jueves, 28 de abril de 2016

Polonia (VIII) Cracovia



12 de Julio 2015 Cracovia (Krakow)
Por la mañana paseo con guía local por la ciudad. Primero nos habla del barrio judío,  Kazimierz en polaco, que primero fue una ciudad fundada por el rey Casimiro y aquí se trasladó a los judíos en el siglo XV para tenerlos apartados. Ahora Cracovia tiene 19 barrios. La ciudad tuvo suerte en el sentido de que no fue destruida porque los rusos se adelantaron y los alemanes tuvieron que salir por patas, si bien se llevaron mucho mobiliario.

El barrio judío en el año 1993 fue el escenario de la película de Spilberg "La lista de Shindler", en esos años el barrio estaba muy deteriorado así que le resultó muy fácil rodar. La película le devolvió la vida al barrio y ahora es uno de los más concurridos por los bares y restaurantes y el ambiente que tiene.

Nos vamos a una plaza que es el centro alrededor del cual se empezó a construir el barrio en el  siglo XV. Es una plaza con escaleras porque tiene un declive que se debe a que hay distinto nivel en función de la época. El edificio principal es una sinagoga de ladrillo, que está en el nivel del siglo XV y a partir de ella sube la plaza. El muro de piedra blanca que se ve es la reconstrucción de la muralla del barrio. En la sinagoga se percibe la división en dos mitades, para hombres y para mujeres. En el barrio vivían 68.000 judíos y había 120 lugares de culto, ahora hay 7 sinagogas y esta es un museo.

La casa que hay a la derecha dando la espalda a la sinagoga es de un tal Nathan Spira que era rabino. El suegro decidió hacer que su hija se divorciara de él porque no era rico pero un día en la casa se vio una especie de resplandor y así todos los días. En el barrio se corrió la voz de que Nathan Spira hablaba con el profeta Elías y daba muy buenos consejos y  gracias a esto se enriqueció. Ahora encienden una vela todos los días en la habitación en su recuerdo.








Caminamos por una calle ancha que más bien es una plaza y nos paramos delante de una casa pintada de verde (las casas tienen tres plantas) que fue la casa donde nació helena Rubinstein, sus padres la enviaron a Australia y por eso salvó la vida, ella llevaba una crema cosmética que hacía su abuela y también la receta y con esto como base hizo un gran imperio cosmético.







Nos encontramos con una casa que conserva el dintel de piedra y los lugares donde se colocan los mezuzah y al lado una sinagoga con puerta de piedra con dos leones en relieve y adornos de rosas sobre un arco de medio punto de piedra, otra sinagoga es la de Rhemu y tiene un cementerio anexo. Este rabino Rhemu intentó unir a los judíos askenazi y a los sefardíes a nivel cultural.





Recorremos callecitas muy estrechas topándonos con más sinagogas y casas con tapias altas. Todos estos espacios aparecen en "La lista de Shindler".





Pasamos por una casa con un baño ritual que aprovecha las aguas subterráneas. En la calle Izaaka está el límite está el límite entre el barrio judío y el católico, aquí había una sinagoga y los católicos intentaron quemarla pero no llegaron a hacerlo porque vieron salir a unos que parecían fantasmas y les dio miedo. Al fondo se ve otra sinagoga más pequeñita, para los pobres y de los pobres y la calle se llama kupa, que quiere decir mierda en polaco, pero en yidish significa caja y ese es el significado real porque para hacer la sinagoga guardaban el dinero de los donativos en una cajita.



Pasamos por delante de un bar con mesas de madera con una máquina Singer en cada una. Salidas de la fábrica del judío polaco Isaac Merrit Singer.




La otra plaza del barrio es la plaza del mercado donde en Domingo hay un mercadillo de ropa, hoy, y que en origen era el mercado kosher judío, en el centro conserva un edificio que sería donde se situaban las carnicerías. Un poco más adelante entramos en una especie de patio con árboles y una casa con corredor en el segundo piso unas escaleras y enfrente un arco que enmarca la torre de la iglesia católica del Corpus Christi. El patio es muy pintoresco, aquí se rodaron las escenas de desalojo del gueto. Como he dicho ahora es un barrio bohemio, de artistas y bares. Salimos hacia una calle más ancha donde está la sinagoga alta con tejado muy inclinado y enfrente el Lyceo Lingüístico bilingüe español-polaco.

















