Mallorca, abril 2024: Calas del Sureste, Torre de Canyamel y Santuario de Sant Salvador d´Artà (III)

13 de abril, Sábado Calas del sureste

Nos planteamos hacer un recorrido por calas desconocidas, comenzamos por la Cala Des Moro. Para lo cual hay que atravesar la isla, llegar a Campos, sobrepasarlo y llegar al término de Santany, en el este-sureste, el camino una preciosidad con los campos verdes en plena primavera. Aparcamos y hay que bajar tropecientos escalones para ver la cala, esta cala se llama S´Almunia, no tiene arena, pero sí unas plataformas de roca bastante planas donde se puede tomar el sol y lanzarse al agua como están haciendo unos ahora mismo. Más allá, por un camino relativamente fácil y llano está la cala Des Moro, esta tiene arena, no es muy cerrada y es acantilada, la vemos desde arriba, es bonita, está dentro de una zona natural protegida donde no hay edificaciones. Bajar a la cala ya es otro cantar porque el camino ya no es tan fácil ni mucho menos.

Después vamos a Cala Figuera, nos tomamos un café en una terraza sobre el puertecito y se ve la entrada de la cala que es muy estrecha, los pinos llegan hasta el agua, aquí sí hay edificaciones, pero bastante moderadas, es muy agradable.

La tercera cala, cala Mondragó, es la más bonita, diría que es espléndida, te deja con la boca abierta. En realidad, son dos playas en una cala y están situadas en perpendicular una con respecto a la otra, el sitio es paradisíaco, pinos hasta la orilla, arena blanquísima, aguas transparentes de un azul perfecto gracias a la posidonia, varios barcos, bastantes bañistas y gente tomando el sol. Se puede pasear paralelamente a ambas calas por un sendero muy bonito. Nos quedamos un rato admirando el paisaje y haciendo fotos.

Desde aquí vamos a Cala Domingos, que está ya en lo que llaman Cales de Mallorca y hay hoteles. Unos hoteles están abiertos y otros cerrados. Sabemos que están por aquí unas amigas de Medina Sidonia pero no donde exactamente, así que vamos a comer a un sitio que está encima de una de las dos calas que hay, las calas tienen una vegetación más árida y sobre cada una de ellas un hotel. Comemos en la terraza que está más cerca del mar, la comida muy abundante porque la ensalada es enorme, las patatas bravas muy muy generosas y la pizza nos sobra por lo grande que es y la cantidad de queso que lleva. Chateo con nuestra amiga y dice que su hotel está allí mismo y viene a la terraza junto con su hermana. Estamos un rato y nos despedimos porque ellas se van al día siguiente.

Nosotros decidimos ir a Artá para hacer fotos de los alrededores de la cueva que son espectaculares, así como la entrada de la cueva. Por la carretera nos tropezamos con la Torre de Canyamel, en el término municipal de Capdepera,  que es una edificación de defensa que data del siglo XIII y se encuentra ubicada en el término municipal de Capdepera, en la costa este de la isla con tres plantas y un museo visitable en la planta baja, al lado se encuentra un restaurante.

Su situación le posibilita dominar el valle de Canyamel. Desde su torre se divisa la bahía de Canyamel y permitía antiguamente estar en alerta ante incursiones corsarias.

Después a Artá pueblo, donde nos queda por ver la iglesia dentro de la fortaleza del siglo XVI construida para la defensa contra los ataques corsarios. Dentro de la fortaleza hay un santuario cuyo origen es el siglo XIII, dedicado al Salvador, cuya imagen principal es una virgen románica con Niño, Santa María de San Salvador, traída por los catalanes en el XIII y que posteriormente estuvo en la iglesia de Bellpuig y después en Artá. En 1507 se traslada la imagen desde Bellpuig. Poco a poco fue tomando importancia la Virgen en detrimento del Niño (el Salvador) y acabó siendo la protagonista. La escultura original está restaurada y se encuentra en el Museo y actualmente hay una imagen moderna, aunque basada en la imagen románica que, a mí particularmente me gusta mucho. El santuario tiene una zona de exvotos muy amplia; el actual es del XIX, de estilo neoclásico, planta basilical, cabecera sin ábside y un atrio a los pies, cúpula sobre pechinas decorada con pinturas en el crucero. Por último, paseamos por las murallas, fotografiamos el patio y la casa del donante copiada de una de Artá del siglo XVI, el donante o donat es el que se encarga de atender el santuario. En la casa ahora hay un bar en el bajo. Vemos la torre de San Miguel. En el patio delante de la puerta del santuario hay un brocal de pozo pues debajo hay una cisterna. En el brocal un chico y dos chicas graban un tik tok, mientras en el interior de la iglesia una señora está rezando y llorando.

Hay 180 escaleras desde la parte baja del pueblo hasta el santuario, pero nosotros bajamos en coche y volvemos al Puerto de Alcudia.

Textos: Ximena Prieto Álvarez

Fotografías: Miguel Roa Guzmán