Jueves 11 de abril Palma, Alcudia.
El primer día de nuestra estancia en Puerto de Alcudia y en el hotel Alua Boccaccio, como el año pasado, decidimos ir a Palma a ver Son Abrines, la fundación Joan y Pilar Miró. Aparcamos el coche enfrente de la verja, el lugar está por encima de Cala Major y Marivent, con unas vistas extraordinarias. La entrada cuesta 13 euros. Lo primero que vemos son los talleres donde trabajaba el pintor. El edificio es de piedra y ladrillo y algunas partes con revoque en blanco, espacios rectangulares y zonas pintadas de color azul, rojo y amarillo, muy de Miró. La luz es lateral superior con ventanas estrechas y continuas a ambos lados y cenital. El tejado tiene forma de alas de pájaro. Se lo diseñó José Luis Sert cuando estaba exiliado en Estados Unidos. Miró compró una possessió aneja que tenía una casa antigua del siglo XVIII que se llama Son Boter y la convirtió en estudio para obra de grandes dimensiones y la fue decorando como el taller Sert, con objetos y postales y más tarde también pondrá aquí los talleres de grabado y litografía. Hay grafitis en las paredes, una habitación central con una gran escultura (la femme), y luego la cocina antigua con objetos cotidianos, a la derecha otro espacio con objetos y fotos de arte sumerio, japonés, precolombino americano y africano, también de la propia naturaleza.
En el taller Sert hay numerosas tazas y morteros, boles llenos de pintura, una esfera terrestre, mesas y sillas de todo tipo, platos, fotos y postales, todo el espacio está lleno de cosas, incluso vemos un jarrón o cántaro de cerámica de Cuenca en una especie de corredor que tiene en un lateral.
Entre Son Boter y el edificio Sert hay un jardín con esculturas y preciosas vistas del mar y Cala Major. Y a continuación está el edificio Moneo, que es sencillamente perfecto a mi modo de ver, yo soy gran admiradora de Rafael Moneo, un arquitecto que concibe los espacios de forma magistral y siempre sigue el principio de la función. Luz cenital y lateral, tamizada por alabastro que forma muros en el exterior a modo de persianas mallorquinas de hormigón, todo presidido por los cuadros, las cerámicas y las esculturas de Miró.
La viuda de Miró, Pilar Juncosa subastó en Sothebys obra suficiente como para encargar el proyecto del edificio de la fundación a Rafael Moneo dentro de la propia finca Son Abrines. El edificio consta de un elemento lineal para los servicios administrativos y un volumen estrellado para la colección. Además de ser Museo el edificio tiene un auditorio y una biblioteca muy completa sobre arte con una bibliotecaria muy agradable y atenta que nos enseñó algunos libros de la colección personal de Miró. Después de ver toda la colección de pintura y escultura fuimos a la tienda y compramos regalos para nuestros nietos y un cuaderno de viaje para mí por 37, 95 euros en total.
Aparcamos el coche en Cala Major para comer por allí. La Cala está cerrada en una punta por el Palacio de Marivent. Comemos a pie de playa en una bonita terraza, hay gente en la playa, incluso en el agua, pasa un velero para la foto y a nuestra derecha una islita que se llama Es Bujolar. Comemos bien, salmón con patata cocida, ensalada y calamares con alioli, los camareros y camareras todos muy jóvenes y agradables. Total 63 euros.
Damos un paseíto por la cala y después nos vamos a Alcudia pueblo, paseamos por el centro, nos subimos a las murallas y nos encontramos con una pareja de asidonenses, Rafael Ortega y su mujer Cati, ¡Casualidades de la vida! A continuación, pensamos ver un pequeño museo sobre la ciudad romana de Pollentia y nos dicen allí que vayamos al sitio arqueológico primero y luego volvamos para ver las piezas que se encontraron allí. La entrada nos cuesta 5 euros. La ciudad ocupaba entre 18 y 21 Hectáreas, la verdad muy extensa. Pollentia se fundó después de la conquista de Mallorca por Quinto Cecilio Metelo en el 123 a. C. Lo primero que vemos es una lápida en perfecto estado de conservación y un poco más allá un área residencial con tres domus de las que se distinguen todos los elementos. Después el foro donde había un templo toscano, dos templetes y las tabernae o tiendas. Estos restos van desde el siglo II a. C hasta época tardorromana. Mucho más allá está el teatro al que me niego a llegar porque estoy muy cansada, este teatro se construyó en el siglo I, estaba a las afueras y en época tardorromana sirvió como necrópolis.
El Museo está en un edificio precioso con un gran arco apuntado en medio y artesonado rústico de teja y madera, las piezas elegidas están en muy buen estado. Una muestra de escultura como la estatua thoracata de un general o un togado del foro, cerámica doméstica, objetos de adorno, objetos funerarios y restos de las terminaciones del templo del foro.
El día ha sido muy completo y hay que reponer fuerzas en el hotel.
Textos: Ximena Prieto Álvarez
Fotografías: Miguel Roa Guzmán
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