de Noviembre de 2019

Salimos hacia Segóbriga con bastante frío pero al menos el cielo se está despejando y sale el sol. Segóbriga es un yacimiento celtibérico y romano con ruinas de teatro, anfiteatro y circo. Muy bonita ubicación, dominando la llanura, el bosque y los cultivos con una pequeña loma donde se sitúa la basílica dedicada al  comercio del yeso (lapis speculorum) de muy buena calidad que se extraía allí mismo y que se usaba para cerrar ventanas en época de Vespasiano.





















La ciudad era muy extensa, solo en necrópolis hay un espacio enorme que fue cubierto en parte por el circo que se construyó encima de una parte que se situaba a ambos lados de la vía que llevaba al foro. Dos termas, una basílica en el foro, un precioso busto de Agripina la Mayor, de una delicadeza leve, magnífica. Interesantes los criptopórticos del foro, la muralla y la casa del procurador minero. También quedan restos de una basílica visigoda.
























De Segóbriga a Uclés donde nos encontramos un tremendo monasterio,  no mucho más pequeño que EL Escorial, cuyo origen es la donación de Alfonso VIII a la Orden de Santiago. Tiene una bellísima fachada lateral plateresca, dos herrerianas y una barroca que es la principal, hecha por Ribera. Dentro de la iglesia está el centro de interpretación y un claustro y pozo muy notables. 

















































































Lo mejor del Monasterio de Uclés la sacristía y dentro de ella los armarios me enamoraron.








Llegamos a Tarancón ya tarde y salimos huyendo hacia Huete que es muy bonito, entre páramos y vegas, con plano desordenado y restos de murallas por todas partes.

Lo primero que hacemos es localizar un lugar para comer y encontramos el restaurante La Cibera, muy agradable, con una estantería llena de libros en la zona del bar, que es donde nos preparan la mesa, suponemos que el restaurante es para los fines de semana que habrá mucha gente. 







Comimos estupendamente y ya repuestos estuvimos paseando por el pueblo, admirando conventos como el de la Merced que ahora es parroquia, oficina de turismo y sede de varios museos ya que el espacio es enorme. También el monasterio de Santo Domingo cuya iglesia fue diseñada por Fray Alberto de la Madre de Dios. Otro convento es el de Jesús y María, la fachada de la iglesia se atribuye a Andrés de Vandelvira. La iglesia de San Pedro es gótica de transición al renacimiento y conserva una capilla manierista. 













Debajo de la iglesia hay una calle subterránea hecha en época gótica. Hay unas cuantas iglesias cerradas , pasamos por delante del Pósito Real y llegamos a una puerta llamada de Medina de época almohade parece, probablemente sería de doble recodo y ahora está tapiada y abierto un postigo en la muralla. Otra puerta es la de Almazán que se construyó al mismo tiempo que la Torre del Reloj, que es barroca. La puerta tiene dos arcos de piedra unidos por una bóveda de arista sobre los que hay una casa que sería la del corregidor. Varias casas palacio como la de los condes de Garcinarro con un tremendo escudo, la de los Amoraga, renacentista, y el palacio episcopal.

 Parece que la judería tuvo importancia, asentada en las faldas del castillo. En 1476 las tropas de los Reyes Católicos tomaron la ciudad definitivamente y le otorgaron el tratamiento de noble y leal.

Cosas que no me gustan es el poco cuidado con la tipología de viviendas, hay muchos desaguisados. En alto están las ruinas del castillo. Dos edificios preciosos muy descuidados, el Colegio de los Jesuitas del siglo XVII y otro convento con grietas que fue fundación de la reina de Castilla Catalina de Lancaster. Hay varias ermitas en las afueras que no visitamos para que no se nos haga de noche de regreso a Cuenca. 

































Vuelta a Cuenca y paseo corto.


Texto: Ximena Prieto
Fotografías: MIguel Roa

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