jueves, 9 de septiembre de 2010

Viaje a Alemania (Nuremberg) (I)

22 de Julio 2010 Nuremberg

"Nos dirigimos al norte de Baviera, lo que se llama Franconia, es una región vinícola, como ya he comentado, sus habitantes no se consideran bávaros, incluso los colores de la bandera en vez de blanco y azul, son rojo y blanco. El apoyo en esta región al partido nazi era de un 80%, de hecho Hitler hacía aquí los grandes desfiles, esa explanada la vamos a visitar dentro de un rato en Nuremberg. Las razones para este apoyo eran la cantidad de paro que había aquí después de la I Guerra Mundial, ya que esta región era muy industrial, ahora también lo es.

Nos cuenta Cristina, nuestra guía, que el mayor exportador y productor de cerveza no es Baviera, es la Baja Sajonia, la zona de Hannover y Bremen. Luego nos cuenta que después de 1945 los alemanes de la 2ª generación preguntaban a sus padres: ¿Y tú donde estabas y que hacías antes de la guerra?, es una generación del mayo del 68, pacifista y antinazi. Actualmente se asume el pasado y se intenta no volver a repetirlo, es decir, intentan hacerlo bien a través de la didáctica del conocimiento, a través de museos judíos, monumentos a las víctimas, en la escuela estudian la historia de estos años, visitan campos de exterminio para que nadie olvide lo que sucedió, ya que la educación es lo único que puede evitar una repetición. Incluso están empezando a montar espectáculos sobre el nazismo con ironía.

Toda Baviera es muy fría, mucho más que el norte, debido a que en el norte la influencia del mar suaviza.
Por la carretera vemos plantas de lúpulo, les ponen unas guías y trepan por ellas como las tomateras o las judías, pero muy altas las varas, aquí cultivan 15.000 Ha, a partir de agosto se quedan los palos solos.
 El río Danubio divide la alta y la baja Baviera, pasamos por encima, el gran Danubio es cambiante según donde lo pilles. Ahora el paisaje es de maizales y bosques.

Llegamos a Nuremberg su nombre significa “sólo una montaña” y nos dirigimos a un enorme parque, se sube la guía local y nos lleva al Coliseo, se llamaba así porque Hitler quiso hacer una réplica del romano para reunir a cantidades enormes de afiliados y realizar desfiles, de hecho aquí también se redactaron las leyes de Nuremberg contra el pueblo judío y después de la guerra se hicieron los famosos juicios, tribunales que también visitaremos después.

Tardaron 6 años en terminar el Coliseo, en el interior las bóvedas de ladrillo, y el tamaño descomunal, lo manda construir Hitler en 1933. Por fuera es de granito, iban a ponerle una cúpula de cristal. Entramos y hay un montón de escolares de secundaria y primaria que terminan el curso la semana que viene y en estos últimos días aprovechan para hacer excursiones. Al lado creó un lago artificial para que se reflejara el edificio.
En Nuremberg estuvieron los norteamericanos 40 años. Integrado al edificio han hecho el centro de documentación que realizó un arquitecto judío, todo de cristal, para que haya transparencia, para que todo el mundo se entere de todo.

Al lado del Coliseo está lo que se conoce como la tribuna del zeppelín, aquí acudían miles de soldados nazis y espectadores podían acceder hasta un millón. Hitler hizo construir una tribuna para los discursos copiando la forma del altar de Pérgamo!!!!. Cualquier parecido con el modelo es pura coincidencia, se hizo muy deprisa y se hizo con malos materiales. El proyecto era de 35 Ha y sólo construyó 2,5, el proyecto era de Albert Speer, desde aquí se ve el lago y el Coliseo. Y para tantísima gente solo había 16 aseos.

Después visitamos los tribunales de los famosos juicios de después de la II Guerra Mundial. En los juicios fueron acusados 23 responsables nazis, 12 fueron condenados a muerte, 3 en libertad y el resto cadena perpetua, todos se declararon inocentes porque cumplían órdenes, salvo Albert Speer, que se declaró culpable. Los juicios fueron en la sala 600, vemos las cuatro ventanas de la sala que dan a la calle, son alargadas en vertical con escudos encima. Es un edificio de piedra con tejados rojos y buhardillas.
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Texto: Ximena Prieto

 

 


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