miércoles, 29 de septiembre de 2010

Viaje a Alemania (Postdam) (y II)



25 de julio de 2010 Postdam

"En el palacio, digamos oficial, nos espera una señora que se llama Waltraud con la llave y al entrar nos tenemos que poner unas pantuflas enormes para no pisar el parqué, que debido a tanto pulido de pantuflas está como los chorros del oro, mucho mejor que las partes de las salas que no se pueden pisar.

Este palacio es un conglomerado de salas, salones, comedores, salón del trono, habitaciones, salitas de música etc. típica de los palacios barrocos. Los muebles son magníficos y el suelo del salón de baile realmente espléndido, es un conglomerado de piedras pulidas que forman motivos vegetales. También las lámparas y los objetos de decoración.

El palacio nos lleva una hora y media o dos el visitralo y después tenemos un ratito para ver el barrio holandés de Postdam, muy pintoresco, dedicado sobre todo a bares y tiendas de antigüedades y artesanía, las casitas todas de ladrillo rojo y carpintería blanca, con sus cortinitas y sus tejados redondeados.

Ahora al salir de la ciudad paramos para atravesar un lago con un geiser  por el puente de los espías del que hablamos ya, nos paramos en el medio como si hiciéramos un intercambio de espías y volvemos a Berlín."

Texto: Ximena Prieto





















viernes, 24 de septiembre de 2010

Viaje a Alemania (Postdam) (I)

 25 de Julio  Postdam

"Por la mañana nos despedimos de Cristina que ya no nos acompañará más, nos quedamos con Ana, la guía local que nos llevará ahora a Postdam y luego tenemos comida y resto del día libre.

De camino a Postdam vamos recordando quien era Federico II, rey de Prusia, hijo del rey soldado, que era lo contrario que su padre, tierno, sensible y por lo visto homosexual.

El palacio Sans Souci se construye al gusto del rey, en barroco tardío, sobre la colina del vino, delante hay un molino holandés. Nos acercamos a la fachada principal y lo primero que llama la atención es el tamaño, es pequeñito, y no se visita el interior porque no era el palacio oficial, era el palacio privado de Federico, aquí vivió un tiempo Voltaire, que era una mala bruja, cuando se fue se llevó unos libros del rey que le costó muchísimo trabajo recuperar. La fachada combina columnas adosadas corintias con pilastras también corintias y remata con una balaustrada. Desde aquí justo delante de la puerta hay una columnata elíptica corintia con once pares de columnas sobre un crepidoma clásico muy berniniana con unos jarrones rococó que la coronan y desde ella vemos la extensión que ocupa la Orangerie con hermosas perspectivas del jardín. Estamos justo en medio de la columnata y mirando al jardín nuestra vista está en el eje central del jardín.

Federico II escribió el antimaquiavelo y le robó la Silesia al emperador porque tenía canteras, esto produce una guerra que gana Federico y apresa a parte del ejército enemigo para aumentar el suyo que llega a 120.000 soldados.

Llegamos a una zona lateral y allí está la tumba de Federico, pero su sobrino Federico Guillermo lo cambió y lo enterró junto a su padre. En esta tumba quiso ser enterrado con once de sus perros, encima de la tumba hay patatas, él estaba muy interesado en la patata desde el punto de vista botánico y la introduce en Prusia. También tocaba la flauta travesera por las tardes junto a uno de los Bach. Voltaire montaba unos poyos horrorosos y como ya he dicho antes se llevó libros de Federico, además de la lengua viperina que tenía.

Al lado hay una jaula de hierro con motivos dorados y símbolos de Helios y bustos de emperadores romanos.

La parte de atrás del palacio tiene forma de rotonda con dos alas, la de la izquierda eran las habitaciones de Voltaire que como ya he dicho vivió aquí desde 1750. Hay esculturas adosadas con alusiones a Baco. Unas escaleras nos llevan a los jardines de abajo, a cada lado de la escalinata unas terrazas con higueras protegidas por puertas y entre ellas vides. Pero hay un fallo en la perspectiva, un fallo gordo, desde abajo donde está la fuente no se ve todo el edificio, sólo la parte superior.

Paseando por los jardines que en esta época están esplendorosos llegamos a una puerta monumental y salimos del recinto de Sans Souci, se supone que el microbús nos está esperando un poco más lejos, pero sólo vemos al chofer, que por lo visto no se ha enterado de nada, de hecho lleva dos GPS y pasa de las instrucciones que le da la guía, todo lo contrario al chofer español, que con que le digas una palabra ya sabe lo que tiene que hacer, total, Ana monta en cólera y le grita, él va a donde tiene el coche que será a unos 600 metros y nosotros entendemos que tenemos que llegar allí, así que vamos más bien trotando, y en eso, oh sorpresa el chofer se sube al coche y sale hacia no se sabe donde, entonces todos trotando de nuevo hacia el coche, total un despropósito. Bien, ya estamos en el microbús para ir hacia el palacio digamos oficial."

Texto: Ximena Prieto



























domingo, 19 de septiembre de 2010

Viaje a Alemania (Berlín) (II)

24 de Julio de 2010 Berlín

"Ahora en tiempo libre nos vamos de museos, pasando por las puertas de Brandenburgo, la avenida Unter den Linden y la isla de los museos y un follón, tickets para el Nuevo museo imposible, así que "bye bye" Nefertiti y "hello" Pergamon, para entrar al Pergamon hay una obra, tenemos que dar una vuelta larguísima pero mereció la pena, el altar es como uno se lo imagina, pero no está bien montado, deberían devolverlo a Pérgamo donde no dejaron más que un basamento donde ha crecido un pino, el lugar es precioso con unas vistas formidables y sería perfecto tenerlo allí.

Luego las puertas de Mileto, las de Isthar y todas las estelas habidas y por haber. Hay una exposición sobre la policromía de la escultura griega y aparecen algunas figuras de metopas y frontones pintados, resultan horrorosas, muy ordinarias, colores exageradamente planos, un arquero con rombitos de colorines tanto la casaca como el casco y una koré igual, una diosa de azules. Amarillos, naranjas y verdes, en fin, sabemos que policromaban, sabemos que usaban colores primarios, pero esto es demasiado para mi gusto.

Este museo tiene que modernizarse, el montaje es del XIX, mientras que las piezas son extraordinarias.

Ahora vamos al Reichstag, hay una cola interminable, nos vamos a la Postdamer Platz y cenamos."
Texto: Ximena Prieto