14 de abril 2024 Domingo.
Esta mañana nos dedicamos a Alcudia. Había un ambiente fantástico ya desde las 10 de la mañana. Hicimos compras bonitas, conversamos con la dueña de una tienda sobre casas antiguas y lo especiales que son. La tienda es preciosa, paredes de piedra, un arco grande de medio punto y una escalera también de piedra. Hablamos sobre el Cristo que está en la iglesia de Sant Jaume, que una vez trajo la lluvia a Alcudia y de la fiesta que le hacen cada tres años. Luego fuimos a misa a Sant Jaume, era en castellano, pero los cantos y el Credo cantado en mallorquín. La iglesia es preciosa, de estructura gótica, retablo neogótico y pinturas muy interesantes en algunos retablos. La capilla del Santísimo barroca y espectacular y allí está el Santo Cristo de la lluvia. En el paseo antes de misa pasamos por delante de un restaurante que en el piso de arriba tiene un ventanal con esculturas romanas, se llama Satyricon y fue un teatro. La encargada nos invitó a pasar y dentro ¡El auténtico teatro con sus palcos, su escena y un arco de triunfo en la escena que es igual al arco de la ciudad romana de Timgad donde estuvo nuestro hijo Pablo, cuando trabajaba en Argelia y es una de las ciudades mejor conservadas del mundo romano! Los palcos decorados con la bandera italiana, el suelo de mosaicos, y detrás, en la escena, un telón pintado. Le prometimos volver a tomar el aperitivo y antes nos dimos una vuelta por el mercadillo que es gigantesco y tiene de todo como el de Inca. Luego volvimos al Satyricon para tomarnos el Martini prometido.
Esta tarde al Port de Pollença, nos hemos recorrido andando todas las playas y el paseo. Los bares y restaurantes están preciosos. Hemos tomado café en uno que se llama Capuccino, sillones con cojines blancos y rojos en la terraza, veladores de mármol, sombrillas con maceteros de geranios y otra terraza avanzada sobre el mar. En el interior un salón con unos sofás comodísimos, estanterías con libros y al fondo una gran estantería con bobinas industriales de hilos de colores en una gama de rosas y rojos. Los lavabos con lavamanos de mármol redondos de una pieza y aislados de la pared, algo muy notable y muy de mi gusto.
15 de abril Lunes
Hoy vamos a conocer Can Picafort, un lugar en medio de la bahía de Alcudia. Tiene una playa alargada que termina en una necrópolis fenicia. Era temprano por la mañana cuando llegamos a Can Picafort y nos dirigimos al paseo marítimo. Había un operario con una excavadora quitando algas de la orilla y amontonándolas, suponemos que para llevarlas después. Olía mucho a yodo, era agradable, como si respirásemos ortigas de mar o percebes. El paseo tiene algunas esculturas y muchos bares y restaurantes. Ahora estaba todo muy tranquilo, gente andando rápido y otros paseando perros, algunos desayunando. En cuanto a los edificios hay de todo un poco, unos modernos, otros antiguos y otros rehabilitados. En el paseo hay una torre de enfilación o de alineación y en la calle de atrás otra igual y a la derecha de la necrópolis hay otra. Una torre de alineación o enfilación es un prisma que tiene una flecha en la parte superior pintada de otro color. Eran 14 parejas de torres desde la albufera de Muro hasta la colonia de Sant Pere, entre torre y torre 1240 metros y entre cada pareja 200 metros. Están hecha de bloques de piedra de marés y cemento; servían para hacer ejercicios militares submarinos.
Para ir a la necrópolis fenicia de Son Real cogemos el coche y llegamos a una casa de campo o possessió como se dice en Mallorca que se llama Son Real y que actualmente es pública y hace de museo etnográfico. Desde aquí se pueden hacer varios itinerarios distintos. Los senderos van entre pinos y matorral, uno hasta un refugio, otro hasta la playa y un dolmen y otro hasta la necrópolis.
No hacía calor y aun así el camino a la necrópolis se me hizo interminable, no se avistaba el mar por ningún sitio, aunque no estábamos lejos. Paramos a descansar en un claro donde había un banco y sombra y cuando avistamos la necrópolis quedaba un trecho grande y la verdad yo estaba cansada. Miguel se acercó un poco más por el lado del dolmen y por el de la necrópolis, hizo fotos y volvimos por el mismo camino. La necrópolis es del siglo VII a. C usada desde la edad del Hierro hasta época romana. Las tumbas se construían con piedra arenisca sacada de la parte norte de un pequeño brazo de tierra que se llama península de los fenicios, aunque la población enterrada era autóctona y no era fenicia. Las tumbas son de tipo talayot y planta circular, rectangular o cuadrada a las que se entraba a través de un agujero en la parte superior. La forma puede que dependiera de la persona enterrada y todas ellas pertenecían a la élite local. Se han descubierto 43 tumbas, otros hablan de más de 100, en 935 metros cuadrados y se han recuperado restos óseos, cerámica, vidrio y metal correspondientes a herramientas, armas y vasos y ornamentación personal y uso ritual.
Antes de volver al hotel nos acercamos a Betlem que es una urbanización en la punta al NE de la bahía de Alcudia, digamos el final por carretera, lo demás hay que hacerlo andando si se quiere llegar al Cap Farrutx. Hace viento, no hay playa, están los acantilados y las casas.
Por la tarde paseamos por el Puerto de Alcudia, curioseamos tiendas y después nos tomamos un cóctel en una terraza en la playa, “El Yate” en la playa que está al lado del puerto que es como un plato, muy a gusto, la verdad. Cuando aparcamos el coche nos damos cuenta de que han intentado abrirlo porque falta un protector que lleva la cerradura del lado del conductor, es la primera vez que nos pasa.
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