Los judíos vivieron aquí hasta 1919, después aquí y por toda la ciudad y con la ocupación alemana del 41 los trasladan a todos a otra zona al otro lado del río y crean el gueto donde estaba la fábrica de Shindler porque era un barrio obrero de Cracovia. En el gueto metieron a 3000 personas en tres calles. Más tarde Shindler traslada la fábrica a Chequia y va sacando a los judíos como puede, aunque no a todos, pero salvó a más de 1000 personas, aunque otros le pagaron y no los sacó.




Después de la guerra hicieron otra fábrica en el mismo sitio, pero el gueto hoy es un barrio residencial y han dejado dos restos del muro.

Ahora nos vamos al casco antiguo medieval, a la colina de Wawel donde están el castillo y la catedral. la colina tiene construcciones de distintas épocas y se nota por los materiales, desde el siglo X al XIV, los muros blancos de piedra son los más antiguos.






El nombre de Krakow viene de Krak, un dragón que apareció por aquí y el rey ofreció a su hija a quien matara al dragón. Un zapatero preparó una trampa y lo mató, el dragón es el símbolo de la ciudad y está por todos lados, incluso hay huesos del dragón en la catedral.






En el siglo XIX los austriacos invaden la ciudad, ocupan la colina y construyen un edificio al otro lado, en la colina, pero mirando al Vístula.






La catedral se ha ido transformando desde su primitivo aspecto románico, en gótica hasta llegar al barroco.











Pasamos al castillo y vemos un patio renacentista con loggia de bóvedas de arista a la italiana, orden jónico, arriba corintio, balaustrada y pinturas ornamentales muy influido por los palacios florentinos. Las gárgolas son la cabeza del dragón.


















Cuando se decide derribar las murallas se hace un parque que va siguiendo la línea de muralla.










Bajando la colina de Wawel enfilamos la calle de los Canónigos donde proliferan los palacios que pertenecían a los nobles más ricos de la ciudad, actualmente están las sedes de varias congregaciones de la iglesia polaca, la casa donde vivió Juan Pablo II en los años 50 presidida por una gran fotografía suya y también el Instituto Cervantes (ya van dos ciudades donde hay). Nos acercamos a la iglesia de los Jesuitas, en Cracovia hay 140 iglesias, esta es muy parecida a la del Gesú de Roma con los alerones en el remate de la fachada y está dedicada a San Pedro y San Pablo. La historia es que querían una iglesia en la Plaza del Mercado pero no les dieron el permiso entonces construyeron ésta en la plaza de María Magdalena, donde hay cuatro iglesias más. Una de ellas es la iglesia románica de las Clarisas con dos torres en la fachada lateral mezclando piedra y ladrillo.


















En la calle Grodzka está la Facultad de Derecho, vemos muchas casas con un relieve en la fachada donde se representa un animal, de esta manera se identificaba la casa, por ejemplo casa del elefante. Son los austriacos los que le dan nombres a las calles y número a las casas. En Medina Sidonia son los franceses los que lo hacen, supongo que por los mismos motivos.





Vamos a la plaza de Todos los Santos donde están las iglesias góticas de los Franciscanos y de los Dominicos del XIII, ambas de ladrillo con pilares como sustentantes y pinturas en el interior. En la plaza está también el antiguo edificio del Ayuntamiento. Por la calle Francizkanska se llega al hotel, pero nos dirigimos al parque al final de la calle que es el parque de la muralla. Tiene dos kilómetros de largo con siete puertas. Entramos en la zona universitaria reformada en el XIX en estilo neogótico y está la Facultad Geografía e Historia donde estudió Copérnico. Muchos intelectuales fueron apresados en esta Facultad y controlados por los nazis, se los llevaron a Mathausen durante un año y algunos no sobrevivieron. Esta zona era el barrio judío hasta el siglo XV. Casi a continuación está el Colegio Mayor de la Universidad, gótico, fundado por el rey Casimiro, con bóvedas de arista decoradas con motivos vegetales y un patio precioso de 1364 con arcos y columnas de piedra y el resto de ladrillo. Arriba un balcón y una escalera vista en esquina, un gran alero de madera y bóvedas dobles de arista en la loggia. Tiene seis arcos en los lados cortos y ocho en los largos y en el centro un pozo como todo claustro que se precie. Es la más prestigiosa universidad de Polonia y la más antigua. En el segundo piso hay un reloj con música y muñecos que salen en horas impares y aquí se organizan los eventos de la Universidad.




















