"Por la mañana hacemos la visita guiada pero de día a otras cosas que no vimos anoche. Nos dirigimos al muro, a la parte donde hay más tramo de muro, y que ha sido decorado por artistas. Pasamos por una avenida anchísima que me recuerda a las de Moscú y unos edificios de apartamentos de los 50 revestidos de placas cerámicas para aislarlos, con motivos soviéticos. Estas casas las hicieron para los obreros en poquísimo tiempo porque era necesario para la propaganda que estuvieran terminadas y por lo tanto se obligó a los trabajadores a hacer muchas más horas, así que explotando a los obreros se hicieron viviendas para los idem. En realidad fueron para los del partido.
Llegamos al muro, al tramo largo, los graffiti son muy chulos, la primera impresión es que es muy bajo, y lo es, pero los problemas estaban delante y detrás del muro. En la parte comunista todo está lleno de frases y algunos dibujos, los graffiti están en el otro lado, me hago una foto delante del beso entre Bresnev y Honnecker.
Ahora vamos a pasar por la avenida más famosa de Berlín antes de la guerra, muy majestuosa y elegante estilo boulevard y que se llama “Bajo los tilos” Unter den Linden, en esta zona hay muchos restaurantes, terrazas y tiendas de regalos. La próxima parada es el check point Charlie, el control del sector americano, había dos más: check point alpha y check point bravo, mañana camino de Postdam pasaremos por uno de estos. La garita está en mitad de la calle y es pequeñita y de madera pintada de blanco, hay unos actores que hacen de soldados y cobran por hacerse fotos, en la calle un museo que es también tienda y en la calle transversal por donde iría el muro hay unas fotografías explicativas, nuestro hotel está cerca de este punto y de la Postdamer Platz, de las puertas de Brandenburgo y de Unter den Linden.
Nos vamos a la isla de los museos que es la zona Prusiana por así decir, llena de palacios e iglesia, museos, teatros y óperas, aquí cogemos un barco que nos dará un paseo largo por la ciudad vista desde el río. Conocemos ya muchos edificios, la estación central, el Reichstag, los edificios del gobierno, el parque Tiergarten, la cantidad ingente de puentes, pasarelas y demás. Yo encuentro Berlín demasiado todo: demasiado grande, demasiado frío, demasiado triste, no me gusta, digamos que hay cosas bonitas individualizadas, pero el conjunto me repele un poco. Puede que influya el tiempo, llueve, hace fresco, los edificios intentan ser París, Roma, Atenas, pero son una caricatura, Berlín es la ciudad sin coherencia, un millón de ciudades en una, resultado de su historia. Se duplican los edificios, hay 4 o 5 óperas, 100 o 200 museos, lo mismo de teatros, bibliotecas etc.
En el parque Tiergarten después de la guerra plantaban patatas y verduras y la madera para calefacción. Es un parque bastante silvestre, dicen de estilo inglés pero no es así, es más bien como un bosque de 250 ha.
Comemos en Postdamer Platz en la taberna de las 100 cervezas, una sopa, ternera con judías verdes y un postre de frutas del bosque con crema tipo natillas."
Texto: Ximena Prieto
No hay comentarios:
Publicar un comentario