Salimos por la calle Jagiellonska y doblamos por Santa Anny para acceder a la plaza del Mercado y aquí tengo que decir que un viaje a Polonia debe terminar en Cracovia porque en caso contrario siempre pensarás de las otras ciudades: ¡Vaya, no está mal, pero es más bonita Cracovia! Esta plaza es una maravilla y no solo por el tamaño sino por los edificios. Con lo primero que nos topamos es con una cabeza de Igor Mitoraj, escultor que me fascina y del cual disfruté en una exposición de sus obras en las calles de Granada hace unos años.










Este espacio fue el primer asentamiento de la ciudad desde el siglo X pero ese nivel está a cuatro metros por debajo del actual. Digamos que es una plaza con dos espacios. Los palacios que hay en la plaza son del XVI y XVII pero en ellos quedan restos góticos. El edificio que está en el centro es la Lonja de Paños con una loggia en el piso bajo donde hay bares con terraza y una enorme galería cubierta con puestos de madera tallada de venta de recuerdos desde ámbar, madera, cristal, pieles, trajes regionales,...También está el museo arqueológico en el subterráneo y en la planta primera una terraza con vistas a la plaza que desgraciadamente no pudimos disfrutar  porque había una tremenda cola para coger mesa.















Dentro de la Plaza está la iglesia más bonita de Cracovia y la que más quiere la gente que es la Iglesia de Santa María, gótica, de ladrillo, con torres asimétricas y un reloj que toca su melodía cada hora a los cuatro puntos cardinales. El interior me deja maravillada. Tiene tres naves con bóvedas de crucería con plementos pintados de azul y estrellas doradas, en el ábside vidrieras y un retablo gótico dorado. En cada pilar retablos barrocos adosados. Hay ventanas en el claristorio pero no hay triforio. Todos los muros decorados con pinturas sobre fondo rojo. Los arcos están decorados tanto el intradós como el trasdós y delante del presbiterio un Cristo de transición del gótico al renacimiento. Totalmente impactante. Como lo es el hecho del número de personas que siempre hay rezando en cualquier iglesia y la cantidad de gente que va a Misa.















En otro de los lados pero en el centro está una iglesia pequeñita que es la de San Adalberto que tenía un cementerio anexo, le quedan restos románicos y se remata con una cúpula barroca.




Ahora tenemos una comida que yo calificaría de medieval por la cantidad, en uno de los restaurantes  que se llama Sukiennice y está en la Lonja de Paños. Nos llevan al sótano  a un comedor abovedado y en una mesa larga nos colocan velas y además de ensalada y un plato con varias salsas muy picantes un codillo de cerdo asado con un enorme cuchillo clavado, esto para cada seis comensales, el cerdo viene acompañado en una bandeja aparte por col cocida, salchichas blancas, aros de cebolla y brócoli. Después una tarta de chocolate acompañada por helado de chocolate.










Después de comer paseo por libre por la calle Florianska muy animada, arco de la puerta Florianska, parque de la muralla, plazas cercanas, un combinado de vodka en una terraza de la Plaza, ¡al fin encontramos camiseta para Pablo!, una vuelta por Zara por curiosidad, escuchamos salmo cantado a capella en la Misa de la iglesia de los franciscanos, luego vuelta a la Facultad de Geografía e Historia y por último subida a la colina de Wawel disfrutando de las vistas y de la tranquilidad pues a esta hora hay mucha menos gente. Para terminar paseo por la orilla del Vístula hasta el hotel. Durante todo el día la temperatura ha sido muy buena, al mediodía incluso calos y por la tarde perfecta.





















Cracovia es una maravilla. ¡Qué envidia de Erasmus!¡ Me hubiera venido aquí de cabeza!








Recomendación: No cojáis jamás la compañía aérea Enter Air, a la vuelta otro retraso de casi tres horas y una peripecia para enlazar en Madrid con el vuelo a Jerez.

Con respecto al polaco, he aprendido a pronunciar las consonantes y las vocales que son siete. Es bastante complicado porque además tiene declinaciones, aunque eso no es lo complicado para mí, sino la fonética de las Z y de las C, CZ, S, SZ, RZ... en fin, que hay que descubrir Polonia.




Do widzenia!


Texto: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa

No hay comentarios: